La Voz del Interior

Balotaje anticipado y urgencia de transición

- Edgardo Moreno emoreno@lavozdelin­terior.com.ar

De esa forma, le quitó a la coalición gobernante un bastión que había logrado mantener desde las Paso de 2015. En Santa Fe, en tanto, el Frente de Todos se impuso por una diferencia menor a los 10 puntos. El binomio Fernández-Fernández obtuvo el 43,6 por ciento de los votos, contra 33,8 por ciento de Macri-Pichetto (con el 95,8 por ciento de las mesas escrutadas).

La amplitud del resultado conseguido por el kirchneris­mo a nivel nacional se sustentó, principalm­ente, en los guarismos que obtuvo en la provincia de Buenos Aires, donde se impuso con el 50,56 por ciento de los votos, frente al 30,01 de Juntos por el Cambio.

Además de Córdoba, la fórmula que postula la reelección a Mauricio Macri ganó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde obtuvo una diferencia de 11 puntos respecto al Frente de Todos.

Alberto Fernández logró imponerse con claridad en todas las provincias del norte del país, de tradición peronista, al igual que en los distritos patagónico­s.

El presidente Mauricio Macri deberá resolver ahora sobre el dilema más complejo de todos los que haya enfrentado en su vida política: el anhelo de reelección o el imperativo de la transición.

Fue tan contundent­e el caudal de votos obtenido por sus opositores que ambas circunstan­cias son casi contradict­orias.

Una ola de voto castigo de magnitudes imprevista­s, que ningún sondeo de opinión alcanzó a detectar, borró de un plumazo todos los escenarios imaginados por el oficialism­o, que apostaba a un escenario de derrota por márgenes estrechos.

El kirchneris­mo alcanzó todas las condicione­s del balotaje teórico. No sólo el umbral de los 45 puntos, que ya sería suficiente. También superó con holgura la brecha mínima de 10 puntos sobre el segundo.

La expansión territoria­l no fue menos consistent­e. Macri sólo sobrevivió en su ciudad y en Córdoba. Y como nada quedó con vida en los márgenes de la polarizaci­ón, el oficialism­o se quedó sin espacios ajenos adonde buscar oxígeno para el repechaje. La oposición se encamina con paso firme a obtener un triunfo sólido en primera vuelta.

Dicho en otros términos: las primarias anticiparo­n mucho más que la primera vuelta. Trajeron a valor presente el tipo de construcci­ón mayoritari­a que sólo se obtiene en un balotaje.

La clave dominante fue el castigo. La profundida­d de la crisis desatada en 2018 explica la fatiga que atravesó al tejido social en todos sus niveles. Y también da cuenta de la aceleració­n de los tiempos electorale­s.

“La palabra crisis sólo tiene una traducción: padecimien­to”, solía explicar el sociólogo Fernando Henrique Cardoso, expresiden­te de Brasil. Desde esa perspectiv­a, no carece de lógica la aceleració­n política que ayer agitó las urnas argentinas. No sólo se expresó el castigo. Más bien, la urgencia de la solución.

Se podrá argumentar que el populismo ejecutó otra vez su habitual faena: agitar a los votantes para que se tiren a una pileta sin agua, enojados porque está vacía. Desde ayer, ese razonamien­to ya no es más que gimoteo sobre leche derramada.

Ocurre, en consecuenc­ia, que el Gobierno nacional camina ahora por un desfilader­o donde la carrera electoral continúa, pero ya imperan condicione­s fácticas propias de una transición.

Con un apoyo electoral tan consistent­e, el kirchneris­mo se ganó también la opción de hacer un discurso de aristas contenidas y en apariencia convocante­s. ¿Para qué provocar con las palabras la corrosión que ya detonaron los hechos?

Macri necesitaba afirmar, aun con una derrota ajustada, la idea de una cotidianid­ad estable, sin las alteracion­es de la crisis que tanto daño le hicieron a su proyecto de reelección. Cristina Fernández necesitaba exhibir una ruptura con esa inercia. Una disrupción que cambiara la percepción social de un Gobierno que, pese a las dificultad­es, navegaba con el timón todavía bajo mínimo control.

Entre esas dos aspiracion­es, se

POR LA CRISIS, LAS PRIMARIAS ACELERARON MÁS ALLÁ DE LA PRIMERA VUELTA. Y HOY VOTARÁN NUEVAMENTE LOS MERCADOS.

impuso la de Cristina. Su mejor intérprete fue el candidato designado, Alberto Fernández. Que aprovechó su mejor noche para apropiarse del concepto de cambio que fue la piedra fundaciona­l de la coalición gobernante.

Ahora, el tiempo juega a favor de ese desafío. Macri incorporó al pliego de las legitimaci­ones necesarias para la reelección el voto impredecib­le de los poderes impersonal­es del mercado.

A diferencia de las urnas, los mercados votan todos los días. Entregados a los oráculos y prediccion­es de los sondeos de opinión, habían dado un respingo optimista antes de las primarias. Votarán de nuevo hoy. Y los días subsiguien­tes hasta el fin de la transición. Ya sin el consejo de esa curiosa colectivid­ad de rabdomante­s en que se han convertido los encuestado­res argentinos.

 ??  ?? Macri. Rodeado de periodista­s, antes de conocer el castigo de las urnas.
Macri. Rodeado de periodista­s, antes de conocer el castigo de las urnas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina