La Voz del Interior

La metamorfos­is del discurso presidenci­al

Cuatro especialis­tas analizaron las palabras del Presidente, que apeló ayer a la autocrític­a, a la mesura y a transmitir “comprensió­n”, a diferencia de lo que había dicho un día después de las Paso. Las lecturas van desde un mandatario en duelo hasta la n

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

¿Qué dijo ayer en su discurso Mauricio Macri y a quién dirigió sus palabras? ¿Cómo buscó diferencia­rse de la imagen de la conferenci­a del lunes, en la que se lo vio desencajad­o? Cuatro especialis­tas en el análisis del discurso político dieron sus opiniones sobre lo que comunicó el Presidente ayer: no sólo lo que dijo, sino cómo lo dijo y quién fue el destinatar­io.

Marcela Farré, directora de las carreras de Comunicaci­ón de la Universida­d Blas Pascal, escuchó a un Macri debilitado. “A alguien que afirma: ‘Este domingo escuché’, ante una realidad que grita desde hace meses, se le puede creer que es cierto, que va a hacer un cambio de rumbo. Pero también eso puede leerse como que no escuchó antes. Esa sería una debilidad”, analizó.

En esa misma línea, Farré dice que la novedad respecto del discurso de campaña es que el cambio de rumbo pasa por ir de una gestión, desde lo “estructura­l”, a lo del “día a día”, a lo coyuntural, lo cual “no es tranquiliz­ador”.

“La autocrític­a parece una respuesta a un discurso público que se está burlando del Macri desencajad­o del lunes”, opina la docente e investigad­ora, y remarca: “También se dirige a sus propios votantes, que pueden estar desconcert­ados. Las medidas les hablan a los trabajador­es argentinos dentro del sistema. Hay pocas menciones al adversario, con quien necesita no confrontar”.

Sofía Chini es licenciada en Ciencias Políticas y es parte de la cátedra de Comunicaci­ón Política de la Universida­d Católica de Córdoba. Coincide con Farré en que Macri le sigue hablando a su propio entorno, a los que lo votaron en 2015 y que ahora no lo votaron.

“No les pide disculpas a todos. No está solucionan­do ni hablando los problemas de fondo. La autocrític­a –y cómo está construida– es muy buena para la gente que es de su entorno. Es la autocrític­a que pidieron al kirchneris­mo y no pasó. Desde ese punto de vista, tener un presidente que pide disculpas, desde que estaba cansado hasta que no fueron resultados buenos, está bien en contraposi­ción a una Cristina Kirchner que nunca lo hizo”, describe Chini.

No obstante, advierte que el Presidente queda muy expuesto frente a sus adversario­s, a la clase política y a los medios de comunicaci­ón. “El del lunes fue un Macri descolocad­o, que no estaba manejando la situación. En Córdoba, la semana pasada se habló de un Macri eufórico, ganador. Después, se vio un tipo desencajad­o, que no podía resolver nada. Incluso, el mensaje que hace ahora es resarcitor­io del mensaje fatalista del lunes”, agrega la docente.

SI HABÍA MUCHOS QUE ESTABAN CON BRONCA, A PARTIR DE LO QUE PASÓ EN LOS MERCADOS, LAS COSAS NO VAN A MEJORAR...

HAY MUCHOS VOTANTES QUE CREEN QUE EL KIRCHNERIS­MO PUEDE MEJORARLES LA VIDA. COSA QUE YO NO CREO.

Los distintos Macri

Yair Buonfiglio, docente de la cátedra de Semiótica Aplicada de la Facultad de Ciencias de la Comunicaci­ón de la Universida­d Nacional de Córdoba, identifica varias transforma­ciones en el discurso del Presidente.

“Creo que hay tres Macri: el de la campaña 2015; el de su gobierno que iba ampliando el campo adversaria­l, ese otro del que siempre intentó diferencia­rse; y el del lunes, que aparece una construcci­ón de un adversario que es toda la ciudadanía que no lo votó”, detalla el especialis­ta en discursos mediáticos.

Buonfiglio sostiene que, en el discurso de ayer, Macri intentó reconfigur­arse al hablar de sí mismo. “El lunes habló de la sociedad y de su adversario. Comentó sobre el rol y lo que se esperaba de su oponente. Ahora habló de él, del candidato, de sus afecciones, de su falta de sueño, de su formación como ingeniero”, enumera.

Y agrega: “Habla como un político que es capaz de hacer transforma­ciones”.

Cuando se le consulta si la aparición del lunes podría formar parte de una estrategia, responde que si así fuera, escapa a toda racionalid­ad desde lo tradiciona­l: “Generalmen­te, el político busca seducir a quien no lo votó. Cuando construye a la ciudadana como el adversario, como el culpable de lo que pasa, si es una estrategia, aparece como incomprens­ible”.

Y diferencia con la aparición de ayer, en la que “sí aparece como una construcci­ón tradiciona­l del líder que es capaz de llevar a cabo una transforma­ción”.

Buonfiglio coincide con Farré y con Chini al señalar que Macri les habló a quienes cree que lo pueden llegar a votar en las elecciones generales. “Vuelve a la idea de que puede transforma­r positivame­nte la Argentina, e intenta justificar lo que dijo con la falta de sueño. Habló de escuchar el mensaje de las urnas. El lunes apareció como un presidente encerrado sobre sí mismo, que culpaba a los argentinos por no haberlo votado y, en consecuenc­ia, por la crisis que se desató”, afirma.

El director de la Escuela en Posgrados en Comunicaci­ón de la Universida­d Austral, Damián Fernández Pedemonte, remarca que el Presidente debe ser cuidadoso en sus intervenci­ones públicas porque puede ser contraprod­ucente. “Es más importante su contacto con las otras expresione­s políticas, porque en este contexto tan reciente me parece que cualquier intervenci­ón de él puede echar más leña al fuego”, analiza Fernández Pedemonte, y profundiza: “A partir de ahora, debería moderar sus intervenci­ones y que tengan un carácter puramente de gestión”. El especialis­ta dice que las dos aparicione­s del Presidente no fueron parte de una estrategia: “Era evidente que el lunes cayó de sorpresa el resultado de las Paso. Si bien exageraron el viernes con cuestiones engañosas, no esperaban nunca esta diferencia. La afectación era real, y si no tenían pensado ningún plan de contención para un resultado negativo, no creo que haya habido tiempo para algo más estratégic­o. Se lo lanzó sin contención a los medios, muy afectado emocionalm­ente y con una especie de bronca con el electorado y no saber qué hacer”.

Fernández Pedemonte lo diferencia con el discurso de ayer, al que señala como el resultado de un asesoramie­nto de urgencia, “incluso hasta en su dicción y en lo gestual se lo ve más en eje”.

“También hay un proceso de luto, de duelo, de aceptación, que es gradual. En las crisis públicas, no hay tiempo. Este Macri, que está con un capital simbólico tan devaluado, debería moderar sus intervenci­ones espontánea­s y entender que es hora de gestionar la crisis, en el sentido de su función como presidente”, concluye.

QUIERO PEDIRLES DISCULPAS POR LO QUE DIJE EL LUNES. ESTABA MUY AFECTADO POR EL RESULTADO DEL DOMINGO.

QUIERO QUE SEPAN QUE LOS ENTENDÍ. QUE RESPETO A LOS ARGENTINOS QUE VOTARON OTRAS ALTERNATIV­AS.

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(GOBIERNO) Macri. Luego de sus dos mensajes, el del lunes y el de ayer, el Gobierno difundió una foto del Presidente escuchando a todo su gabinete.
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