El cimbronazo externo opacó la reacción de los mercados
Alberto Fernández. Él se comprometió a colaborar en todo lo posible para que este proceso electoral, y la incertidumbre política que genera, afecte lo menos posible a la economía de los argentinos. Se mostró con la vocación de intentar llevar tranquilidad a los mercados respecto de los riesgos de una eventual alternancia en el poder y quedamos en mantener una línea abierta directa entre los dos”, dijo Macri en Twitter.
El Presidente finalmente dialogó con el candidato del Frente de Todos en su afán de ofrecer una señal de gobernabilidad, en momentos en que, off the record, los empresarios, los sindicalistas, la dirigencia política y el electorado se preguntan si tendrá el combustible suficiente para seguir en el poder hasta la elección general del 27 de octubre.
“El Presidente tiene que llegar al 10 de diciembre. Tenemos que hacer un esfuerzo todos los argentinos para no hacernos más esta pregunta. Hay que ayudarlo al Presidente en esta transición, que a él también le preocupa”, dijo Alberto Fernández, en una conferencia de prensa en la que brindó detalles de su conversación con Macri.
“Hay que ayudarlo al Presidente a llevar adelante esta transición”, dijo después el exjefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner, dando por hecho que le ganará a Macri, lo que en general todos descuentan, salvo en el Gobierno.
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, fue tajante al afirmar que “no hay ninguna posibilidad de adelantar las elecciones”, como trascendió en la tarde de ayer, y, por el contrario, redobló la apuesta del Gobierno a revertir el resultado de las Paso.
“Estamos en el medio de un proceso electoral, con una elección que va a ser el 27 de octubre. Ahí se va a definir quién es el próximo presidente o si se va a una segunda vuelta”, dijo el funcionario, que habló a la prensa junto con el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
La respuesta del sistema financiero ante las medidas económicas que anunció Mauricio Macri quedó completamente desdibujada por el fuerte cimbronazo en el frente exterior, donde ayer comenzaron a materializarse los temores que provocaron malos resultados económicos en China y en varios países europeos, y que podrían anticipar una recesión global.
Las acciones argentinas amagaron con emprender una leve recuperación, aunque el intento se frustró tras las primeras operaciones cuando se instaló la tendencia de los mercados de referencia: en Wall Street, el Dow Jones y el Nasdaq terminaron con caídas superiores al tres por ciento.
Las empresas argentinas que cotizan en Nueva York afrontaron otra sesión de sangrías generalizadas. Los conocidos técnicamente como ADR (por sus siglas en inglés), que habían recortado parte de las caídas iniciales tras los anuncios de Mauricio Macri, terminaron colapsando totalmente y anotaron bajas de hasta 13,7 por ciento (Irsa).
El correlato local fue que el índice Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires revirtió la suba inicial de 1,7% y terminó cayendo
1,9%, hasta los 29.779 puntos. La foto final de los movimientos en la plaza bursátil doméstica también puso en relieve cierta mixtura: los papeles de Transportadora Gas del Norte se desplomaron
15,5%; los de Transener, 11,1%, y los de Edenor, 10,8%, pero también hubo saltos como los de Mirgor (13,7%), Transportadora Gas del Sur (2,7%) y Aluar (1,5), aunque estos fueron minoritarios.
Dólar: 16 pesos en tres días
Los repliegues en busca de refugio se sintieron también con fuerza en el circuito cambiario, en el que todas las monedas de la región se depreciaron frente al dólar. En el caso de la Argentina, el peso retrocedió 7,78%.
En el sector minorista, la divisa norteamericana acumuló un nuevo salto de $ 3,85 y culminó a $ 62,17. Solamente en las tres sesiones posteriores a las elecciones primarias, el dólar avanzó $ 16.
Y, en el sector mayorista, los esfuerzos oficiales no evitaron que el billete estadounidense ganara terreno hasta ubicarse en un nuevo máximo histórico. La moneda ganó $ 4,7 y culminó a $ 60,40.
El accionar del Banco Central incluyó ventas de reservas en el spot de contado por un total de U$S 248 millones, colocaciones por cuenta y orden del Tesoro que ascendieron a U$S 60 millones y una suba de tasas de 75 puntos porcentuales que dejó el rendimiento promedio en 74,929%.
Riesgo país, cerca de 2.000
En el plano de la renta fija, los bonos también intentaron moderar las caídas iniciales, pero terminaron sumando otra jornada para el olvido frente a la debacle internacional.
“Por tercera rueda consecutiva asistimos a una brutal caída de las paridades de los bonos. El caso más emblemático fue el del Discount 2033, que registró un derrumbe del 11,95%. Es que varias consultoras comenzaron a advertir acerca de la posibilidad de una reestructuración de deuda amigable para el próximo año. Otro bono que sufrió las consecuencias fue el Bonar 2020, que observó un derrape del 10,78%”, describió el analista bursátil Eduardo Fernández.
En consecuencia, el riesgo país de la Argentina, que pone en evidencia las dudas respecto de la incapacidad de pago del país, avanzó 9,9% y terminó en 1.946 puntos básicos, un nivel similar al que registró durante la crisis financiera internacional que se declaró en 2008 con la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers.