Los niveles de ruido en la Capital, por sobre el límite
España, las esquinas de Vélez Sársfield y San Martín y de Colón y General Paz, y la zona del Mercado Norte.
En las áreas peatonales se alcanzan los 65 decibeles, por lo que sigue siendo ruidoso. Mientras que en el parque Sarmiento disminuye hasta 46 decibeles. Otro sector “silencioso” es la zona de la plaza de la Intendencia y el Paseo Sobremonte.
Sebastián Coca, del Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (Cial) de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC, aclara que se trata de un trabajo parcial. “Es un estudio preliminar porque falta el mapa de ruido de noche”, dice.
Además, explica que se trata de una foto, que lo recomendado sería monitorear puntos estratégicos de la ciudad las 24 horas del día y todo el año. Sin embargo, asegura que la contaminación acústica ya es un problema para la ciudad de Córdoba y que deben tomarse medidas.
Alejandra Toya, directora de Evaluación de Impacto Ambiental de la Municipalidad, remarca que se trata de un trabajo preliminar. “No se puede extender al interior de las viviendas. Y quedaron pendientes las mediciones nocturnas que tienen en cuenta, por ejemplo, el movimiento de bares y de boliches”, explica.
Culpables: los autos
La principal fuente de contaminación sonora son los vehículos. “Depende tanto de la velocidad como del comportamiento de los conductores. Un manejo violento, con más aceleraciones y bocinas, contamina más”, comenta Jorge Pérez Villalobo, del Centro de Investigación y Transferencia en Acústica (Cintra) de la Facultad regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
El especialista también ha realizado mapas de ruido para la ciudad de Córdoba.
“La contaminación es alta. Hay avenidas con más de 70 decibeles que pueden generar algún trastorno o estrés en los peatones y en la gente que vive en esos lugares. Algunos estudios muestran que la contaminación sonora genera un aumento en la presión arterial y es un factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares”, dice.
Pero aclara que con los valores detectados aún no hay riesgo de pérdida auditiva. “Para provocar eso, deberíamos tener niveles por encima de los 85 decibeles y con una exposición de ocho horas diarias”, detalla.
Soluciones
Para los especialistas, el primer paso sería que el municipio avanzara en un monitoreo continuo del ruido en puntos clave de la ciudad.
Toya detalla que existe una propuesta para continuar con este trabajo entre el Cial y la Municipalidad a través de un subsidio de la UNC. También está en marcha una capacitación de empleados municipales a cargo del Cintra. La funcionaria espera que la próxima gestión de Martín Llaryora continúe con esta línea de trabajo.
Además, Coca entiende que otra solución sería fomentar el uso del transporte público para que circulen menos vehículos particulares.
“El Sólo Bus fue una medida que sirvió para reducir el ruido, a pesar de que no se pensó con ese objetivo”, ejemplifica.