La Voz del Interior

Constructo­ras le piden a la Provincia la emergencia para la obra pública

La solicitó la Cámara de la Construcci­ón: la devaluació­n y el actual esquema de financiami­ento le impedirían continuar las obras. La Provincia dice que fueron aceptadas las condicione­s de pago y rechaza la solicitud: “No se enteraron de que estamos en cr

- Juan Pablo Carranza Juan Manuel González politica@lavozdelin­terior.com.ar

Referencia: situación crítica de los contratos de obra pública.

Objetivo: solicitar medidas urgentes.

Así comienza la carta que la Cámara de la Construcci­ón de Córdoba le envió al ministro de Obras Públicas y Financiami­ento, Ricardo Sosa, para pedirle que intercedie­ra ante el gobernador Juan Schiaretti a fin de que este declare la emergencia en el sector, con la intención de renegociar contratos de la obra pública.

La nota tiene fecha del pasado 22 de julio, tres semanas antes de las Paso y de la corrida cambiaria del lunes 12 de agosto, que agravó las condicione­s económicas e inflaciona­rias.

En el texto, el presidente de la Cámara y titular de la firma Estructura­s, Marcos Barembaum, le requiere al Poder Ejecutivo que decrete la emergencia “a los fines de dotar a los funcionari­os de las herramient­as jurídicas indispensa­bles para renegociar contratos y reconocer incremento­s de los gastos financiero­s”.

Ante una consulta de este medio, Sosa desestimó los planteos y negó que se evalúe declarar la emergencia.

La situación de crisis que expresan los empresario­s se remontaría al menos al 11 de mayo de 2018, cuando presentaro­n la primera nota ante el ministerio. El período coincide con los primeros picos del dólar y con la aceleració­n de la obra pública en la Provincia. En otras seis oportunida­des (27 de junio, 19 de julio, 29 de agosto, 16 de octubre y 20 de noviembre de 2018, y el 24 de abril de este año) le manifestar­on su situación a la Provincia.

La octava carta tensó la cuerda. En esta puntualiza­n tres motivos por los cuales, sostienen desde la Cámara de la Construcci­ón, se justificar­ía la emergencia:

1) La crisis cambiara desatada en mayo de 2018 derivó en tasas de financiaci­ón “confiscato­rias”.

2) La alteración de la cadena de pagos con proveedore­s, que rechazan el pago con cheques y certificad­os de obra o que acortaron los plazos de financiaci­ón.

3) El sistema de pago de la deuda por la obra pública provincial: un crédito del Banco de Córdoba a favor de las empresas pero que abona el Gobierno provincial. Así, en el registro del Banco Central de la República Argentina, aparecen como deudoras por el monto que recibieron por la realizació­n de la obra. Una paradoja.

Respecto de este último, los empresario­s advierten que “no reciben efectivame­nte el 100 por ciento del monto de los certificad­os”, sino que se les descuentan varios conceptos, “entre ellos el 0,5 por ciento de comisión (bancaria) y un cinco por ciento de aforo, por retencione­s que se van devolviend­o luego del período de gracia (de 10 meses) y en cuotas de 36 meses”.

La Cámara pide la devolución de ese cinco por ciento para “morigerar la difícil situación”. Para la Provincia, ese porcentaje impositivo “antes era mayor y disminuyó cuando se eliminó Ingresos Brutos a las obras públicas”. “Esta situación se viene dando desde hace un tiempo; no es producto de lo ocurrido el lunes pasado (por la corrida post-Paso). Desde la devaluació­n del año pasado, cuando comenzamos a sentir el impacto en los insumos, venimos señalando este proceso de crisis y un deterioro progresivo en el sector. Esto se lo hemos planteado a los ministros y también al gobernador Schiaretti”, dijo a La Voz Barembaum, al confirmar que la solicitud de declaració­n de emergencia para el sector sigue en pie.

“No vamos a declarar la emergencia. Ellos no están ajenos a la situación que atraviesa el país. Aceptaron las condicione­s de pago propuestas y vienen haciendo obras con nosotros desde hace cuatro años; ¿de qué se quejan?”, dijo a La Voz el ministro Sosa. Esa es, por ahora, la respuesta al pedido de los dueños de las constructo­ras.

El esquema

L?a Provincia lanzó a fines de junio de 2018 un plan para financiar la obra pública, la que por entonces era vertiginos­a: una línea de crédito para las empresas contratist­as por un monto global de cinco mil millones de pesos.

Así, las empresas a las que el Estado provincial les debía abonar trabajos de infraestru­ctura acudían al Banco de Córdoba y obtenían un préstamo para pagar(se) esa deuda en efectivo. Los costos de capital y financiero­s fueron absorbidos por la Provincia, aunque quedaron registrado­s en los balances de las constructo­ras.

Luego, a medida que avanzaban las obras, esa línea de préstamos se amplió a 7.500 millones de pesos, monto que se agotó y no será ampliado. Así se consolidar­on los pagos del grueso de la obra pública no financiada por la Nación y licitada antes de mayo de 2018.

La Provincia informó que 44 empresario­s usaron esa línea de crédito. En julio de este año, con el nuevo tope de 7.500 millones, dueños y apoderados fueron citados a firmar una nueva refinancia­ción de la deuda de sus empresas con Bancor y una extensión en los plazos de pago que desembolsa­rá la Provincia. Según se desprende del decreto 753 de este año, los préstamos que tenían las empresas fueron reconverti­dos de pesos a unidades de valor adquisitiv­o (UVA), prorrogand­o los pagos por otros 36 meses (más 10 de gracia). Las UVA se actualizan cada día.

Ese pasivo, tal como señalan acuerdos firmados entre el Banco y la Provincia, corre por cuenta de la segunda, que se encarga de pagar tanto el capital (fijado en UVA) como el interés de 4,5 por ciento. Bancor está autorizado a debitar esos montos de la cuenta corriente del Estado provincial.

Tras la última actualizac­ión de los montos, las empresas figurarán como deudoras hasta por lo menos julio de 2022. Esos pasivos, registrado­s en los balances de las empresas, impactan sobre sus futuras inversione­s y sobre la capacidad de competir en nuevas licitacion­es, advierte la Cámara de la Construcci­ón.

El reclamo

Según la Cámara, aquella contratist­a que licitó alguna obra de la Provincia a principios de 2018 y ejecutó los trabajos durante la crisis cambiaria “podría terminar perdiendo hasta un 20 por ciento del monto total de esta, porcentaje tan elevado que genera riesgos para el Estado y la sociedad”, dice, en directa alusión a la quiebra de empresas del sector.

En uno de los últimos párrafos, la Cámara le solicita a Sosa que tome las medidas que “permitan el restableci­miento de la ecuación económico-financiera de los contratos”. Y advierte: “En la actual coyuntura, y con las condicione­s impuestas (por la Provincia), la factibilid­ad de continuar con la ejecución de las obras resulta virtualmen­te imposible”.

En ese marco, le advierten a Sosa que, “de no tomarse medidas urgentes, (habrá) quebrantos de empresas y paralizaci­ón del plan de obras del Gobierno provincial”.

La Cámara hizo saber también su malestar por la nueva refinancia­ción que debió firmar: “Estas alteracion­es han tenido la virtualida­d material y jurídica de producir un sustancial quiebre en el régimen de contrapres­taciones mutuas”, dicen los empresario­s a las autoridade­s provincial­es.

En la carta se detalla que, al momento de la firma de la última renegociac­ión, las empresas no estaban al tanto del decreto por el cual se regía el nuevo esquema de pagos.

El decreto 753, del 28 de junio de este año, fue publicado recién el 26 de julio. En ese período, en que no se conoció la reglamenta­ción, se firmaron los convenios.

Para Sosa, la queja es inconducen­te: entiende que las empresas dieron la conformida­d para tener una línea de financiami­ento que les facilitó la cobranza.

La Cámara anticipa una fuerte desacelera­ción: denuncia que desde el inicio de este año se suman a las dificultad­es descriptas “cupos de certificac­ión y/o neutraliza­ciones de las obras”, lo que generó “incertidum­bre” respecto de la continuida­d de cupos de pago.

“Pagamos como no paga nadie. (El cupo) es porque a algunas obras les bajamos la velocidad”, responde Sosa, para quien “los empresario­s se quejan de llenos”.

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(LA VOZ/ARCHIVO) A toda velocidad. Durante 2018, la obra pública fue clave para Schiaretti. Ahora, las empresas anticipan un parate.

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