La Voz del Interior

Comerciant­es se quejan por las protestas

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Ayer a la mañana se escucharon las primeras quejas. Los comerciant­es dijeron que se veían perjudicad­os por las protestas callejeras.

En ese momento se asentaba un nuevo acampe en bulevar Chacabuco, entre bulevar Illia y Entre Ríos. Las carpas se acomodaban y los ocupantes prometían quedarse hasta hoy al mediodía.

Las organizaci­ones sociales eligieron ese lugar para acampar por segundo miércoles consecutiv­o. Allí funciona la sede cordobesa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

“Estamos muertos. Pusieron un puesto de choripanes en la puerta y entra todo el humo a la farmacia”, se lamentó Alfredo, titular de la farmacia Chacabuco.

Según el dueño, el humo de los chorizos a las brasas es el mal menor. “Orinan y hacen sus necesidade­s en la puerta de los locales. La gente no entra porque se espanta; a lo largo del día el local está vacío”, aseguró Alfredo.

Dijo también que entiende la situación de crisis generaliza­da, pero sólo ve una salida. “Los tienen que sacar por la fuerza. No saben por qué vienen a protestar. Vos preguntás por qué ocupan la calle y no saben qué responder”, disparó.

“No se dan cuenta el daño que hacen. Estoy evaluando el cierre del local que administro; no es solo la protesta, también hay una crisis insostenib­le”, lamentó el farmacéuti­co.

Sobre los daños económicos, Alfredo estimó una pérdida del 50 por ciento en volumen de venta. “Alquilo este local. No junto dinero para los empleados y para el alquiler. La situación es realmente grave. También les pasa a los empleados cuando vienen a trabajar. Los puentes están cortados y los trabajador­es no pueden circular”, expresó el comerciant­e.

Punto conflictiv­o

“Con los demás compañeros de rubro juntamos firmas para que trasladen la sede del ministerio”, contaron desde Cinfani, un local que se dedica a la compostura de calzados.

Según este grupo de minoristas, todos los miércoles se realizan manifestac­iones en este punto de la ciudad. “Un local es insostenib­le. A veces tenemos que renegar porque entran los chicos, los adultos, y no quieren salir. Pero también hay que reconocer que la mayoría es respetuosa y cuando uno les pide permiso, lo conceden”, comentaron en Cifani.

Los signos de preocupaci­ón se repitieron unos metros más adelante. “El Pela” atiende la Librería Mediterrán­ea. El local atiende al público hace 25 años.

El vínculo con la gente es inocultabl­e. “Che, ‘Pela’, a dónde te mando el archivo para que imprimas”, preguntó “la Negra” cuando ingresó, intempesti­vamente, al comercio.

“Negra, no tengo internet –contestó el comerciant­e–. Pero mirá, te doy un pen drive y bajás el archivo en el cyber de la esquina”, solucionó el hombre.

“La caída en las ventas supera un 60 por ciento. Nos afecta con gravedad. Y la solución es simple: lleven la sede del Ministerio a la Casa de Gobierno”, sugirió con enojo.

Por su parte, desde la Cámara de Comercio de Córdoba dijeron estar de acuerdo con la libertad para protestar, pero considerar­on “abusivas” las manifestac­iones que afectan a terceros, en este caso a comerciant­es que ven en baja sus ventas.

“Las pérdidas por las protestas durante una semana equivalen al alquiler de un mes”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio de Córdoba, José Viale.

El abogado que representa a un grupo de locales y vecinos, Sebastián Ponce, aseguró en diálogo con los medios locales, que las manifestac­iones

ESTAMOS MUERTOS. PUSIERON UN PUESTO DE CHORIPANES EN LA PUERTA Y ENTRA EL HUMO A LA FARMACIA. Alfredo, dueño de la farmacia Chacabuco

compromete­n los negocios. Además adelantó que en algunos casos hasta analizan bajar las persianas.

El acampe sigue en las inmediacio­nes del Ministerio. Los comerciant­es sienten que los perjudica.

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(NICOLÁS BRAVO) Depresión. Comerciant­es evalúan cerrar persianas por pérdidas que generan las repetidas protestas.
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