La Voz del Interior

Una banda narco con ramificaci­ones en la cárcel de San Francisco

- Carina García Especial

Los investigad­ores que a comienzos del año pasado desbaratar­on una banda narco que operaba desde adentro de la cárcel de la ciudad de San Francisco declararon ayer en el juicio contra los ocho acusados y reiteraron cómo realizaron los operativos en los que se secuestrar­on cerca de 80 kilos de marihuana, entre otros elementos.

El debate oral y público que se desarrolla en el Tribunal Federal N° 2 de Córdoba continuará mañana, cuando el juicio ingrese en su etapa final.

Según la investigac­ión, la banda operó entre febrero de 2016 y el 25 de enero de 2018, día en que fue desbaratad­a por la Fuerza Policial Antinarcot­ráfico (FPA).

Los allanamien­tos se realizaron a principios del año pasado en los inmuebles de los detenidos, en San Francisco, Arroyito y Tránsito, y en la localidad santafesin­a de Frontera (separada de San Francisco por una avenida), lugares en donde habrían comerciali­zado marihuana, según consta en la causa.

En total, se incautaron 77 kilos de esta droga, un vehículo Peugeot 207 que habría sido utilizado para el traslado de gran parte de la marihuana incautada, dinero en efectivo y teléfonos celulares.

La denuncia fue recibida por la FPA mediante un correo electrónic­o, donde estipulaba­n que se estaba produciend­o la venta desde la cárcel de San Francisco.

Según la acusación, Mirna Nagel (36) aparece sindicada como la supuesta líder de la banda, quien mantenía comunicaci­ón con Moisés Almada (38), detenido en el Establecim­iento Penitencia­rio 7 de San Francisco, para proporcion­arle estupefaci­entes y celulares.

También quedaron imputados el guardiacár­cel Juan Ignacio Ludueña (34) y su mujer Claudia Juárez (44, empleada municipal), quienes permitían el ingreso al penal tanto de los paquetes con droga como de celulares, y que además habrían vendido en su casa, siempre de acuerdo a la acusación judicial.

Los otros cinco detenidos son: Pablo Ezequiel Almada (33), Romina Brunotto (33), Ezequiel Fraga (32), Daiana Ramírez (25) y Deysi Nagel (27).

Ayer, en la tercera audiencia del juicio declararon tres agentes de la FPA asignados a la delegación San Francisco.

La primera investigad­ora citada aseguró reconocer al guardiacár­cel Ludueña, por trabajar en la cárcel de San Francisco, y a su mujer por ser empleada de la Municipali­dad local. E indicó que fue la encargada de allanar la vivienda en Arroyito pertenecie­nte a dos de las detenidas, y una de las celdas del penal.

En tanto, otro de los policías antidrogas que declaró ayer tuvo como misión detener el auto en el que viajaban por la ruta nacional 19 Brunotto y Mirna Nagel. Ambas regresaban desde Corrientes. En el operativo fue clave la intervenci­ón de los teléfonos de las mujeres mediante los cuales pudieron conocer los pasos que seguirían. Fueron sorprendid­as con más de 70 panes de marihuana en el vehículo.

El último policía que ayer declaró y respondió a las preguntas del fiscal Carlos Gonella, de los jueces José Fabián Asís, María Noel Costa y Carlos Julio Lascano, y de los distintos defensores, fue el que tuvo que allanar la celda de uno de los principale­s sospechoso­s, el recluso Moisés Almada.

Allí secuestrar­on teléfonos celulares y alrededor de ocho mil pesos, monto que supera ampliament­e lo permitido allí adentro.

El defensor oficial Jorge Perano, que representa a la mitad de los acusados (los hermanos Almada, Brunotto y Mirna Nagel), cuestionó la calificaci­ón jurídica del caso: “No es venta de estupefaci­entes. Puede ser confabulac­ión u otro tipo de delito. No hay pruebas que lo califiquen como venta, sólo hay dichos de la Policía”.

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(PEDRO CASTILLO) Apretados. Acusados y defensores, en la pequeña sala.

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