Se sufren la formación en filas, ir al baño, hacer educación física
Tanto padres, como jóvenes y referentes de la comunidad trans coinciden en que la escuela de hoy sigue reproduciendo el paradigma binario en costumbres como la de separar por género la formación en fila, las listas y hasta las clases de educación física.
Aunque también hay que aclarar, que existen casos donde los niños y adolescentes se sienten más contenidos allí que en el seno de sus familias.
“En la escuela se pone en jaque a todas las infancias diversas, no solo las trans. La escuela de hoy está hecha para el alumno promedio y el resto tiene que hacer malabares para estar adentro. Tenemos una escuela sin una visión integradora e inclusiva”, opina Celeste Giachetta.
Los baños, las listas y la clase de educación física son los momentos en los que los alumnos son clasificados como “nenas o varones” y eso excluye a quienes están haciendo una transición de género. En general, los chicos se sienten más apoyados por sus compañeros que por las autoridades o los docentes.
“La irrupción de las infancias trans nos interpela como adultos que venimos de otra estructura. Los directivos y docentes que han acompañado algún proceso de una persona en su institución manifiestan que si bien al principio les hizo ruido luego de conocer la ley de identidad de Género y trabajarla, la escuela sale fortalecida”, indicó Silvia Marchetti, secretaria de Derechos Humanos y Género de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC).
A su vez, Sonia Papera, coordinadora del Programa Provincial ESI reconoce que el eje de diversidad de género es el punto más difícil de tratar cuando dan capacitaciones a las escuelas.
Educación física y baños
En cuanto a las clases de Educación Física, Papera aclaró que hay una reglamentación de la subdirección de Educación Física que especifica que las clases tienen que ser mixtas y enmarcadas en la perspectiva de género, pero reconocen que muchas escuelas no lo respetan.
“En el colegio me obligaban a practicar natación con las chicas. Yo quería usar bermudas y una remera para tapar mis pechos, pero no. Debía hacerlo con las mujeres”, recuerda Lautaro, un joven trans que hoy tiene 20 años y que recuerda los malos momentos que pasaba en una conocida institución de la ciudad de Córdoba.
El baño es otro de los territorios en disputa para aquellos pequeños o jóvenes trans, pues a veces no los dejan elegir si ir al de nenas o al de varones, de acuerdo al que se sientan cómodos. Papera indicó que el baño es un espacio privado y no un lugar donde se comparte entre todos. “Cada vez más, las escuelas tienden a reemplazar los mingitorios por espacios privados. El baño es un espacio de intimidad”, dijo y recordó que cada institución tiene autonomía para hacer sus reglamentaciones en pos de garantizar los derechos de niños y niñas.
EN EL COLEGIO ME OBLIGABAN A HACER NATACIÓN CON LAS CHICAS, YO QUERÍA USAR BERMUDAS. Lautaro, joven trans