El empleador que todos quieren tener
Nadie sabe a ciencia cierta de dónde sacará los recursos para pagar los sueldos, pero la Municipalidad de Córdoba lidera el trono del empleador que todos quieren tener: los empleados municipales son de los pocos trabajadores del país que tienen sus salarios alineados con la inflación. Y ayer el cierre de la paritaria de los recolectores de basura confirmó un aumento del 23 por ciento por seis meses para los afiliados al Surrbac.
El sueldo bruto promedio de un empleado municipal roza en la actualidad los 118 mil pesos. Y el de los recolectores superará en noviembre próximo los 85 mil pesos. En ambos casos, los recursos salen íntegramente del presupuesto municipal, que entre los salarios de sus 11 mil empleados y el servicio de basura consume cerca del 80 por ciento de sus ingresos.
En el caso de la negociación con el Surrbac, lo más llamativo fue la ausencia de las empresas privadas en la discusión: el municipio asumió el rol de empleador de todos los recolectores y también asumió el compromiso de subir la tarifa que cobran las empresas para compensar la suba salarial acordada.
Tal es el costo de esos dos rubros salariales, que semanas atrás el intendente Ramón Mestre decretó una ampliación del presupuesto por casi 3.700 millones de pesos:
2.700 millones para fortalecer la partida de los sueldos municipales y 1.500 millones extra para la basura. No está claro cómo se financiará esa suba del gasto y en el equipo del electo Martín Llaryora descuentan que para cumplir con los sueldos se dejará de pagar otros gastos corrientes.
Esta negociación paritaria cerrada con el Surrbac es la última decisión salarial de peso que debía adoptar la gestión Mestre, que en los últimos dos años tuvo como objetivo primordial evitar cualquier tipo de conflicto gremial. Lo logró a costa del presupuesto municipal.
El 10 de diciembre, cuando asuma la intendencia Martín Llaryora, tanto el Suoem como el Surrbac estarán esperando el inicio de la discusión paritaria
2020 y pretenderán mantener salarios indexados. Será un bautismo de fuego para la futura gestión.