La canasta del súper pasó de mil a 19 mil pesos en 10 años
La lista de productos que releva este diario costaba $ 1.093 en enero de 2010. Hoy llega a $ 19.384. El precio de algunos alimentos básicos subió aún más. La manteca, la yerba y el aceite superaron el 2.000% de aumento.
Tan habitual se ha vuelto la inflación en la Argentina que resulta un esforzado ejercicio de memoria recordar cuánto valían los productos de la canasta de alimentos, de higiene personal y de limpieza hace 10 años.
Pero La Voz viene llevando un registro mensual de los precios en las cadenas de supermercados minoristas de la ciudad de Córdoba y ese relevamiento permite comparar, por ejemplo, cuánto costaban las gaseosas o el paquete de azúcar o un kilo de bananas en enero de 2010 y cuánto cuestan hoy, una década después.
En promedio, en estos últimos 10 años, los precios en los supermercados subieron el 1.673%. Una compra de esos productos básicos, que incluyen alimentos y artículos de higiene y limpieza, implicaba un monto de $ 1.093 hace una década. En la actualidad, la misma compra significa un desembolso de $ 19.384.
Lo que más aumentó en el período fue la yerba (2.639%) y lo que menos subió fue la papa (862%).
¿Se acuerda de cuánto salía un litro de leche hace 10 años? ¿Y un kilo de pan? ¿Y un paquete de yerba? ¿Recuerda cuánto gastaba para llenar un changuito cada vez que iba al súper?
Han pasado 10 años, y en Argentina eso es mucho tiempo. Sobre todo en términos económicos. En la última década, la inflación ha sido nuevamente protagonista, y los precios no han parado de subir año tras año.
Aprovechando que comenzamos una nueva década, y terminamos otra, La Voz comparó los precios de enero de este año con los de enero de 2010, y el resultado –aunque esperado– no deja de sorprender.
Tomando como base la canasta que releva este diario mes a mes en las principales cadenas minoristas de la ciudad de Córdoba, el incremento de precios en dicho período promedió el 1.673,08 por ciento.
En enero de 2010, la canasta de 41 productos secos y frescos y artículos de limpieza y tocador (que suman 194 unidades) tenía un costo de 1.093,28 pesos. Hoy, 10 años después, vale 19.384,70 pesos. La diferencia es impresionante: 16,7 veces más.
El resultado resume sin más vueltas el fracaso en materia de contención de la inflación en la última década. Ni la administración kirchnerista, que gobernó el país entre 2003 y 2015, ni el gobierno macrista de los últimos cuatro años lograron dominar la persistente alza en los precios.
Más de 20 veces
Al analizar los productos más básicos que componen la canasta, se observa que muchos de ellos subieron por encima de la media.
La yerba, por ejemplo, aumentó 2.639 por ciento en la última década. Un paquete de un kilo de una marca reconocida (aunque no la más cara) costaba en enero de 2010 apenas 7,02 pesos. En la actualidad, el mismo envase, con la misma yerba, sale 192,35 pesos. Con lo que sale hoy un paquete de yerba, se podían comprar 27 kilos hace 10 años. Y todavía sobraría plata.
Otro de los productos que más aumentaron en este lapso es la manteca. Un paquete de 200 gramos de primera marca que hoy cuesta casi 112 pesos valía 4,15 pesos hace 10 años.
La manteca es el producto lácteo que más subió, pero no el único. La lecha fluida en saché, también de una marca reconocida, pasó de 3,05 pesos a comienzos de 2010 a 52,81 pesos en la actualidad.
En los últimos tres años, la leche viene aumentando de manera sostenida, lo que generó no sólo una caída drástica en su consumo, sino también la aparición de diversos productos sustitutos, como los “alimentos a base de leche”.
El aceite de girasol, uno de los productos de mayor rotación en la alacena de cualquier hogar, también se anotó entre los que más se encarecieron en estos 10 años. La botella de 1,5 litros pasó de costar 5,63 a 132 pesos (+ 2.244 por ciento).
En rigor, en la primera mitad de la década pasada, el precio de este producto aumentó muy poco merced a una disposición oficial que ordenaba a las exportadoras de aceite a subsidiar el costo para el consumo interno.
Entre las bebidas, la gaseosa más consumida también subió muchísimo de precio. La botella no retornable de 2,25 litros costaba hace 10 años 6,19 pesos. Hoy, el envase descartable de 2,50 litros (la anterior presentación ya no se comercializa en los supermercados) sale casi 126 pesos.
Las carnes merecen un párrafo aparte. El corte que más aumentó en la década pasada fue la carne molida: un 2.621 por ciento, muy por arriba de la media de la canasta. El kilo de “picada
CON LO QUE CUESTA HOY UN PAQUETE DE YERBA, SE PODÍAN COMPRAR 27 KILOS HACE 10 AÑOS. Y TODAVÍA NOS SOBRARÍA PLATA.
LA CONSTANTE SUBA EN EL PRECIO DE LA LECHE PROVOCÓ UNA BAJA EN EL CONSUMO Y LA APARICIÓN DE MUCHOS PRODUCTOS SUSTITUTOS.
común” costaba 8,91 pesos en enero de 2010 y hoy cuesta 242 pesos.
Los cortes de pulpa no aumentaron tanto, pero también ajustaron significativamente su precio. El kilo de bifes de nalga pasó de 23,37 a 423,48 pesos: un incremento superior al 1.700 por ciento.
También en los últimos años, producto de la apertura de las exportaciones, el valor de la carne para el mercado interno experimentó una suba importante que, en la primera mitad de la década, estuvo relativamente contenida.
Algo similar pasó con el pan y con las harinas en general. En los últimos tres años, el precio se disparó ante la ausencia de medidas de protección al mercado interno. El pan francés subió más del 1.500 por ciento en 10 años, pasando de
5,83 a 94,20 pesos por kilo. El rubro frutas y verduras fue el que menos subió en la década. En general, estos alimentos frescos, muchos producidos en el cinturón verde de Córdoba, aumentaron por debajo de la media.
La papa, por ejemplo, la verdura más consumida en la mesa de los cordobeses, “sólo” subió un
862 por ciento en 10 años. En enero de 2010, el kilo salía 3,22 pesos, y hoy cuesta 30,95.
Las verduras de hoja, como la lechuga o la acelga, aumentaron en el mismo período entre 1.100 y
1.300 por ciento. Un kilo de lechuga arrepollada costaba casi seis pesos en aquel entonces, y actualmente vale entre 70 y 75 pesos. El paquete de acelga, en tanto, pasó de 3,20 a 40 pesos.
Las frutas tuvieron comportamientos semejantes, con incrementos superiores al mil por ciento en la década, pero por debajo del promedio de la canasta general. La banana es la única excepción: producto de las constantes subas del dólar (la mayoría se importa de Ecuador y de Bolivia), su precio se ajustó casi 2.500 por ciento en 10 años: de 4,24 pesos por kilo, se fue a casi 110 pesos.
Imparable
Más allá de las variaciones en los distintos rubros, con semejantes aumentos en todos los productos que la componen, el costo de la canasta que releva La Voz se viene haciendo cada año más pesada para el presupuesto familiar.
Aunque viene subiendo año tras año, desde 2017 su valor se disparó de manera alarmante, sin que hasta ahora se observe alguna desaceleración que permita suponer un cambio de tendencia.
En 2010, el costo de la canasta no superaba los 1.100 pesos. A mediados de la década (en 2015), ya había trepado a casi cuatro mil pesos. En los siguientes tres años, comenzó a encarecerse a un ritmo mayor, hasta llegar a comienzos de 2018 a un valor de 7.835 pesos.
Pero lo más complicado estaba por venir. En ese año, megadevaluación del dólar mediante, el costo de la canasta se disparó un 60 por ciento en 12 meses, para superar los 12.600 pesos.
Y en 2019, con una nueva crisis cambiaria que llevó el dólar por arriba de los 63 pesos, y con el estrés que significó el extenso calendario electoral, la canasta volvió a subir fuertemente. En todo el año, se encareció un 53,7 por ciento, alcanzando casi los 20 mil pesos.