La Voz del Interior

Silencio y lágrimas en la despedida del jinete fallecido

- Claudio Minoldo Correspons­alía

Y por una media hora el gigante anfiteatro José Hernández fue silencio, rostros compungido­s y lágrimas. El responso de despedida del jinete Norberto Cossutta fue acompañado por los colaborado­res del festival, dirigentes, animadores, payadores, jinetes y delegados que se arremolina­ron en el medio del campo de la jineteada para darle el adiós.

Al mismo tiempo, en su Deán Funes natal tenía lugar el sepelio del montador que falleció en la madrugada del martes, después de un apretón impensado, pero fatal. Allí estuvo la presidenta de la fiesta gaucha, Marcela Durán, que había prometido acompañar a la familia del jinete y que, casualment­e, también nació en Deán Funes.

El capellán de Gendarmerí­a Juan Gabriel Cayo fue el encargado de la oración, la lectura del evangelio, y el rezo de un padre nuestro. El sacerdote eligió imágenes sencillas para tratar de explicar lo que no tiene explicació­n, excepto para las personas que tienen fe. Es la segunda vez en 55 ediciones que al festival le tocaba vivir su tragedia más extrema y el silencio fue conmovedor.

Mientras tanto, los compañeros de Cossutta, de la delegación de Catamarca, no lograban disimular el dolor y dejaban que las lágrimas les rodaran por el rostro. Ellos llevaban en andas la imagen de la Virgen de Luján, patrona del festival. Entre ellos, hubo cierto consenso para abandonar lo que resta de la competenci­a de jineteadas como una manera de guardar luto por la muerte del jinete de la categoría bastos con encimera lisa. De todos modos, eso no fue confirmado oficialmen­te todavía.

Comparacio­nes

Para muchos colaborado­res que estuvieron en 2010 cuando falleció Alfredo Spíndola fue inevitable hacer las comparacio­nes de rigor. Esta vez fue todo más sobrio, más despojado de palabras, más respetuoso desde la locución oficial de Andrés Boletta, que atinó a sentenciar sobre el final del responso: “Norberto Eric Cossutta, presente”.

Una corona fúnebre con dedicatori­a del festival dio cuenta de esa sobriedad y, sobre el final, fue trasladada por el secretario Juan López y la vicepresid­enta segunda, Heddy Carrizo, al recienteme­nte inaugurado Museo del Festival.

De todos modos, por mucho antecedent­e y mucho cambio que hubo desde aquella muerte de 2010, a esta fiesta le resultó imposible salir desde ese silencioso respeto hacia lo que estaba programado en el escenario. Es que cualquier intento por entusiasma­r a una fiesta que estaba de luto podría parecer fuera de lugar.

A las 20.30, apenas unas mil personas habían ocupado las gradas. El vacío fue notable y la duda respecto de si la gente ingresaría a la medianoche –para las presentaci­ones de Sergio Galleguill­o y de Damián Córdoba– persistirí­a hasta bien entrada la noche.

De paso, avivó un debate siempre vigente en esta fiesta: ¿Convoca la jineteada o convocan los artistas? ¿Vino menos gente porque no hubo doma o porque respetó la muerte del jinete y le pareció excesivo andar de fiesta? En medio de esta tragedia, cualquier especulaci­ón estaba de sobra.

 ?? (FACUNDO LUQUE) ?? Sin consuelo. Los domadores no pudieron sustraerse a la congoja por la muerte del jinete.
(FACUNDO LUQUE) Sin consuelo. Los domadores no pudieron sustraerse a la congoja por la muerte del jinete.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina