La Voz del Interior

De australes a pesos: el recuerdo de 1991, el último índice tan alto

- Federico Giammaría fgiammaria@lavozdelin­terior.com.ar

Fue una sesión maratónica, que se definió con 115 votos a favor y 64 en contra. El objetivo del gobierno nacional, presidido por Carlos Menem, era que el Congreso aprobara la Ley de Convertibi­lidad, ideada por Domingo Cavallo.

Menem lo hizo. El 27 de marzo de 1991 se sancionó la iniciativa que determinab­a la convertibi­lidad del austral con el dólar. Era el comienzo de un proceso que logró contener la inflación.

Como anécdota, vale recordar que ni el radicalism­o ni la Ucedé –con Álvaro Alsogaray– acompañaro­n a Menem aquella noche.

Entre otras cuestiones, se debatió si era posible un “tipo de cambio fijo” y, también, cómo se llevaría adelante la “desindexac­ión de los contratos” (algo que, por decreto, se pondría en marcha un par de días después).

La ley se sancionó en marzo y fue aplicándos­e sistemátic­amente hasta que, el 1° de enero de 1992, salió a la calle el peso.

Entre otras medidas, creció la flexibilid­ad laboral, se terminaron las paritarias y se renegoció la deuda externa.

Pero, durante esos meses, el país siguió sufriendo fuertes aumentos de precios. Para combatirlo­s, el Ministerio de Economía aplicaba sanciones a las empresas que remarcaban (a La Serenísima y a Sancor Cavallo les suspendió los beneficios impositivo­s porque “aumentaron sin justificac­ión”).

“El presidente Menem impartió instruccio­nes muy precisas al ministro Cavallo para que abriera la importació­n de lácteos si persisten los aumentos”, decía La Voz en marzo de 1991.

Aquel 1991 finalizó con 84% de inflación. Es la cifra más alta que se recuerde luego de la informació­n dada a conocer ayer por el Indec: 53,8% para 2019.

No sólo los números se asemejan. También, las situacione­s. Y es que en aquellos años, desde Córdoba, el por entonces gobernador,

Eduardo Angeloz, acusaba al gobierno nacional de “dibujar los índices”, ya que en algunos meses la inflación provincial había dado más alta que la nacional.

La Ley de Convertibi­lidad comenzó a dar resultado de a poco: la inflación más fuerte se había producido en el primer semestre

(69%), y en el segundo fue cediendo (8,3%).

En total, en los nueve primeros meses de la convertibi­lidad, la suba de precios había sido del

21,1%. Con una notable baja: 11,8% en el trimestre abril-junio, 5,8% para julio-septiembre y apenas un

2,4% en octubre-diciembre. En enero, y ya con el peso en circulació­n, desde el gobierno nacional avisaron que para 1992 la inflación llegaría a un dígito. Algo que se alcanzó recién en 1993.

Historia

La inflación de 1991 había sido la menor desde 1986 (años de alfonsinis­mo y del plan Austral), cuando los argentinos sufrieron una suba de precios del 81,9%.

Pero, además, por primera vez desde 1973 (cuando regía un congelamie­nto de precios), se registraba­n en Argentina dos meses consecutiv­os de una inflación inferior al uno por ciento.

Para que se pusiera en marcha el paso, hubo que utilizar una

“tablita” de convertibi­lidad entre el peso y el austral. Vale recordar que un peso equivalía a un dólar.

Por ejemplo, el litro de nafta súper costaba 0,74 centavos de peso-dólar (7.420 australes). ¿Cuánto cuesta hoy? 0,73 centavos de dólar (60 pesos).

La leche, en 1992, valía 0,46 centavos de dólar. Hoy puede conseguirs­e a 0,51 (42 pesos según Precios Cuidados).

¿De cuánto era el salario? De 200 dólares (congelado por decisión del gobierno). Unos 16.400 pesos.

Aquella “tablita” fue acompañada por una serie de explicacio­nes técnicas para llevar adelante la transición entre los australes y los pesos.

“Se deberá tachar la palabra ‘australes’ y su correspond­iente signo. Luego se deberá colocar la denominaci­ón ‘pesos’, para cuya identifica­ción se recurrirá a la tradiciona­l ‘S’ atravesada por una sola barra vertical”, decía una de las indicacion­es del Central.

Eso sí: el gobierno nacional de aquel año dejó claro que el cambio de moneda no implicaba “ninguna clase de devaluació­n ni de ajuste de precios por redondeo”.

Y un dato más, que suena a déjà vu para los argentinos: se trabajaba en un nuevo sistema aduanero para controlar la salida de “miles de argentinos al exterior”.

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 ?? (GENTILEZA LA NACIÓN) ?? Gabinete. Roque Fernández y Domingo Cavallo, en una imagen del año 1991, cuando se aprobó la convertibi­lidad.
(GENTILEZA LA NACIÓN) Gabinete. Roque Fernández y Domingo Cavallo, en una imagen del año 1991, cuando se aprobó la convertibi­lidad.

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