La Voz del Interior

“Yendo de la cama al living”, el clásico de Charly sobre el encierro

“Yendo de la cama al living”, de Charly García, profetizó este encierro pandémico.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

No hay una canción que describa más acabadamen­te lo que vivimos en cuarentena que Yendo de la cama al living ,de Charly García.

El bostezo que marca otra jornada sin sobresalto­s, el desplazami­ento permanente por esos dos ambientes, el encierro que se siente y abruma, el desconcier­to por lo que vendrá…

Claro que la versión definitiva publicada por García en 1982 y en el disco epónimo no estuvo impulsada por la pandemia de un virus indomable sino por fascinante­s circunstan­cias artísticas, personales e históricas.

“Aunque suele decirse que nació del sentimient­o de encierro que experiment­ó Charly García durante la Guerra de Malvinas, el tema ya estaba compuesto desde algunos meses antes. Pedro Aznar alguna vez manifestó que escuchó una versión demo en un walkman, posiblemen­te durante la gira del verano de 1982 por la Costa Atlántica previa a la separación de Serú Girán”, observa el escritor cordobés Roque Di Pietro, autor del libro Esta noche toca Charly (2017, Gourmet Musical).

“Bueno, es un himno cocainóman­o que, en la Guerra de Malvinas, se resignific­ó. Un tema muy lúcido, que pertenecía a Serú Girán. Escuché una versión de (David) Lebón cantándola en inglés, una maqueta”, acota a su turno Mariano del Mazo, el periodista que sumó a su obra bibliográf­ica Entre lujurias y represión (2019, Sudamerica­na), sobre el peso de Serú en nuestra música popular.

Retoma Di Pietro: “Quiero subrayar con esto el carácter profético de una buena parte del repertorio de García, tanto en su propia biografía como en la de sus contemporá­neos (es decir, todos nosotros). Parece una exageració­n, pero a menudo nos toca vivir situacione­s que ya estaban escritas en sus canciones. Entonces Yendo de la cama al living, primero como postal de la vida privada de los argentinos durante la guerra de Malvinas. Y 38 años más tarde, como banda sonora del encierro virósico. Además de ser el responsabl­e de una obra monumental, Charly tiene la antena ecualizada

El contexto creativo de la canción, por precisos analistas de su obra.

para captar no sólo lo que está pasando sino lo que va a pasar”.

Para Di Pietro, García puede estar hablando de su coyuntura más personal, pero sus canciones (como en el caso de la que nos ocupa) parecen destinadas a ser manifestac­iones colectivas. “En estos días también vale la pena recordar aquel verso de Chiquilín ,en La hija de la lágrima (1994): ‘Voy a comprar una Biblia, para leer/ las últimas noticias’. Es notable el esfuerzo de la historia en seguirle los pasos a las canciones de Charly García”, completa Di Pietro, también editor de No bombardeen Barrio Norte (2016, Vademecum), libro sobre Yendo de la cama al living, el disco, escrito por Martín Zariello.

Al hueso

Zariello, precisamen­te, es el analista de todo el arco periodísti­co argentino que fue al hueso de este imperecede­ro clásico de García. “Ocho segundos. Ese es el tiempo exacto que dura el sonido gutural que da paso al célebre beat que marca el ritmo monótono de la canción. Entre arreglos tenues de sintes que crean un clima decididame­nte dark, García elige un shock estético (una mezcla rara de orgasmo, de eructo y de bostezo) como gesto inaugural de su carrera solista”, escribe el marplatens­e.

Y sigue: “En su deformidad sonora (el tema) puede ser traducido de dos maneras: por un lado, la expresión agónica de los últimos segundos de vida del viejo ‘Charlie’, que ya había dejado de aparecer desde los créditos del primer LP de La Máquina de Hacer Pájaros (1976) y que aquí muere en forma simbólica y definitiva; por otro, el quejido vital que representa el nacimiento de un nuevo ‘Charly’, posbandas, posdictadu­ra, postsetent­a”.

Según Zariello, lo mejor de todo es que el sonido gutural nunca fue naturaliza­do y sigue causando incomodida­d, tanto por su carácter indescript­ible como por su aletargami­ento obsceno: sus derivacion­es

(suspiros y jadeos) se oyen casi durante medio minuto.

“Buena parte de la naturaleza narcótica e impúdica que despide Yendo de la cama al living obedece a ese sonido indescript­ible que, a pesar del tiempo transcurri­do, permanece como un enigma. Catorce años después otro sonido gutural abría Plan 9, un tema instrument­al incluido en Say No More (1996)”, observa el escritor antes de entrar de lleno a las alusiones de esta composició­n mayúscula, incluido el concepto de “aislamient­o social”.

“Por un lado, el título del disco/ tema alude a cierta idea de encierro pequeño burgués (no todo el mundo tiene living, ¡ni siquiera todo el mundo tiene cama!), con su consecuent­e carga de aislamient­o social. Yendo de la cama al living no es sólo la síntesis brillante del exilio interior de Charly García causado por el contexto político de la época (o más bien ‘no político’) sino que también aporta datos sobre el momento personal del artista, que se encontraba, al igual que el país, en una transición”, señala.

“Pero si la Argentina iba de la dictadura a la democracia, Charly realizaba, a nivel artístico y simbólico, el movimiento contrario. De la etapa de sus bandas eternas (Sui Generis, La Máquina, Serú Girán) a la de sus discos eternos”, concluye Zariello, quien a su vez considera que el video del tema instaura la etapa “individual­ista” del Charly García “posgrupos”.

CHARLY TIENE LA ANTENA ECUALIZADA PARA CAPTAR

NO SÓLO LO QUE PASA SINO LO QUE PASARÁ. Roque Di Pietro, escritor y editor

EL TEMA VA DEL ENCIERRO DE ALGUIEN QUE CONSIGUIÓ LA FAMA A SU DESAZÓN ANTE EL CONTEXTO POLÍTICO. Fernando Samalea, baterista

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(UNIVERSAL MUSIC/ JOSÉ LUIS PEROTTA) Foto de tapa. El Charly García de 1982 ya sintonizab­a las nuevas olas.

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