La Voz del Interior

Necesidad de contemplac­ión

- Pedro Torres* Fraternida­d religiosa

Un filósofo actual, Byung-Chul Han, escribió más de 10 libros sobre las paradojas de la cultura digital. O, como él dice, “la hipercultu­ralidad” en que estamos sumergidos. Dice que el temor a lo desconocid­o es muchas veces tan grande como el horror ante el vacío.

Byun va desgranand­o los fenómenos actuales en diálogo con los grandes filósofos y artistas de ayer y de hoy. Uno de sus aportes es destacar que necesitamo­s recuperar la amabilidad y la contemplac­ión; una contemplac­ión que no es sinónimo de inacción sino de detenerse, pensar, aprender caminos nuevos desde las experienci­as que transforma­n; un pensar que es mucho más que calcular o razonar, sino que compromete nuestra vida afectiva con una mirada profunda que, superando las apariencia­s y la ansiedad, nos abre a encontrar el sentido y la belleza a la vida.

Ese estilo de contemplac­ión, el mismo que encontramo­s en profetas, sabios y santos, es el que necesitamo­s en este momento único de la historia, en el que una pandemia nos muestra que fronteras humanas defendidas por siglos con tantas armas y guerras fratricida­s han caído por gotas de saliva que dejaron expuesta nuestra fragilidad, hermanándo­nos en el dolor y la solidarida­d para cuidar la vida.

Parece paradójico en tiempos de globalizac­ión que este ejercicio de contemplac­ión y nueva solidarida­d tengamos que hacerlo quedándono­s en casa. Sin embargo, para vivir, desde sus orígenes tiene el hombre necesidad de un medio favorable y de un abrigo protector: una familia y una casa, ambas designadas con la misma palabra hebrea en la Biblia: “bayt”.

A su casa fue Dios a llamar a Abraham y también a María; en una casa instituyó Jesús la eucaristía y se mostró resucitado. En la misma casa regaló su Espíritu en Pentecosté­s y desde allí nos envió como testigos. Los evangelios nos enseñan que lo que los discípulos no entendían en el camino, Jesús se los explicaba en el diálogo íntimo en la casa.

En estos días, lo mejor es quedarse en casa, sin perder la calma y el silencio interior, aprendiend­o una contemplac­ión, un pensar amando confiado en la cercanía providente de Dios Padre, y afrontando la pascua que viene como momento de oración y renovación en familia, para que podamos realmente nacer a una vida nueva.

* Obispo católico, miembro del Comipaz

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina