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Ambos módulos conllevan recomendaciones de lecturas afines a las búsquedas de cada uno. Los ejercicios intentan potenciar, ampliar, expandir y abrir las imágenes, conceptos y poéticas personales, acompañados por lecturas pertinentes.
Una clínica de libro ilustrado y libro álbum es lo que propone El Esperpento, nombre con el que se conoce al ilustrador y editor Mauricio Micheloud, uno de los factótum de Ediciones de la Terraza. Barbi Couto, editora y comunicadora, es la otra pata de Ediciones de la Terraza y acaba de poner online la propuesta de un “Taller para aprender juntes sobre Financiamiento colectivo”.
La idea es adentrarse en el paradigma de la cultura libre, reflexionar qué implicancias tiene trabajar desde formas cooperativas/colectivas de producción cultural, además de detallar todos los pasos necesarios para armar una campaña de financiamiento colectivo.
Mariana Guagliano activó hace unos días un taller virtual para “Pintar con la aguja”, una técnica que la artista utiliza en sus bordados. “Lo que hago es mandar un PDF y unos archivos de imágenes. Y coordinar con la persona tres clases de una hora, en distintos días”, señala.
La poeta Elena Annibali y el escritor y psicoanalista Gabriel Pantoja dictan una clínica virtual se desprende del taller de poesía presencial. “Ofrecemos trabajar desde dos perspectivas, y a los escritores que trabajan con nosotros, le hacemos una devolución semanal cada uno. Pueden comenzar la clínica y terminarla en cualquier momento del año”, señala Annibali.
La escritora Juliana Bonacci hace ya tres años que se puso manos a la obra en modo virtual con el taller “Un bosque luminoso”, vía correo electrónico. Se plantea como un laboratorio donde se experimenta con las palabras, partiendo de la premisa de que todo puede ser escrito.