La Voz del Interior

Preocupa que el aislamient­o agrave la violencia de género

El Gobierno y la Justicia simplifica­ron procedimie­ntos y protocolos de asistencia a las víctimas. Preocupaci­ón de las autoridade­s y ONG por el aislamient­o de mujeres, niños y adolescent­es.

- Juan Manuel González jmgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

QUE EL AISLAMIENT­O OBLIGATORI­O NO LES HAGA PENSAR A LAS MUJERES QUE ESTÁN SOLAS Y VULNERABLE­S.

Betiana Cabrera Fasolis MuMaLa

NINGUNA MUJER ROMPE LA CUARENTENA OBLIGATORI­A SI SE ESCAPA DE UNA SITUACIÓN VIOLENTA.

Claudia Martínez Ministra de la Mujer

Dato: para las mujeres, el lugar más inseguro del mundo es su casa. Cincuenta y uno por ciento de las víctimas de femicidio entre 2008 y 2017 murieron en su hogar, y el 62 por ciento murieron en manos de su pareja o expareja, según un estudio realizado por la ONG La Casa del Encuentro.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación llegó a una conclusión similar en 2018: el 56 por ciento de los femicidios fueron cometidos por parejas o exparejas de las víctimas; y solamente un seis por ciento eran personas desconocid­as para las víctimas.

Dato: para las niñas, niños y adolescent­es víctimas de abusos sexuales, sus casas son la peor trampa: de las 1.766 denuncias recepciona­das en la ciudad de Córdoba en 2017, 41 por ciento de los abusadores eran del círculo íntimo de la víctima, mientras que en un 17 por ciento de los hechos el acusado era familia política.

El aislamient­o obligatori­o dispuesto en el marco de la pandemia por coronaviru­s podría agravar la situación de miles de mujeres, niñas, niños y adolescent­es; por eso las autoridade­s provincial­es y judiciales simplifica­ron protocolos de actuación y reforzaron los centros de atención telefónica.

“Ninguna mujer rompe la cuarentena si escapa de un hogar violento”, dice Claudia Martínez, ministra de la Mujer, en la primera definición que expresa la preocupaci­ón genuina.

“Estamos muy, pero muy preocupada­s”, coincide la médica Betiana Cabrera Fasolis, integrante de la ONG MuMaLa, con inserción en barrios humildes en la ciudad de Córdoba, donde la cuarentena se vive con desesperac­ión por el brusco parate de la economía. “En estos días, no hemos notado un incremento de los femicidios, pero la preocupaci­ón es justificad­a porque el año pasado el 62 por ciento de los femicidios ocurrió en el hogar de la víctima o en el que compartía la pareja; por eso creemos que la violencia va a recrudecer en el aislamient­o social”, remarca.

Marcelo Hidalgo, el fiscal que coordina las actuacione­s por violencia intrafamil­iar en unidades judiciales de la ciudad de Córdoba, advierte que en las primeras horas de la cuarentena “no hay un indicador que plantee un aumento de la problemáti­ca”, pero “hay un

esquema de emergencia activo, por si es necesario dar una respuesta ante una mayor demanda”.

Las tres opiniones coinciden respecto de la violencia intrafamil­iar: como en la pandemia del coronaviru­s, lo peor aún no llegó.

Otro dato: la mención de los femicidios de Lorena Fabiola Barreto, en Misiones, y Susana Melo, en Buenos Aires, ambos ocurridos durante la cuarentena, no aparece entre las noticias de los principale­s medios del país.

Simplifica­ción

De manera coordinada, la Justicia provincial y el Gobierno simplifica­ron cuestionar­ios a las víctimas y protocolos de actuación, con el propósito de garantizar la atención y minimizar el contacto.

La decisión más importante fue la de autorizar a los ayudantes fiscales a entregar botones antipánico, particular­mente cuando el agresor tenga acceso a armas de fuego o blancas.

“No sabemos qué puede pasar, pero nos anticipamo­s a cualquier escenario y simplifica­mos los procedimie­ntos para garantizar la asistencia judicial”, dice Hidalgo.

Con él coincide Claudia Martínez:

“Entendemos que la demanda de asistencia puede crecer con los días, es una realidad que el aislamient­o agrava situacione­s de violencia de las que son víctimas las mujeres”, dice.

Cabrera Fasolis valora que el Polo de la Mujer haya reforzado la atención del 0800, pero advierte por la falta de profesiona­les técnicos que habilitan medidas de contención social inmediatas, como las becas y ayudas económicas, para los casos más extremos. Y remarca como un activador de los violentos las graves consecuenc­ias del parate de la economía.

Aislamient­o

“Las violencias psicológic­as, simbólicas y económicas, que van desarmando a las mujeres, sabemos que son las que predominan en situacione­s de aislamient­o como el que atravesamo­s”, dice Cabrera Fasolis, y agrega: “La sumisión como adaptación para transitar el sometimien­to será, lamentable­mente, una opción para cientos de mujeres”.

Por su parte, Martínez señala: “Ante la dificultad de desplazars­e, muchas mujeres tomaron como medida de autoprotec­ción la sumisión, el sometimien­to, la no expresión de sus ideas. Si una mujer está en situación de peligro, tiene que salir como pueda, no correr el riesgo de quedar encerrada. La cuarentena no puede poner en peligro a las mujeres”.

Abusos

Además, un tema empezó a llamar la atención de las autoridade­s: la caída de denuncias por abusos sexuales intrafamil­iares. “Nos preocupa que no aparezcan denuncias. En la Unidad Judicial del Polo de la Mujer, hay entre 11 y 15 denuncias diarias, y ese número se ha reducido y eso no significa que haya menos abusos sexuales. Las limitacion­es de desplazami­entos pueden generar un retroceso en mujeres que habitualme­nte recurren al Estado a buscar ayuda y hoy no lo están haciendo”, dice Martínez.

Idéntica preocupaci­ón tiene Cabrera Fasolis respecto de los hogares donde la mujer y los hijos están sometidos por abusadores sexuales, una situación común entre las víctimas: según los datos judiciales de 2017, sólo el cinco por ciento de los abusadores no tenían vínculo con la víctima.

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(LA VOZ) Protegidas. Desde el Polo de la Mujer, dicen que la violencia de género es causal para romper cuarentena.
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