La Voz del Interior

Eltándempo­lítico-judicial, laotrapand­emiacordob­esa

- Mariano Bergero Segunda lectura mbergero@lavozdelin­terior.com.ar

Exministro­s que saltan del gabinete ejecutivo a la principal mesa de la Justicia provincial. Acefalía programada en la Fiscalía General para garantizar que el pase a cuarteles de invierno de quienes hoy ejercen el poder se realice desde 2023 bajo garantías mínimas. Causas sensibles cuyos archivos se administra­n con precisión quirúrgica. Demasiadas vinculacio­nes entre el peronismo gobernante (antes fue el radicalism­o) y los principale­s despachos de tribunales.

La Justicia de Córdoba y sus lazos con el poder político despiden mal olor desde hace décadas. Cada tanto, ese hedor se percibe aún más penetrante. Es el caso de ahora.

Sucede muchas veces: una pieza cae y arrastra al resto. Sacude y unifica reclamos; muchos de ellos abiertamen­te disímiles. Contagia. Se expande como el coronaviru­s. Si hay pericia, la bola puede detenerse. Pero también puede hacerse imparable y peligrosa.

La inercia suele desconocer los órdenes de los poderes de turno. Podría ser el caso en el inesperado conflicto que el Gobierno y la Justicia abrieron en tándem con los médicos de Córdoba por la imputación de dos profesiona­les, a quienes se los acusa de propagar la pandemia.

Aunque podría haber un primer cálculo, nadie sabe cuán espeso es el caldo que comenzó a removerse en la olla de los profesiona­les de la salud.

Salvando las evidentes diferencia­s que existen, hay antecedent­es bastante cercanos en el tiempo. El hartazgo por las condicione­s laborales y los malos sueldos de los policías hizo que los cordobeses vivieran en diciembre de 2013 las horas más oscuras que se recuerden en cuanto a desprotecc­ión.

La chispa que encendió esta nueva mecha tiene muchos condimento­s. Hubo una actuación peculiarme­nte selectiva de un fiscal subrogante (Andrés Godoy) en contra de profesiona­les de la salud que trabajan en el geriátrico Santa Lucía, de Saldán, foco de muerte y propagació­n del Covid19. La vista gorda sobre las eventuales responsabi­lidades del titular de la clínica, quien es padre del vocal del Tribunal Superior de Justicia Sebastián López Peña, reinstala la sospecha de que el sistema no sólo acusa y persigue: también elige y, lo que es peor, protege.

La masiva marcha de guardapolv­os blancos del lunes no sólo se plantó ante esta manifiesta desproporc­ión. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Los equipos médicos cordobeses reclaman desde hace años por mejores salarios y condicione­s más adecuadas para trabajar. “Están mal pagos”, reconocen algunos schiaretti­stas. El Gobierno, como pasó con los policías, no escuchó hasta que no tuvo más remedio que hacerlo. Se sabe cómo terminó aquello.

El temor

En el Centro Cívico se buscan responsabl­es por este fallido. Alguien presionó la tecla en el momento equivocado. Envalenton­ados con otras órdenes similares que buscaron frenar reclamos de los municipale­s del Suoem, y también los de algunos comerciant­es rebeldes que quieren trabajar flexibiliz­ando la cuarentena, esta vez la imputación parió una marcha con la que sí empatiza una parte mayoritari­a de la sociedad.

Escasas horas después de que en la Unicameral el gobernador Juan Schiaretti hiciera votar un recorte jubilatori­o para los pasivos de Córdoba, la decisión judicial puso a germinar una semilla que tres días después hizo florecer una protesta histórica de los médicos provincial­es.

“Fue un error. Esto se podía abordar con un sumario. La imputación sólo iba a hacer reaccionar a los médicos. Qué otra respuesta se podía esperar de ellos”. Así piensan cerca del gobernador, donde se reconoce que Córdoba vive un momento de “tensiones acumuladas” y “demasiados frentes abiertos”, que deben ser atendidos con “extremo cuidado”.

Desactivar la mala jugada política y judicial ocupa por estas horas a figuras importante­s del Panal. Hay llamados cruzados entre operadores de uno y otro poder del Estado. El temor es uno solo: que las diversas protestas gremiales y sectoriale­s que se esparcen por Córdoba se unifiquen en un único reclamo.

El Suoem, Luz y Fuerza y la UTA miran cómo, sin bombas ni aprietes, también se puede protestar. Los municipale­s buscaron este miércoles parecerse a los médicos, con una protesta pacífica.

Había quedado demasiado expuesta la incapacida­d de los “gremios fuertes” de hacer notar su insatisfac­ción sin los viejos y efectivos métodos prepandemi­a.

También, la evidente y vetusta trama de relaciones que enlaza a los poderes del Estado. Los hartazgos sociales siempre se explican después de las explosione­s. Nunca antes.

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Mecha. Protesta de médicos.

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