La Voz del Interior

Vivir con coronaviru­s

Sciutto, experiment­ado jugador cordobés que dio positivo tras su vuelta de Italia, sigue aislado. “Me siento bien”, contó.

- Marcelo Chaijale mchaijale@lavozdelin­terior.com.ar

Germán Sciutto tiene a sus dos hijos y a su esposa a cinco metros pero no puede abrazarlos ni besarlos pese a que hace casi un mes que llegó a San Francisco (el 30 de abril). Sabía que tenía que aislarse al regresar de Italia. Está en un cuarto, con baño, aparte de la casa, y comparten el patio, pero sin acercarse. El 11 de mayo le dio positivo el test de coronaviru­s.

Los últimos dos hisopados ya le dieron negativos, “pero me dijeron que tengo que estar 14 días más aislado por precaución. Me siento bien, aunque curado ni…”, cuenta a Mundo D el experiment­ado jugador nacido en Marcos Juárez.

“La médica del club (de Italia) me dijo que debían hacerme un análisis de sangre para saber cuándo me contagié, al menos así es el protocolo allá, pero acá no me hicieron nada”, indica. “Me lo voy a hacer, por mi cuenta, para saber además si tengo el plasma que puede ayudar a otras personas. Eso se está usando allá. Si tengo plasma es un golazo”, suma.

Sciutto, de 42 años, había quedado varado en Italia. Jugaba en el Robur Basket de Osimo, de la Serie C, y desde el 26 de marzo esperaba para regresar a la Argentina, pero ese mismo día el Gobierno nacional cerró las fronteras. Recién el 29 de abril llegó al país tras una larga y angustiant­e odisea para volver.

“El 30 de abril me hicieron el primer hisopado y dio negativo, a los 11 o 12 días, en el segundo, me sale el positivo. Yo cumplí al pie de la letra el aislamient­o en Italia, pero al llegar al país, en Ezeiza estaba lleno de gente”, relata.

“Gente que venía de otros países sin hacer la cuarentena. En el avión de Alitalia en el que regresé éramos 130 pasajeros de 300 posibles. Pero el colectivo de Ezeiza a

Santa Fe estaba lleno. Lo más probable es que me contagié en el aeropuerto de Ezeiza”, admite Sciutto.

“No pude abrazar ni darles un beso a mi familia desde que llegué. Y me había pasado 40 días en Italia esperando volver. Estaba allá con mi cabeza acá”, confiesa Germán.

“Estoy encerrado en casa. Algunos, la minoría acá tiró ‘para qué vino este’. Pero no salí”, insiste el escolta nacido el 12 de marzo de 1978.

“Uno piensa en el prójimo, sigo lo que me dicen al pie de la letra. No quiero ser modelo ni mucho menos, es una cuestión de respeto”, afirmó el jugador que fue símbolo en San Isidro de San Francisco y logró el ascenso a la Liga Nacional con Instituto en 2015.

Un drama no tan dramático “No hay que señalar al que tiene coronaviru­s. Yo no tengo nada, ningún síntoma, no se puede atemorizar a la gente de por vida. Hay más gente que se cura que la que muere por el virus”, plantea Sciutto, que entrena todos los días en el patio de su casa. “Tengo el 30 por ciento del patio para mí”, dice.

“Creo que nos vamos a contagiar todos, el tema es que sea de a poco para no colapsar el sistema sanitario. Sé que hubo gente que la pasó mal, pero muchos pudieron superarlo, yo pude, ese es el mensaje”, explica el basquetbol­ista.

Sciutto espera al 6 de junio para que le levanten el aislamient­o y volver a disfrutar de su familia, y en julio, como hace varios años, definirá si seguirá jugando.

 ?? (PRENSA ROBUR BASKET) ?? Germán Sciutto. El jugador de 42 años no tiene síntomas del coronaviru­s y espera el alta para abrazar a su esposa y a sus hijos.
(PRENSA ROBUR BASKET) Germán Sciutto. El jugador de 42 años no tiene síntomas del coronaviru­s y espera el alta para abrazar a su esposa y a sus hijos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina