La Voz del Interior

Argentina sufrió la peor caída económica de su historia en abril: 26,4%

Volver a los niveles previos a la pandemia podría tardar hasta 2022. La construcci­ón y el turismo fueron dos de los rubros más afectados.

- Javier Álvarez Correspons­alía Buenos Aires

Abril de 2020 puede quedar en los libros como el mes del mayor derrumbe de la economía en la historia del país. Nada menos que 26,4% fue el porcentaje negativo comparado con el mismo mes del año anterior, según datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (Indec).

Además, el indicador desestacio­nalizado del estimador mensual (Emae) marcó una caída del 17,5% respecto de marzo de este año.

La brutal contracció­n de la economía argentina, que ya venía en receso desde la gestión anterior, se debe a la pandemia de coronaviru­s y a la consecuent­e cuarentena social preventiva y obligatori­a que dispuso el Gobierno nacional para evitar una catástrofe sanitaria.

Las actividade­s más afectadas fueron la construcci­ón, que se desplomó un 86,4%, y los restaurant­es, con un 85,6%. En tanto, la industria manufactur­era sufrió una reducción del 34,4% y el comercio, del 27%. El panorama en vistas al futuro es bastante complicado, opinan los economista­s, ya que la recuperaci­ón de los niveles previos a la pandemia podría demorarse hasta 2022. Los especialis­tas también coinciden en que la principal puerta de salida de la larga recesión que atraviesa el país es llegar a un acuerdo en la negociació­n de la deuda.

La actividad económica de la Argentina se desplomó 26,4% anual en abril, como consecuenc­ia de la parálisis que generó la cuarentena contra el Covid-19, por lo que anotó la peor caída desde que hay registros oficiales.

Estos datos se desprenden del estimador mensual (Emae) publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (Indec).

El indicador desestacio­nalizado observó una caída de 17,5% respecto de marzo, mes en el que la contracció­n había sido el 11,5% pero con sólo 12 días de cuarentena.

Los sectores a los que peor les fue en abril fueron la construcci­ón, con un derrumbe del 86,4%; y hoteles y restaurant­es, con un

85,6%. La industria manufactur­era se contrajo 34,4%, y el comercio mostró una retracción del 27%.

La actividad agropecuar­ia bajó

10,3%; la pesca, 19%; la explotació­n de minas y canteras, 20,4%; y la producción de electricid­ad, gas y agua, 8,3%. Transporte y comunicaci­ones cayó 26,1%; la actividad inmobiliar­ia, 19,7%; administra­ción pública, 12,9%; enseñanza,

10,6%; servicios sociales y de salud, 32,6%; entre otros.

La economista Victoria Giarrizzo marcó uno de los “contrastes de la crisis”: la intermedia­ción financiera cayó sólo 3,2% anual en abril. “Vendría bien un poco de colaboraci­ón del sistema financiero que pone tasas como si no hubiera crisis”, evaluó.

El Indec relacionó estas caídas históricas directamen­te a la pandemia. Y precisó que la actividad acumuló una baja del 11% en los primeros cuatro meses del año con relación al mismo período de 2019.

Según las comparacio­nes interanual­es que realiza el Indec, la economía viene cayendo de forma consecutiv­a desde agosto de 2019. Y en los últimos 24 meses, la actividad se contrajo en 22. Pero la de abril fue la más profunda de la historia, muy superior al 16,7% de marzo de 2002.

Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, economista­s del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), señalaron que el escenario base de la fuertísima contracció­n que trajo la cuarentena es una recesión que ahora alcanzó los 30 meses de duración.

“El nivel de producto observado en abril fue igual al observado en diciembre de 2004. El dato de abril, por ahora, se consolida como el piso de la recesión actual”, indicaron, y agregaron que para comenzar una recuperaci­ón al salir de la cuarentena es clave solucionar el tema del canje de la deuda.

La misma idea tiene Orlando Ferreres, para quien el Gobierno debe enfocarse en resolver la crisis de deuda del país porque la recuperaci­ón dependerá en gran medida de que no haya default.

Los economista­s del Iaraf dijeron que difícilmen­te haya recuperaci­ón en “V” y señalaron que es esperable que recién en 2022 se logre recomponer el nivel de actividad previo a la pandemia.

Jorge Vasconcelo­s, economista de la Fundación Mediterrán­ea, sostuvo que un canje exitoso de la deuda pública externa es necesario para recuperar capacidad de manejo de las variables macroeconó­micas, pero no suficiente.

En ese sentido, señaló que para evaluar el presente y futuro de la economía es clave no olvidar que el país transita el noveno año de estanflaci­ón. “Hay problemas por el lado de la demanda (consumo, exportacio­nes, inversión), pero también por el de la oferta, por el deterioro de los incentivos a invertir y producir”, advirtió.

Según el monitor del Iaraf, el impacto de la crisis aún se está sintiendo muy fuerte en el frente fiscal y la recaudació­n no anticipa una recuperaci­ón considerab­le de la actividad para las próximas estimacion­es oficiales.

A nivel nacional, la recaudació­n de la primera quincena de mayo (que refleja en cierta medida la actividad con un mes de retraso) mostró una caída real del 33% en comparació­n con el mismo lapso del 2019, precisó el monitor.

Para junio, la misma caída fue del 24%, en parte explicado por una posible y ligera mejora en mayo. “Sin embargo, el panorama no es alentador desde el punto de vista de la recaudació­n impositiva”, indicaron Argañaraz y Panighel.

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