La Voz del Interior

Alejandra Romero recuerda su noviazgo con Rodrigo y el impacto de su muerte.

Fue la novia del cuartetero durante su explosión masiva y mediática, que se produjo a comienzos de 2000. Dice que se sintió muy querida por “el Potro” y que le costó reconstrui­rse tras su fallecimie­nto.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

“Ale” Romero fue la novia de Rodrigo Bueno durante su ascenso meteórico. Esa relación duro poco más de un año y estuvo atravesada por circunstan­cias increíbles. Circunstan­cias que, al día de hoy, determinar­on que esta mujer de Wilde se encuentre en los días previos del lanzamient­o de un disco de cuarteto y no asistiendo a niños con capacidade­s diferentes tal cual lo imaginó meses antes del conocer al “Potro”.

Romero decidió no asistir a ningún plató televisivo en la conmemorac­ión del 20º aniversari­o de la muerte de Rodrigo. Es que no quiso remover una historia de amor idílica en el medio de demandas truculenta­s o de dardos cruzados.

Pero sí aceptó la invitación de VOS para relevar el frenético segmento de tiempo que fue entre mayo de 1999 y junio de 2000, en el que construyó un vínculo amoroso férreo y tierno junto a un hombre de 27 años que, por entonces, era el más deseado del país.

“Lo conocí en el último lugar en el que tocó, en Escándalo de City Bell. Fue el 8 de mayo de 1999. Rindo mi primer parcial en la facultad de Humanidade­s de la Universida­d de La Plata y Lorena, la amiga, que me había bancado en los días de estudio, me propone ir a Escándalo. Le digo que no, porque había estado. ‘Vamos otro día’, le sugiero. Y ella me dice ‘No, tenemos que ir hoy porque está Rodrigo’. ‘¿Quién?’, remato yo”, reconstruy­e Ale.

–¿No lo tenías para nada? –Había escuchado Lo mejor del amor porque lo pasaban en todos lados pero no lo tenía. Mucho menos físicament­e. Accedo con muy pocas ganas, pero no me podía negar porque Lorena había estado conmigo en ese primer parcial. Que fue el último, porque a los

15 días de haber conocido a Rodrigo me fui a vivir con él y dejé todo.

Hasta ese momento, Ale estudiaba la licenciatu­ra en Psicología porque quería ser maestra especial: “Nunca tuve dificultad con el estudio, por más que lo que más me apasionaba era la música. Mi mamá venía de una pareja con un músico. Y me decía ‘más allá de que hagas música, hacé otra cosa que te guste, seguí estudiando’. Tuve afinidad con los niños y tenía un vecinito sordomudo con el que me entendía muy bien. Podíamos conectar. Así que estudié para complacer a mi mamá y porque sentía que podía ser útil en algo”.

–Rodrigo era el hombre más deseado de las argentinas en ese

2000. ¿Cómo manejaste esa situación?

–Y por algunos hombres argentinos también (risas). Me sentí siempre tan querida. Si bien yo fui su novia, él también fue mi novio. Había cosas que no iba a permitir ni a bancarme, y él las supo desde el primer momento. Me dio mi lugar, sentí eso. Yo llegué a él sin mucha noche ni mucha salida. A los 17 años recién salí a bailar. Era bastante inocentona. Y él a eso lo sabía. Desde ese lugar, me cuidó mucho. Y si se las mandó, lo hizo con mucho cuidado.

–¿Cómo hicieron tus parejas posteriore­s para batallar contra el fantasma de Rodrigo?

–Fue muy difícil y los sigue siendo. Durante años estuve sumergida en una gran depresión. Cuando él murió, una parte de mí también lo hizo. Veía fotos y videos con él, y no podía encontrar a esa mujer.

Me llevó mucho tiempo volver a sonreír como sonreía con él. En 2006, conozco al papá de mi hijo, también a través de la música. Éramos amigos. Él entendió todo lo que me pasaba. Desde ese lugar, desde la amistad. Me hacía bien estar con él, sabía lo que me pasaba. Lo intentamos y llegó Jaziel, mi hijo. Vino a llenarme de amor. Fue determinan­te para que tuviera ganas de vivir.

–Ahora, tras años de cantar tangos, te has puesto a cuartetear. ¿Cómo surgió?

–En mis shows, siempre me pedían “¡cuarteto, cuarteto!” Rodrigo me quería producir, pero si no era de su mano, ¿con quién iba a ser? En 2006 no había podido cantar más, sonreír más. Me había quedado la idea de que eso no iba a poder ser. Todo llevó a que tuviéramos un encuentro con Tedy (Tessel, arreglador de la banda del Potro) en La Plata y le cantara Mayo de amor, la canción que le hice a Rodrigo. “Lo tenemos que cuartetear”, exigió Tedy. “Conseguite para el estudio, para los músicos y yo te ayudo”, me agregó. Entonces pedí plata prestada y lo hice. Grabamos en Pira, bastante rápido. Si alguien no me ayudaba no lo podía hacer. Voy estar eternament­e agradecida a Tedy, porque me ayudó a concretar la idea de Ro de que yo tenía que cantar cuarteto. Cumplo un sueño al cumplir el suyo.

 ?? (GENTILEZA NEGRO LUENGO) ?? Nueva vida. Tras la muerte de Rodrigo, “Ale” Romero tuvo una profunda depresión. Pero pudo superarla.
(GENTILEZA NEGRO LUENGO) Nueva vida. Tras la muerte de Rodrigo, “Ale” Romero tuvo una profunda depresión. Pero pudo superarla.

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