En crisis total, el transporte urbano va a la emergencia
El municipio elabora el plan para reducir y reordenar líneas. En junio se cortó el 12% de boletos que en 2019.
El sistema del transporte urbano de pasajeros en la ciudad de Córdoba está en una crisis sin precedentes con un prolongado paro de 11 días, con una baja en la demanda nunca registrada y con un horizonte de recuperación que nadie sabe dónde está.
Por eso, la Municipalidad capitalina prepara un proyecto de ordenanza para declarar la emergencia del servicio.
Eso permitiría encarar reformas para la sustentabilidad del sistema.
La emergencia está pensada para que el intendente Martín Llaryora pueda actuar sobre las concesionarias y también sobre el contrato de la tarjeta prepaga Red Bus.
El objetivo es limitar esos costos y que los pasajeros puedan comprar viajes de cualquier forma.
En junio, el corte de boletos fue el 12 por ciento de lo que se registró el mismo mes de 2019.
El prolongado paro de 11 días en el transporte urbano de Córdoba se lleva gran parte de la atención sobre otro problema mucho más grave: el sistema está en una crisis sin precedentes, con una baja en la demanda nunca registrada y un horizonte de recuperación que nadie puede asegurar a ciencia cierta cómo y cuándo será.
En paralelo a la dura negociación para levantar la medida de fuerza, la Municipalidad se encuentra terminando los detalles de un proyecto de ordenanza que declara la emergencia en el sistema. En un puñado de artículos, la normativa le permitirá a la Secretaría de Movilidad encarar reformas que permitan la subsistencia del transporte en lo inmediato.
Según pudo averiguar La Voz ,a la iniciativa le falta el “okey” final del intendente Martín Llaryora para que sea enviada al Concejo Deliberante. El equipo de Movilidad, encabezado por Marcelo Mansilla, aspira a que en los próximos días se envíe el proyecto al Legislativo, donde el oficialismo tiene los votos suficientes para aprobarlo.
En el cuarto piso del Palacio 6 de Julio, donde se ubican las oficinas de Mansilla, remarcan que la propuesta no tiene que ver con el paro, sino con la crisis que desencadenó la estrategia para combatir el contagio del coronavirus.
En ese sentido, los datos de junio son preocupantes: el corte de boleto fue de apenas el 12 por ciento de lo que se registró en el mismo mes de 2019. “Y tuvimos el viernes previo al Día del Padre, que nos levantó las cifras”, acotó una alta fuente municipal.
El actual sistema se puso en marcha en marzo de 2014. Y su sustentabilidad estaba basada en un esquema de subsidios que se acabó en 2019 y en un corte que en cinco años promedió los 13,8 millones de pasajeros mensuales.
El primer gran golpe fue la caída del esquema de subsidios nacionales y la implementación de un nuevo esquema que se puso en marcha el año pasado. Eso significó una reducción de los aportes nacionales y la llegada de subsidios provinciales.
El segundo gran golpe es la caída de pasajeros. El semestre terminó con una recaudación de 1.142 millones de pesos. Es el 45 por ciento de lo que se había recaudado en el último semestre del año pasado. Y todo indica que ese porcentaje seguirá a la baja.
Recalculando
“El sistema se tiene que adaptar a una nueva normalidad, en la que la recuperación del corte de boletos será muy lenta. Y, probablemente, mucha gente no vuelva a usar el ómnibus”, afirman en el municipio.
La emergencia está pensada para que el intendente Llaryora pueda actuar sobre las concesiones (Ersa, Aucor y Coniferal) y también sobre el contrato del sistema prepago Red Bus.
En este último caso, el objetivo es limitar el costo que tiene el servicio por el cual los usuarios compran sus viajes.
También quieren que la firma Worldline, dueña de Red Bus, apure el despliegue tecnológico para que los pasajeros puedan comprar viajes de distintas formas.
Para las concesionarias, se piensa flexibilizar la obligación de renovación de la flota. “Hoy, tenemos que trabajar en que se mantenga y no decaiga la cantidad de unidades”, afirman en Movilidad.
En cuanto a las prestaciones del servicio, trascendió que se trabaja en un nuevo esquema de frecuencias con el refuerzo de las horas pico para evitar la sobrecarga de pasajeros. Eso implicará reducir unidades en otros horarios para evitar que los ómnibus circulen vacíos.
Otra de las cuestiones sobre las que se trabajan tiene que ver con la exclusividad de los recorridos. Allí comenzará a jugar más fuerte la empresa municipal Tamse, que se encuentra en un proceso de extensión de recorridos. El primero ya está en marcha: la línea A ya llega hasta Parque Atlántica, en el sur. Y la C se extenderá hasta la planta de Fiat, en el este. La línea B también se alargaría, hasta la zona de Argüello.