La Voz del Interior

El caso Gill se contagió de internismo político

- Julián Cañas La trastienda jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

El inédito comunicado del Ministerio Público Fiscal de Córdoba, por la investigac­ión del caso positivo de Covid-19 del secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill, generó ruido político entre la Casa Rosada y el Centro Cívico, en un contexto de buena relación institucio­nal.

Una fuente del Gobierno nacional confirmó que causó sorpresa el “nivel de exposición” del comunicado oficial del organismo judicial provincial sobre el caso Gill.

Un encumbrado funcionari­o nacional se comunicó con el gobernador Juan Schiaretti para transmitir la preocupaci­ón por el tema.

No hubo precisione­s sobre quién llamó al mandatario provincial, pero hay un dato concreto: el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y el secretario

General de la Presidenci­a, Julio Vitobello, participar­on de la convocator­ia de la teleconfer­encia con gobernador­es que el miércoles pasado encabezó el presidente Alberto Fernández.

Ambos funcionari­os nacionales son estrechos colaborado­res del presidente de la Nación. Alguno de ellos se habría encargado de tratar la causa judicial que involucra al funcionari­o nacional e intendente villamarie­nse en uso de licencia.

En el Centro Cívico, nadie confirmó el llamado. El gobernador es muy hermético cuando se trata de la relación con la Nación. Las fuentes oficiales provincial­es sólo dijeron que es un “tema judicial”, con lo que trataron de quitarle connotació­n política al caso.

Interna peronista

Más allá del esfuerzo de los funcionari­os provincial­es, la causa judicial reflotó la pulseada entre albertista­s y schiaretti­stas.

Interna que parecía menguada con el acercamien­to en los últimos 60 días entre el gobernador y el Presidente.

Gill es una de las apuestas políticas de Alberto Fernández en Córdoba. El otro referente albertista es el senador nacional Carlos Caserio.

El funcionari­o es viceminist­ro de Obras Públicas, con alto perfil en estos tiempos de pandemia por las obras que la Nación realizó en el sector salud.

El villamarie­nse es la cara visible de la principal obra nacional para combatir el coronaviru­s: la construcci­ón de 12 hospitales modulares en todo el país, uno de ellos en el Polo Sanitario de la ciudad de Córdoba.

En este contexto, el martes pasado llamó la atención el comunicado de la Fiscalía General, que mencionaba a la hermana y a la madre del funcionari­o nacional, cuando Gill aún no tenía la confirmaci­ón de su positivo de Covid-19.

Se sabe del enfrentami­ento político de Gill con el ministro de Comercio e Industria de la Provincia, Eduardo Accastello, quien lo precedió al frente de la intendenci­a de Villa María. Pero hasta en el entorno del propio funcionari­o albertista dudan de que Accastello tenga influencia en la Fiscalía General.

Aunque nadie lo admitirá, desde el Gobierno provincial hubo una reconstruc­ción de la trazabilid­ad del cuestionad­o comunicado del Ministerio Público Fiscal.

El organismo no tiene un titular desde marzo del año pasado y lo conducen los dos fiscales generaPara les adjuntos, José Gómez Demmel y Héctor David.

En los pasillos del histórico edificio de Tribunales I, hay un comentario generaliza­do: Gómez Demmel tiene vínculos con el schiaretti­smo y David es un reconocido dirigente delasotist­a.

La conclusión que llegó al Centro Cívico fue que, en medio del estrépito público que se generó en Villa María por el viaje de Gill a una reunión familiar, el inédito comunicado de la conducción bifronte y provisoria de la Fiscalía General tuvo como objetivo respaldar el trabajo de la fiscal de instrucció­n Juliana Companys, confirmada en el cargo en agosto del año pasado.

Precisamen­te, Companys está en el centro de las sospechas en el ámbito político villamarie­nse. Los gillistas y también opositores de Juntos por el Cambio recuerdan que la fiscal fue la que archivó dos causas judiciales contra Accastello, en noviembre del año pasado, pocos días antes de que el villamarie­nse asumiera en el gabinete provincial.

El árbol tapó el bosque. En el medio de este cruce político, pasó a un segundo plano si Gill incumplió alguna regla de la cuarentena. El virus del internismo ya contagió la causa judicial.

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Covid-19. El positivo de Gill derivó en una disputa interna en el PJ.

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