Realizan controles en restaurantes y bares para que se cumpla el protocolo
Desde anoche y durante todo el fin de semana, la Municipalidad de Córdoba realizará megaoperativos en al menos cinco barrios de la Capital para controlar las medidas de bioseguridad en bares y restaurantes.
La intención es evitar desbordes e incumplimientos en el protocolo de este sector, en el primer fin de semana desde la reapertura de los locales gastronómicos.
El responsable de la Dirección de Espectáculos Públicos, Julio Suárez, adelantó a La Voz que se trabaja con cinco móviles en operativos en los barrios General Paz, Nueva Córdoba, Güemes, Cerro de las Rosas y Alta Córdoba, junto con el apoyo de las áreas de Habilitación de Negocios y del Tribunal de Faltas municipal. Los inspectores realizarán tareas de prevención, pero también controlarán que se respeten los dos metros de distancia estipulados por protocolo, además de que no haya más de seis clientes por mesa.
Horarios, en la mira
Uno de los puntos que se controlarán será el horario de cierre tanto de bares como de restaurantes.
Sobre esto, Suárez explicó que, de acuerdo con la última resolución dispuesta por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) para este rubro, los comensales “pueden ingresar hasta las 23, pero entre las 12.30 y 1 de la madrugada tienen que proceder a desalojar”.
“Vamos a controlar que este horario se cumpla porque nada puede quedar abierto. A las 2 de la madrugada, los responsables de los locales deberían haber completado la higiene y haber ventilado todos los ambientes. Tampoco debería quedar personal de bares y restaurantes trabajando”, explicó Suárez.
Una fiesta denunciada
Desde la Municipalidad de Córdoba se informó que se aportaron a la Justicia pruebas de videos e imágenes de la fiesta que se realizó en Pinar del Río, en Villa Warcalde, donde había más de 100 personas. “Tenía autorización como restaurante desde hacía nueve años, y de salón de fiesta, desde hacía cinco. No había medidas de bioseguridad, por lo que se dio el desalojo”, se ratificó desde el municipio. Este hecho generó malestar entre los inspectores, que denunciaron que no habían sido convocados y que el desalojo fue realizado avanzada la fiesta sólo por dos funcionarios.