La reactivación del fútbol, en un juego de presiones
La encrucijada sobre cómo se producirá la reactivación en el fútbol argentino entró por estas horas en su nudo más desafiante.
Es más, la incógnita sobre qué debe pasar para que el deporte más popular del país pueda salir del parate en el cual, por causa del coronavirus, se encuentra desde el 16 de marzo pasado empezó a escribir un capítulo central cuando el juego de presiones entró en zona de definición, más allá de que los máximos dirigentes del fútbol y las principales autoridades del Gobierno nacional en salud y deportes hayan pateado la pelota hasta fin de mes. Recién entonces Ginés González García (ministro de Salud de la Nación), Claudio Tapia (titular de la AFA) y Marcelo Tinelli (presidente de la Liga Profesional) analizarían el tema. Por ahora, la determinación se parece más a un despeje desesperado como último recurso que a una prolija salida organizada desde abajo con planificación y alternativas.
Hasta hoy, quienes toman las decisiones en la AFA y la Liga Profesional habían logrado mantenerse en la misma sintonía con los tiempos de la pandemia y las fases que el Gobierno nacional fue marcando de acuerdo al comportamiento del virus y a las sugerencias de los expertos. Sin embargo, el viernes pasado la incursión de un jugador inesperado pateó en contra de las pretensiones afistas, cuando la Conmebol aprobó la fecha de vuelta de la Libertadores (15/9) y desestimó el pedido de la AFA, que ante la inactividad total del fútbol local buscó que la fecha propuesta por el ente sudamericano quedara sin efecto, lo que fue votado y desestimado por la mayoría.
La decisión de Conmebol golpeó la intenciones de la AFA y de las autoridades nacionales, a tal punto que Ginés González García calificó de arbitraria a la fecha y Matías Lammens, máxima autoridad en deportes, aclaró que si bien cuándo vuelve el fútbol es una decisión de la AFA, quien dice si están dadas las condiciones es el Gobierno y en el Amba aún no se presentan. “Debemos pasar de fase y esperar una disminución de la circulación comunitaria. En ese caso se podrían hacer entrenamientos en pequeños grupos, de seis o siete jugadores sin la utilización de vestuarios”, dijo el expresidente de San Lorenzo. O sea, hay que seguir esperando.
Y entonces asoman las presiones: en esta Libertadores juegan River, Boca, Racing, Tigre y Defensa y Justicia. Esos clubes estarán en clara desventaja si deben regresar a la competencia internacional sin los días de entrenamiento necesarios, pero si ellos vuelvan a practicar pronto se romperá la premisa de Tapia, quien hace casi un mes dijo que en el fútbol nacional nadie volvería a a entrenar hasta que todo el país estuviera en fase 4. El presidente de la AFA quedó rehén de sus palabras y si ahora se autoriza a esos cinco clubes a retomar la actividad habrá un lógico tironeo con el resto de las entidades que juegan los torneos argentinos, en especial los que están en provincias menos afectadas por el virus.
Mientras tanto, el Consejo Médico de la AFA presentó la semana pasada un protocolo básico que así y todo será de difícil cumplimiento en muchos clubes de la Primera Nacional y la mayoría de las categorías del ascenso metropolitano y del interior. Así, las próximas horas serán clave para saber cómo se desata este presente y la pelota vuelva a rodar en Argentina.
LA INCURSIÓN DE UN JUGADOR INESPERADO COMO LA CONMEBOL PATEÓ EN CONTRA DE LA PRETENSIÓN DE LA AFA Y DE LAS AUTORIDADES.