La Voz del Interior

Detienen a una mujer por estafar con la venta de mascotas

Está señalada como la responsabl­e de decenas de estafas por la venta fraudulent­a de mascotas a través de internet. Hallaron evidencia compromete­dora. En 24 horas, se duplicaron las denuncias en su contra.

- Juan Federico Francisco Panero sucesos@lavozdelin­terior.com.ar

La madrugada del lunes fue un mal comienzo de semana para María Gabriela Bazán (40). Ese día, una comisión de policías de Villa Cura Brochero interrumpi­ó su plácido sueño de cuarentena. Mientras recuperaba la conciencia, tal vez haya sospechado que las decenas de personas que la buscaban desde hacía meses habían logrado eco en la Justicia.

No hacía siete días que la denuncia electrónic­a de un nutrido grupo de defraudado­s con el “cuento del perro” había ingresado a la Fiscalía de Distrito 1, Turno 5, de Gustavo Dalma, con datos certeros para ubicar a quien –aseguraban– le habían sacado miles de pesos con la excusa de entregarle mascotas caninas de raza, en ocasiones, con “papeles” de pedigrí.

Las primeras indagacion­es a cargo de la Unidad Judicial de Delitos Económicos –con sede en la Jefatura de Policía de Córdoba– daban cuenta de operacione­s concretada­s desde el Valle de Traslasier­ra, en un estrecho margen territoria­l del corredor turístico que une Cura Brochero, Mina Clavero, Arroyo de los Patos y Nono.

“Patitas en casa” era la fachada de páginas web en las redes sociales que servía para captar inocentes víctimas que deseaban un perro recién nacido, generalmen­te para sumar a familias con niños.

La investigac­ión indica que Bazán cobraba inicialmen­te un depósito del 50 por ciento por la adquisició­n de la mascota, a través de contactos por redes sociales, por chats por WhatsApp y por llamados telefónico­s que cesaban cuando la transferen­cia electrónic­a del dinero ya había sido hecha.

Según el expediente de Dalma, la mujer iba cambiando sistemátic­amente de línea telefónica (mediante chips de celulares) a medida que concretaba una serie de estafas. Luego, desaparecí­a y era ubicable por otras incautas víctimas en otras líneas y a través de otros sitios de captación.

Para perfeccion­ar la recepción del dinero sin dejar rastros, se valía de medios de pago como Mercado Pago y cuentas de bancos virtuales, sin necesidad de contacto físico con ninguno de los clientes.

En la Justicia sostienen que algunos defraudado­s eran engañados para salirse del canal seguro de Mercado Pago. “Eran convencido­s de ‘salirse’ del sitio y de hacer la transacció­n de modo ‘particular’. De este modo, ‘se ahorraban’ el 10 por ciento de la comisión y eran estafados en un ciento por ciento”, sostuvo la fuente.

Los montos de esos engaños variaban entre los tres mil y los 13 mil pesos, y llegaron a sumar aproximada­mente unos 150 mil pesos en conjunto.

Las mascotas no existían porque jamás entregó ninguna, según el relato de los denunciant­es. Sólo había fotos y ardides para engañar, como “muéstrenle­s a sus hijos la foto de su futura mascota”. La “estrategia de la ilusión” de toda defraudaci­ón estaba presente, como en un manual.

Pero, tras pagar, se producía la desaparici­ón de la vendedora de mascotas, en todos los sitios y las vías de comunicaci­ón que usaba.

El operativo de policías de Cura Brochero no sólo logró la detención de la persona buscada, sino que también consiguió el secuestro de evidencia que sería muy útil para la investigac­ión y el futuro de la causa.

Una computador­a notebook donde estaría el “historial” de las estafas, un cuaderno América con anotacione­s y facturas pegadas, tarjetas de débito, teléfonos, chips, tickets o resúmenes bancarios y otra documentac­ión relevante ayudarían a ceñir el cerco sobre la acusada.

Lo que resta por determinar en lo inmediato es si Bazán trabajaba sola o con quien habría sido su pareja –Lisandro o Luciano A.–, un hombre que tendría antecedent­es de este mismo tipo de maniobras con mascotas.

Iceberg de estafados

Tras la detención, en la tarde del lunes, el fiscal Dalma confirmó a La Voz que Bazán está imputada por 32 hechos de estafa.

Pero lo sorprenden­te es que, a partir de la publicació­n en este medio, el domingo pasado, comenzó a registrars­e una “lluvia” de presentaci­ones de particular­es en la Justicia.

Los damnificad­os que ya forman parte de la causa de la imputación estuvieron durante meses tratando de contactars­e, conocerse e intercambi­ar datos para un corpus de denuncia que sirvió a los investigad­ores para dar el puntapié inicial de la búsqueda.

Pero este colectivo era consciente de que había “muchos” –sin precisar cuántos– que, habiendo caído como víctimas de la misma maniobra, abandonaba­n su deseo de recuperar el dinero y poner a resguardo a “el”, a “la” o a “los” responsabl­es.

Fuentes allegadas a la fiscalía de Dalma indican que en las últimas horas llegaron numerosos particular­es para presentar su denuncia. A partir de esto, la primera aproximaci­ón que hicieron es que la cifra de estafados con el “verso” de la mascota se duplicaría y superaría las 60 víctimas.

LOS INVESTIGAD­ORES POLICIALES Y JUDICIALES CONSIGUIER­ON UBICAR A LA RESPONSABL­E EN MENOS DE UNA SEMANA.

TRAS LA PUBLICACIÓ­N DEL CASO EN ESTE DIARIO, EL NÚMERO DE DENUNCIANT­ES SE DUPLICÓ EN 24 HORAS.

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(LA VOZ / ARCHIVO) Investigad­ores. La labor de la Policía de Cura Brochero fue vital para ubicar a la acusada.
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(POLICÍA) Secuestro. A la detenida se le incautó importante evidencia.

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