Asamblea General de la ONU. Tensión y cruces en un mundo al revés
SESIÓN VIRTUAL. En un escenario impensado años atrás, China pide más multilateralismo y EE.UU. es partidario del nacionalismo. Críticas cruzadas entre Xi y Trump por el Covid-19.
En un mundo impensado menos de un año atrás, atravesado por una pandemia que infectó a 31,4 millones de personas y provocó casi un millón de muertes, además de enormes daños económicos, la apertura de la Asamblea General de la ONU, a 75 años de su creación, no estuvo exenta de tensiones.
Estados Unidos, el país más afectado por el Covid-19, y China, desde donde se esparció al resto del planeta, mostraron una imagen impensada tiempo atrás: mientras que Donald Trump llamó a los países a cuidar sus propios intereses, Xi Jinping habló de la solidaridad entre naciones y en contra del proteccionismo.
Ninguno de los dos líderes disimuló sus críticas al otro, mientras que el secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, llamó a “evitar una nueva guerra fría”, esta vez entre Estados Unidos y China.
El primero en hablar en esta jornada fue, como es tradición, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien fue directo a defender una de sus políticas más cuestionadas en el mundo, la ambiental. “Somos víctimas de una de las más brutales campañas de desinformación sobre la Amazonia y el Pantanal”, dijo.
Bolsonaro no defendió sus acciones, sino que se limitó a condenar las críticas que ha recibido y a tildarlas de mentiras. “Brasil se destaca como el mayor productor mundial de alimentos y por eso hay tanto interés en propagar desinformaciones sobre nuestro medioambiente”, sostuvo.
“La Amazonia brasileña es riquísima. Eso explica el apoyo de instituciones internacionales a esa campaña respaldada por intereses oscuros a la que se unen asociaciones brasileñas, aprovechadoras y antipatrióticas, con el objetivo de perjudicar al Gobierno y al propio Brasil”, añadió.
Fue el segundo discurso de la jornada el que marcó definitivamente el clima de tensión dominante este año de pandemia -que obligó a todos los líderes a grabar un mensaje desde sus países- y de crisis global.
“El Gobierno chino y la OMS, que virtualmente está controlada por China, declararon falsamente que no había evidencia de transmisión entre humanos; después dijeron con falsedad que las personas sin síntomas no propagarían la enfermedad. Naciones Unidas debe responsabilizar a China por sus acciones”, denunció Trump.
Además, el mandatario, que se presentó como el “pacificador” del mundo por los recientes acuerdos de normalización de relaciones diplomáticas que consiguió entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin en
Medio Oriente y las negociaciones de paz en Afganistán, hizo una nueva defensa del nacionalismo.
“Durante décadas, las mismas voces cansadas propusieron las mismas soluciones fallidas, persiguiendo ambiciones globales a costa de su propia gente, pero sólo cuando cuidás de tus propios ciudadanos podés encontrar una verdadera base para la cooperación”, sentenció.
En la vereda opuesta
Cuando le tocó su turno, el presidente chino, Xi Jinping, hizo todo para contraponerse a Trump, aunque no lo nombró nunca.
“No debería estar permitido que se haga lo que uno quiera y actuar como un hegemón, un bully o el jefe del mundo; nadie debe estar sometido por aquellos que levantan su puño, no debe haber prácticas de excepcionalismo o dobles estándares, tampoco debe distorsionarse la política internacional o usarla de pretexto para deslegitimar los derechos e intereses de otros países”, señaló Xi antes de aclarar que “el mundo nunca va a volver al aislamiento y nadie puede cortar los lazos entre países”.
También le contestó al secretario General Guterres, quien había inaugurado la semana de discursos con una fuerte advertencia: “Evitar una nueva guerra fría”.
Guterres había afirmado que se está “avanzando en una dirección muy peligrosa”:
“Nuestro mundo no puede permitirse un futuro en que las dos mayores economías creen una gran grieta que divida al planeta, cada una con sus propias reglas comerciales y financieras y sus propias capacidades de internet e inteligencia artificial”, advirtió.
Xi sostuvo que no tiene “intención de pelear ni una guerra fría ni una caliente con ningún país” y se presentó como un defensor del multilateralismo y del diálogo.
Ese mismo tono conciliador fue el que utilizó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien advirtió de los efectos económicos de la actual crisis y pidió que la comunidad internacional trabajara en conjunto.