La Voz del Interior

Lo sanitario, un interés más en la toma de decisiones

- Natalia Lazzarini nlazzarini@lavozdelin­terior.com.ar

En esta ruleta llamada pandemia, no hay sólo rojos o negros a los que apostar. Los indicadore­s sanitarios son un color más, dentro de otras tonalidade­s que entran en juego en la lucha contra el virus, como la crisis económica y el hartazgo social.

Sin embargo, la Provincia viene justifican­do nuevas aperturas con resultados sanitarios poco alentadore­s. Lo hizo el 13 de junio, cuando habilitó las reuniones familiares argumentan­do entre otras cosas que el número reproducti­vo básico –o promedio de contagios por caso positivo– era menor que uno.

Repitió su estrategia el 1º de julio, al sacar a la ciudad de Córdoba del aislamient­o. Esgrimió entonces que la transmisió­n comunitari­a que allí se registraba no crecía en forma sostenida, como sí lo hacía en el Área Metropolit­ana de Buenos Aires (Amba). Y así continuó su discurso con nuevas flexibiliz­aciones.

Se podrían haber esgrimido otros argumentos. Quizá, que la cuarentena estricta se hizo en forma anticipada y entonces ahora, cuando más debemos cuidarnos, es cuando más cansados estamos. Que los chicos no pueden seguir perdiendo días de clases o que la crisis es insostenib­le, aunque otros jugadores podrán argumentar que, cuando el sistema sanitario se satura, no hay economía que aguante. También se puede mencionar el factor social, como el deterioro psicológic­o de quienes no pueden juntarse con sus pares o no pueden manejar el impacto emocional de la imprevisib­ilidad.

Pero si a los indicadore­s sanitarios nos remitimos, no hay medición que resista a la regla básica del Sars-Cov-2: a mayor movilidad de la gente, mayor circulació­n viral. Tal como anticiparo­n los bioestadis­tas, al crecimient­o de casos le siguió una suba de muertes y de internacio­nes. Y entonces, la última carta que queda por jugar es la más sensible: el porcentaje de ocupación de camas críticas, que requiere de una anticipaci­ón de al menos tres semanas. Una vez que el sistema se satura, ya no hay vuelta atrás.

Para jugar esta carta, se necesita además una purga de datos, hoy inexistent­es, para saber cuántas de esas unidades disponible­s se tiene, además de la tecnología y del personal para hacerlas funcionar. Ya lo advirtiero­n los terapistas: un respirador puede comprarse en un mes. Pero se tarda al menos cuatro años en formar a un nuevo especialis­ta.

A esta altura del partido, queda claro que los argentinos somos tataraniet­os del rigor. No hay multa que valga cuando nos moviliza el deseo de ver a un ser querido o de trabajar para poderlos alimentar. Pero si a los indicadore­s sanitarios nos remitimos, la única salida al corto plazo parece ser la marcha atrás con algunas aperturas. A esta altura del partido, queda claro que el mejor apostador es el que muestra sus cartas de antemano.

 ?? LA VOZ ?? CONTAGIOS. La flexibiliz­ación de la cuarentena genera mayor circulació­n del virus.
LA VOZ CONTAGIOS. La flexibiliz­ación de la cuarentena genera mayor circulació­n del virus.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina