Cinco millones de visitantes en 20 años
En 2019, Mario Vargas Llosa cumplió su deseo de conocer la Manzana de las Luces, en el corazón de la ciudad de Córdoba. El novelista peruano vino a participar en el Octavo Congreso Internacional de la Lengua Española y pidió conocer el punto de partida de la historia jesuita en Córdoba.
La anécdota la recuerda ahora Hugo Juri, actual rector de la UNC, que fue su anfitrión aquel día y uno de los actores de la inclusión del legado jesuita como Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 2000. Como ministro de Educación de la Nación, Juri encabezó entonces la delegación argentina que viajó en noviembre de 2000 a Cairns, Australia, a recibir el título.
En su discurso de agradecimiento a Unesco, Juri reconoció la importancia del hecho “para la cohesión social y cultural de América latina”, como destacó La Voz –presente en esa ceremonia histórica– en su crónica de aquel día.
“Para Córdoba y el país, la designación como Patrimonio Cultural de la Humanidad tuvo un gran impacto y los transformó en uno de sus principales puntos de atracción”, apunta Juri ahora.
“Muchos extranjeros que llegan a la ciudad de Córdoba vienen no sólo atraídos por el estilo de vida cordobés, sino también por la cuestión cultural. No hay día de la semana que no haya turistas extranjeros visitando la Manzana Jesuítica”, valoró. La UNC suma en ese conjunto el edificio del Rectorado y su histórico colegio Monserrat.
Juri recordó, además, que la primera imagen de la Argentina que se publicó en Google Maps fue precisamente la Manzana de las Luces, que, como producto del turismo cultural, encabeza el ranking de visitas de esta red con un promedio de 100 mil por año.
El resto del conjunto que integran las estancias de Alta Gracia, Jesús María, Colonia Caroya, Santa Catalina y La Candelaria recibe alrededor de 150 mil visitantes anuales en promedio (2020, en pandemia, no puede contarse).
En dos décadas, el Camino de las Estancias Jesuíticas y la Manzana de las Luces recibieron alrededor de cinco millones de visitantes.
De ese total, cerca del 15% fueron turistas extranjeros, especialmente de Europa, que gustan de recorrer “patrimonios mundiales”.
La cifra puede parecer poco significativa en el volumen total, pero es notablemente superior a la proporción de turistas extranjeros que recibe cualquier otro sitio de Córdoba. Esta provincia recibe menos del tres por ciento de los extranjeros que visitan Argentina. Entre los que llegan, el legado jesuita es (y puede ser más) un punto clave.