La interna radical, en el limbo a la espera de una resolución judicial
CRONOGRAMA. El juez federal Ricardo Bustos Fierro aún no confirmó que el próximo 21 de marzo se realice la contienda interna, con cierre de listas el 9 de febrero. Otros grupos amenazan con nuevas acciones judiciales.
En un breve decreto, la Secretaría Electoral de la Justicia Federal dejó en el limbo al interminable proceso interno del radicalismo, cuyo cronograma aún no está firme.
Ahora, el juez federal Ricardo Bustos Fierro tiene dos caminos: confirmar la interna del próximo 21 de marzo, aprobada por un plenario del Congreso Provincial y por el Comité Provincia; o, en caso de encontrar irregularidades en el proceso interno, anular la convocatoria y la prórroga de los mandatos, desde Ramón Mestre como presidente del Comité Provincia hasta el último vocal de subcircuito.
Ese cronograma fue votado por los núcleos Confluencia (Ramón Mestre), Morena (Mario Negri), Identidad (Dante Rossi) y Asamblea (Sergio Piguillen); que se impuso 55 a 31 en el
Congreso y 17 a 3 en el Comité. Sin embargo, Marea Radical (Rodrigo de Loredo), Línea Córdoba (Javier Fabre) y Córdoba con Todos (Juan Jure) rechazaron el primer resultado, porque entienden que debería haber sido votado por los dos tercios de los congresales. También se quejó Consenso (Javier Bee Sellares-Orlando Arduh), pero ese núcleo es capitalino. Pese al pataleo, en el expediente judicial no hay hasta ahora ninguna impugnación formal.
Si Bustos Fierro sentencia “téngase presente” al cronograma informado por el Comité Provincia el lunes 9 de noviembre, los radicales tendrán por fin fecha para enfrentarse, algo con lo que vienen amagando desde hace un año. También convalidaría que Ramón Mestre presidirá el Comité Provincia hasta el 30 de marzo de 2020. Si detecta que se violentó la carta orgánica, se caería este cronograma, lo que implica que deberían votar el 14 de marzo, pero, y aquí está el punto central, el cierre de listas sería en tres semanas: el 18 de diciembre. La apuesta de la mayoría de los núcleos es que Bustos Fierro valide el cierre de listas para el 9 de febrero y la contienda el 21 de marzo.
Internamente, en una carta enviada a la Mesa Ejecutiva del Congreso Provincial, Línea Córdoba y Consenso advirtieron que el mandato de Ramón Mestre debe caducar el 20 de diciembre y solicitaron “la conformación de una mesa de conducción colegiada en la que tengan expresión todos los núcleos provinciales permanentes, para sustituir al Comité Central, con el objetivo de asegurar el normal desenvolvimiento del proceso electoral”.
Al mismo tiempo solicitaron que esa comisión “tome posesión pacífica” de la Casa Radical. Aunque la carta aún no pasó a instancia judicial, los apoderados de ambos núcleos hicieron la reserva de acciones penales, civiles y electorales.
Este enmarañado proceso atenta contra uno de los “objetivos políticos” para el inicio del año 2021, cuando Córdoba renovará tres bancas en el Senado y nueve en Diputados: la unificación de los bloques parlamentarios; tanto en la Legislatura como en el Concejo, señal considerada “básica” a la hora de exhibir las candidaturas al electorado.
Línea de tiempo
El inicio de la cronológica de la interna radical se remonta a otro mundo, al prepandémico: en marzo de 2020, Mestre organizó el tradicional encuentro en Villa Giardino, al que faltaron Negri y Rodrigo de Loredo, entre otros. El presidente del Comité Nacional, Alfredo Cornejo, abrió la reunión con una orden: “Todo dentro del partido, nada fuera de él, que no se replique la situación de mayo”, dijo aquel día.
Por entonces, la fecha de renovación de autoridades radicales era el 6 de septiembre. Trece días después, se decretó la cuarentena.
En el mar de imprecisiones e indefiniciones de esos días, se sabía que el cronograma no se cumpliría, por lo que no sería el Comité Provincia presidido por Mestre el que pondría las reglas de juego, sino el Congreso Provincial, en manos de De Loredo; aunque Mestre seguiría siendo presidente por la prórroga del mandato.
El miércoles 6 de mayo, el no mestrismo coordinó el ataque y le propinó a Mestre una primera señal de que podría perder el control del partido: su propuesta para que la interna se realice en noviembre fue rechazada por la mayoría de los integrantes de la Mesa Ejecutiva del Congreso, que dispuso que sea el Congreso conducido por De Loredo el órgano que fije fecha. A las 48 horas, el Comité Provincia, sin la firma de Mestre, convocó a elecciones para el 9 de agosto.
El agotador ida y vuelta llevó a que la Mesa Ejecutiva fijara el miércoles 20 de mayo que las elecciones no serían durante el peor momento de la pandemia, sino dentro de siete meses, es decir el 20 de diciembre.
Para entonces, el no mestrismo había hecho músculo al conjugar sus intereses en Sumar, donde están (¿estaban?) Marea Radical, Morena, Consenso y Línea Córdoba, que controla (¿controlaba?) la Mesa Ejecutiva.
En octubre, la Mesa convocó la interna para una nueva fecha: el 14 de marzo de 2021, y fijó que el 27 de octubre debían presentarse las listas. Ese cronograma también naufragó.
Horas después de esa decisión de la Mesa Ejecutiva, el vicepresidente del Congreso Provincial, el mestrista Gustavo Gobbi, se acuarteló y convocó a un plenario, que iba a realizarse el 17 de octubre, con la intención de “dar vuelta” aquella resolución. Así, la interna comenzó a transitar los pasillos de Tribunales. A último momento, con presión de núcleos no mestristas pero que juegan cerca de él en este proceso, lograron que la Mesa adecuara todo el cronograma al 14 de marzo, con cierre de listas para el 18 de diciembre.
El 8 de noviembre, en el plenario del Congreso Partidario convocado para confirmar lo acordado en el párrafo anterior, Mestre y Negri jugaron coordinadamente para desconocer aquel cronograma y fijar el cierre de listas para el 9 de febrero y la elección para el 21 de marzo.
Así se llega a este decreto de la Secretaría Electoral que declaró “no tener presente” el cronograma pactado entre Mestre y Negri, por lo que lo explicado en el párrafo anterior se llenó de puntos suspensivos.
El juez llevó el expediente radical a su despacho y se espera que emita una decisión la semana que viene.
Esta situación también hizo implosionar la relación política entre los concejales Juan Negri y Rodrigo de Loredo, cuyas esquirlas aún no está claro qué daño causarán en Sumar.