Aplazan 15 días el aumento de combustibles
El Gobierno nacional frenó la suba para evitar el impacto en la inflación.
En diciembre los combustibles líquidos volverán a aumentar.
El incremento, se especulaba, iba a materializarse ayer, pero el Gobierno nacional publicó un decreto en el que postergó el traslado de dos impuestos para el próximo 16 de diciembre.
La suba de los tributos impactaría en alrededor del tres por ciento en el precio final de la nafta, con lo que la súper en las estaciones YPF de Córdoba treparía hasta los 71,70 pesos. Hoy se vende a 69,70.
A través del decreto 965 de la Secretaría de Energía de la Nación, se pospuso el aumento del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono.
La suba corresponde a la aplicación de los impuestos correspondiente al segundo y tercer trimestre de este año, fórmula que toma como referencia de ajuste el avance del índice de precios (IPC).
En total, es un incremento del impuesto de poco más del 13 por ciento que reportaría una suba de alrededor de dos pesos en el litro de nafta súper.
La explicación de la postergación es, claramente, que el aumento de la nafta impacte en menor medida en la inflación de diciembre, que ya se prevé que será elevada.
Lo reconoce el texto del decreto en el último párrafo de los considerandos: “Que las circunstancias actuales y la necesaria estabilización de los precios ameritan que la actualización del segundo trimestre de 2020 surta efecto desde el 16 de diciembre de 2020”. Además, aclara que “toda otra actualización se suspenda hasta el 15 de enero de 2021”.
Esto podría significar dos cosas, según lo que entiende Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha): que no haya más suba de impuestos o que no se produzcan más incrementos en los precios de venta. “No queda claro si luego de la suba del 16 de diciembre se van a permitir aumentos que no tengan relación con los tributos”, detalló.
Descongelada
En lo que va del año este incremento será el cuarto, todos concentrados desde agosto hasta ahora. Esto ocurrió porque a partir de la asunción de Alberto Fernández y la aprobación de la llamada “ley de emergencia”, se decidió un congelamiento de tarifas que incluyó a los combustibles. Esta situación iba a extenderse sólo al primer trimestre de 2020, pero la pandemia de coronavirus obligó a una extensión.
El aumento de los combustibles afecta de dos formas igualmente perjudiciales en los bolsillos. Por un lado, lo hace de manera directa, ya que impacta en la canasta básica de los hogares por la llamada “movilidad”: básicamente el costo de traslado de los integrantes de las familias.
El otro efecto de la suba de los combustibles (y más que todo del gasoil) es indirecto y no se advierte al cargar combustible en los surtidores.
Según calculaba el año pasado la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, el 90 por ciento de los bienes que se trasladan en el país lo hacen mediante transporte automotor, por lo que la suba de la nafta o del gasoil se transfiere en cascada hacia el resto de los productos que se consumen, en algunos casos de manera inmediata y, en otros, después de algunas semanas.