40 mil vacunas para docentes y para seguridad
CIUDADANOS. Mañana arriban las dosis de las chinas Sinopharm.
Las 40.500 vacunas Sinopharm que la Nación enviará mañana a Córdoba para que comiencen a ser aplicadas las semana próxima obligan a un cambio en los grupos prioritarios que están recibiendo inmunización: como esta fórmula obtuvo autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) para el grupo de 18 a 59 años, se “adelantará” en la fila a los docentes en actividad y a los integrantes, también en actividad, de las fuerzas de seguridad.
La secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de Córdoba, Gabriela Barbás, confirmó a La Voz que docentes y fuerzas de seguridad estarán entre los grupos a los que se destinará esta vacuna, que la Nación decidió remitir en dos tandas. En la primera, se distribuyen 492.400 dosis, mientras que en una segunda se enviarán a las provincias otras 507.600, para completar el millón de vacunas adquiridas a China. También se destinará una parte para seguir vacunando al personal de salud.
Con este envío, Córdoba recuperó la proporción en el reparto de vacunas que se corresponde con su población: 8,29 por ciento. En anteriores envíos, la Nación retuvo un remanente para “emergencias” y eso hizo que los envíos a Córdoba y al resto de las provincias no llegaran a los porcentajes equivalentes a su peso demográfico. En los envíos de Sputnik V y de Covishield, rondaron entre el 7 y el 7,5 por ciento.
Laura López, directora de Epidemiología de la Provincia, anticipó que con este nuevo envío, más el lote remanente de Covishield y las dosis de Sputnik V que ayer salieron a buscar dos vuelos de Aerolíneas Argentinas, se abrirán nuevos centros de vacunación, tanto en Capital como en el interior provincial.
No se había definido anoche cómo tendrán que inscribirse los docentes y los integrantes de fuerzas de seguridad para recibir su vacuna. Si será o no en la misma página que ya se usa para otros grupos prioritarios, como adultos mayores de 70 años o docentes mayores de 60. Podrían agregarse otros grupos prioritarios, pero no se dieron precisiones al cierre de esta edición.
Las características
Sobre la vacuna Sinopharm, Ricardo Rüttimann, coordinador de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), explicó que el Ministerio de Salud de la Nación trabaja actualmente en los lineamientos técnicos que estarán expresados en el próximo manual del vacunador.
En una charla ofrecida por la Sadi, informó que esta fórmula tiene una ventaja: contiene todas las proteínas del Sars-Cov-2, a diferencia de otras que sólo expresan la proteína S, conocida como “la de la espiga”. “Es probable que otros antígenos presentes en el virus puedan llegar a tener un rol desde el punto de vista de la protección, por eso es importante esta vacuna”, indicó.
El especialista agregó que esta formulación utiliza una tecnología (o plataforma) que se denomina “de virus inactivado”. Es una técnica clásica que también se aplica, por ejemplo, en la Salk, que protege contra la poliomielitis. También en la antirrábica y en la inmunización contra la hepatitis A.
Los virus se cultivan en laboratorio y se inactivan, es decir, se modifican genéticamente para que no produzcan infección una vez que ingresan al organismo, mediante la inyección intramuscular.
Rüttimann aclaró que esta vacuna no cuenta con estudios de eficacia (de fase tres) publicados en revistas científicas. “Sólo tenemos datos que se difunden en las páginas de prensa de los productores”, aclaró.
La vacuna que llegó a la Argentina contiene una cepa cultivada en Beijing, que tiene publicados estudios de fase uno y dos. No cuenta con resultados de fase tres –que es donde se comprueba la eficacia– en revistas científicas. Los estudios de fase uno enrolaron a 192 participantes, mientras que los de fase dos, a 448.
Los informes preliminares de fase tres (que aún no fueron publicados en revistas científicas) hablan de una eficacia que ronda el 86 y el 79 por ciento para la infección. Sin embargo, los resultados para las formas graves son más alentadores, porque reducirían en un 100 por ciento los cuadros graves, las hospitalizaciones y las muertes, finalizó el infectólogo.