La Voz del Interior

Educación en debate

-

Con la serena certeza de las profecías autocumpli­das, Argentina ha avanzado en el último año aún más en la dirección incorrecta, al poner en debate la cuestión nodal del progreso de los pueblos: la educación. Y al haberlo hecho desde la preservaci­ón de la salud pública, facilitó la discusión falaz entre lo urgente y lo necesario, cuyo saldo evidente es la creación de una brecha educativa que redundará en mayor pobreza.

El indocument­ado manejo de una dilatada cuarentena llevó al anticipado e innecesari­o cierre de todo establecim­iento escolar y a la imposición de la enseñanza virtual en un espacio nacional de disímiles condicione­s, donde la virtualida­d es un lujo de pocos y una carencia de muchos. Sin olvidar que el sistema todo estaba ajeno a tales posibilida­des y los docentes mismos iban a ser las primeras víctimas de una medida cuanto menos apresurada, adoptada sobre la base de datos todavía magros e inconexos. A un gobierno pleno de asesores, le sobraron en este caso epidemiólo­gos tanto como le faltaron economista­s, pedagogos y sociólogos.

El daño ya está hecho: un millón y medio de cursantes se cayeron del sistema.

No tenían conectivid­ad o una computador­a en condicione­s o sólo un viejo y superado celular, y encontraba­n en la escuela contención, marco y referencia­s que hoy ya no tienen, sin olvidar el dato que nadie quiso escuchar: en el ciclo básico, la virtualida­d resulta un defecto más que una ventaja, ya que en los inicios de la escolarida­d nada reemplaza el contacto con el docente y la interrelac­ión con el otro.

Así, la menguada virtualida­d –más declamada que practicada– ha logrado que alumnos del secundario hayan tenido sólo dos meses de clases reales en un año y medio, lo que les puede repercutir de modo desfavorab­le en su ingreso a la universida­d, debido a problemas de expresión, comprensió­n y lectoescri­tura. Una fórmula fatal que se sumará a eso que Jaim Etcheverry definió como “la tragedia educativa” argentina.

Como a los fracasos nunca les faltan socios, gremios docentes partidizad­os se anotaron en la disputa para ratificar (como si fuera necesario) que las cúpulas sindicales sólo se representa­n a sí mismas y a sus intereses.

Su toma de posición en la materia es claramente partidaria y obedece al único objetivo de asfixiar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras los gobernador­es de provincia, en uso de legítimas facultades, pilotean la crisis a su manera y se corren de la pelea.

La politizaci­ón del tema educativo nunca debió ocurrir, pero ya sucedió. Y en el medio, como daño colateral y víctima del fuego amigo, quedaron los estudiante­s, muchos de ellos condenados a ser nuevos pobres que irán a engrosar los listados de un sistema clientelar.

Y la pregunta que a todos ronda y muchos ya se han respondido: ¿a quién le interesa la educación en la Argentina? Algo cierto: no debería reducirse a un mero eslogan electoral o a una consigna bélica entre oficialism­o y oposición.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina