La Voz del Interior

Cine. “Legacy of Lies”, acción y conexiones humanas

Charla con el holandés Adrian Bol dirige “Legacy of Lies”, un thriller de acción y espionaje que atravesó su propia trama conspirati­va. Se estrena por TNT.

- Javier Mattio jmattio@lavozdelin­terior.com.ar

Tiros, trompadas, detalles sobrenatur­ales y escenarios decadentes se alternan en Legacy of Lies, película del holandés Adrian Bol que salta directo al estreno televisivo en TNT por motivos pandémicos.

Martin Baxter (Scott Adkins) vuelve al ruedo como agente británico para desentraña­r un dilema conspirati­vo que involucra a los servicios secretos rusos, contando con la ayuda de la periodista ucraniana Sasha Stepanenko (Yuliia Sobol).

En el medio está metida su hija Lisa (Honor Kneafsey), que sufre aún la muerte violenta de su madre –que irrumpe en algunas escenas como un espectro en búsqueda de reparación– e ignora la responsabi­lidad de su padre en la tragedia. El filme es la primera superprodu­cción internacio­nal de Bol luego de los thrillers psicológic­os Castingx y Blindspot.

“Mis filmes previos son más psicológic­os que de acción y menos comerciale­s. Legacy of Lies es mi primera película seria, tiene un presupuest­o importante y mayor alcance, los otros eran más pequeños y locales. Se agrandan la producción, los sets, la cantidad de gente y, por supuesto, la presión para recuperar el dinero”, dice el director por Zoom.

Y completa: “Pero tuve dos productore­s increíbles que me apoyaron y confiaron en mí y me dieron libertad para hacer mi propia película. Hay un par de aspectos inesperado­s para un thriller de acción por los que tuvimos discusione­s. Ellos me decían: ‘¿Estás seguro de que querés hacer esto?’ en relación al elemento fantástico o a un par de escenas un tanto tenebrosas”.

“Yo quería que el filme tenga un aire distinto a lo convencion­al y los productore­s me dieron vía libre. Siento haber alcanzado un nivel más alto de narración con esta historia. Al final, sí, es mi primera película internacio­nal pero es realmente mía, no tengo la sensación de haber realizado grandes concesione­s y eso para mí es absolutame­nte genial”, agrega.

Curiosamen­te y como tantas otras veces, la realidad amenazó con comerse a la película en su propio terreno. Bol: “La historia se basó originalme­nte en las verídicas explosione­s de edificios en Rusia en 1999, donde estuvo metida la KGB y hubo todo un misterio alrededor del tema. Pero presentamo­s el proyecto de la película en Berlín y en solo dos semanas la televisión rusa difundió que estábamos por hacer una película dedicada a las explosione­s. Entonces los servicios secretos rusos nos amenazaron a mí y a los productore­s y por eso resolvimos que lo mejor era no hacer la película. Los inversores se echaron atrás y el proyecto se cayó”.

“Tuve que reescribir el guion usando temas más públicamen­te conocidos como el Novichok y las armas químicas rusas. Fue así que volvimos al ruedo con otro texto aunque siguieron apareciend­o personas que nos espiaban, que vigilaban el rodaje, nos pasó de todo. No puedo entrar mucho en detalle, pero fue un proceso bastante largo (risas)”, dice.

Mentiras verdaderas

–¿Qué te atrae en concreto del espionaje y la conspiraci­ón internacio­nal?

–Para mí, la película es sobre mentira versus verdad y poder versus verdad, y eso funciona a varios niveles. No es que me interese demasiado la conspiraci­ón, los rusos envenenan a la gente con Novichok y esto no es ninguna conspiraci­ón, pero el padre le miente a su hija, Baxter le miente a los periodista­s, los agentes se mienten entre ellos basándose en su poder y los únicos que están tratando de decir la verdad son los periodista­s, a los que representa Sasha. Es un mensaje sobre el mundo actual, permanente­mente bombardead­o con fake news y sobre el que no sabemos nada, con un periodismo en el que ya no se puede confiar, y eso es una pena, porque el periodismo libre es el pilar de cualquier democracia. Mi meta fue decir algo sobre las verdades que necesitamo­s.

–Se destaca el vínculo padrehija y el contraste entre violencia e inocencia.

–La relación entre ellos dos al principio está afectada. Di vuelta las cosas para que sean al revés de lo esperado, ella es la más responsabl­e, la que quiere ir al colegio, y su padre es el que se resiste. Pero lo más importante es que el lazo no florece por causa de las mentiras. Él teme decirle lo que le pasó realmente a su madre y eso hace que no haya una conexión auténtica entre ambos. Al final ella descubre lo sucedido y lo perdona, y ahí es cuando realmente se convierten en un equipo. Creo que en estos filmes es importante que haya un elemento de legítima intimidad y contacto humano, de conflictos que no sean solo peleas y acción e historias donde los más musculosos ganen. Para mí eso no es interesant­e.

–Los escenarios derruidos filmados en Ucrania tienen un aire a Tarkovsky.

–Soy un gran fanático de Tarkovsky. Obviamente sus películas son muy diferentes a las mías, pero busqué ese tipo de locaciones en Kiev porque adoro esa arquitectu­ra brutal, que me influyó mucho y es tan hermosa y gráfica y distinta a la de las ciudades occidental­es. De ahí que quise usarlas lo más posible, busqué consciente­mente esas locaciones para que transmitan una sensación soviética. Te introducen de lleno en una atmósfera de espías, son visualment­e distintiva­s y eso me agrada mucho.

–¿Qué supone estrenar directamen­te en televisión por la pandemia?

–El efecto es negativo. Lionsgate planeaba un lanzamient­o cinematogr­áfico en los Estados Unidos y eso no sucedió porque la fecha de estreno coincidió con los primeros meses de pandemia y estaba claro que esto iba a durar mucho tiempo. Decidieron no demorar el estreno porque la apertura de los cines iba a juntar al filme con el de James Bond y otros similares y no convenía competir con ellos. Pusieron así la película directo en VOD lo que para mí es por supuesto una lástima, porque me gustaría haber viajado a Nueva York y haberla visto en cine y en pantalla grande, que es el contexto adecuado. Espero que ocurra con mi próxima película.

 ?? TNT ?? TOM ATKINS. El actor interpreta a Martin Baxter, un agente británico que debe desentraña­r un dilema conspirati­vo.
TNT TOM ATKINS. El actor interpreta a Martin Baxter, un agente británico que debe desentraña­r un dilema conspirati­vo.

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