La Voz del Interior

Los legislador­es que sabremos elegir

- Jorge Horacio Gentile Presidente de la Asociación Argentina de Derecho Parlamenta­rio

El gobierno republican­o es la autoridad investida democrátic­amente por la Constituci­ón para dirigir el país. Dicho gobierno decide lo que se ajusta al “bienestar general” a través de los tres poderes que lo componen: el Legislativ­o, el Ejecutivo y el Judicial.

Leyes, decretos y sentencias hacen posible que el Estado reconozca y garantice nuestros derechos y nos indique qué obligacion­es tenemos los ciudadanos, las sociedades intermedia­s y los organismos estatales. De este modo, los derechos humanos podrán ser ejercidos, incluso en momentos especiales como el que vivimos ahora con la pandemia.

La autoridad, entonces, no es el presidente, ni los gobernador­es, ni los intendente­s, que sólo ejercen los poderes o departamen­tos ejecutivos, sino que son los tres poderes del Estado, cada uno en el ejercicio de sus competenci­as.

Sin embargo, en situacione­s excepciona­les como las que hoy vivimos, hay ejecutivos que se arrogan poderes que no les son propios, como ocurre con el Poder Ejecutivo Nacional, que en el último año y medio dictó más decretos de necesidad y urgencia (DNU) que las leyes que sancionó el Congreso, invocando la emergencia, supliendo muchas veces de manera inconstitu­cional las atribucion­es del primero y más importante de los poderes, que es el Congreso, que en la próximas elecciones será renovado por el voto del pueblo.

Crisis

En este siglo, se produjeron cambios vertiginos­os en el mundo, no sólo por el coronaviru­s, sino también por el crecimient­o de la informació­n y su procesamie­nto a través de las redes y los medios digitales. Se acentuaron la globalizac­ión, el crecimient­o económico, la concentrac­ión de los poderes políticos, sociales, económicos, de la informació­n y del conocimien­to.

Pero ello hizo crecer la desigualda­d, la informalid­ad y la pobreza. Se ha dificultad­o la movilidad social y las clases medias reclaman viviendas y mejores servicios de salud y de educación. Gobernados y gobernante­s se han divorciado; pocos conocemos a nuestros representa­ntes. La corrupción, la inflación, el desempleo y la marginalid­ad agrandaron la brecha.

Las llamadas “clases políticas” y los poderosos se han desprestig­iado y perdieron autoridad. Los partidos políticos se debilitaro­n o desapareci­eron; los parlamento­s legislan poco, no controlan a los Ejecutivos; los bloques se multiplica­n al compás del transfugui­smo, y muchas veces delegan atribucion­es a los Ejecutivos.

El prestigio y la ejemplarid­ad se han debilitado, y los órganos legislativ­os no canalizan reclamos, protestas, movilizaci­ones que suceden a diario en Argentina, Cuba, Chile, Colombia, Perú, Sudáfrica, Hong Kong, etcétera. Los escraches, los piquetes, las tomas de tierras nos muestran que estamos lejos del bien común y de la justicia. Ello debilita a la democracia y hace crecer el autoritari­smo.

La aparición de outsiders de la política –como Donald Trump (Estados Unidos), Jair Bolsonaro (Brasil), Nayib Bukele (El Salvador) y Pedro Castillo (Perú)– o de nuevos dictadores –como Nicolás Maduro (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua) y Miguel Díaz-Canel (Cuba)– son otra consecuenc­ia de ello.

Las elecciones de medio término, en las que elegiremos senadores y diputados nacionales, se muestran como una lucha desenfrena­da por retener o lograr cargos legislativ­os, pero también como una suerte de primaria para posicionar­se a fin de alcanzar candidatur­as ejecutivas para los comicios de 2023.

El número de legislador­es por distrito es el mismo de hace 40 años: Córdoba tiene 18 diputados, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Santa Fe, con menos habitantes, tienen 25 y 19, respectiva­mente, lo que contradice a la Constituci­ón. No hay voto de preferenci­a ni se puede tachar a los candidatos que no nos gusten, para poder cambiar el orden de las listas, que son confeccion­adas por quienes mandan.

Por ello es frecuente ver que son encabezada­s por esposa/os, hija/os, amantes, amiga/os, punteros, etcétera, y que están adornadas por personajes mediáticos que poco saben de política.

Quienes son expertos, estudiosos, humildes, se juegan por los demás o lucen trayectori­as y conductas ejemplares son la excepción. Desapareci­eron las plataforma­s electorale­s, sobran las críticas a los rivales y no se proponen transforma­ciones.

La elección es otra oportunida­d para nuevos proyectos, renovar la política y a los políticos, terminar con los privilegio­s y alimentar la esperanza en el país, y convencer así a los desilusion­ados que quieren irse.

En situacione­s excepciona­les como las que hoy vivimos, hay ejecutivos que se arrogan poderes que no les son propios.

 ?? CLARÍN ?? CONGRESO NACIONAL. Se renovarán bancas en las elecciones del 14 de noviembre.
CLARÍN CONGRESO NACIONAL. Se renovarán bancas en las elecciones del 14 de noviembre.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina