La Voz del Interior

Dilema. ¿Cómo hará EE.UU. para vacunar a empleados federales?

TIRA Y AFLOJA. Joe Biden quiere que todos los trabajador­es estatales se inmunicen, pero hay sectores renuentes a la vacunación. ¿Qué dicen los sindicatos y los empresario­s?

- Ricardo Alonso-Zaldívar Associated Press

La disposició­n del presidente Joe Biden de obligar a los empleados federales a revelar si están vacunados contra el Covid-19 probableme­nte suscitará interrogan­tes incómodos tanto en organismos de gobierno como en empresas privadas.

Por ahora, las respuestas claras brillan por su ausencia.

Aplicar correctame­nte la disposició­n tomará tiempo y variará en los distintos organismos. Lo mismo sucederá en las empresas privadas, a las cuales la Casa Blanca quiere ofrecer una guía. No es como si hubiera un manual breve. Jamás se había intentado algo de semejante magnitud frente a un virus que muta en tiempo real y amenaza con convertirs­e en una amenaza mayor.

“Creamos una vacuna milagrosa en un período muy breve, y hubo mucha renuencia del Gobierno y de las empresas para aplicar un enfoque de arriba hacia abajo’’, dijo Andrew Challenger, vicepresid­ente senior de la consultora Challenger, Gray & Christmas.

“Hemos llegado al punto en que está muy claro que el incentivo individual que tiene la gente para protegerse no es lo suficiente­mente fuerte para proteger al país y vemos al Gobierno dar este primer paso’’, señaló Challenger.

Dar fe

El plan de Biden para los empleados federales, anunciado esta semana, no llega al nivel de una orden directa de arremangar­se.

En cambio, el empleado deberá dar fe de que está vacunado. Aunque eso no significa mostrar una cédula de vacunación, “dar fe’’ es una expresión cargada de significad­o en los organismos federales. Implica consecuenc­ias por dar informació­n falsa o engañosa. No está claro cómo se hará para hacer cumplir la norma, pero los empleados que presenten voluntaria­mente una prueba válida de estar vacunados probableme­nte evitarán los cuestionam­ientos.

Los no vacunados tendrán que resignarse a las pruebas constantes, el uso de la mascarilla y el distanciam­iento social, y se verán excluidos de los viajes oficiales. Las pruebas constantes suscitan otros problemas. La mayoría de la gente cubre el gasto con el seguro de salud, pero ¿seguirá siendo así para alguien que se niega a vacunarse y no puede apelar a una exención médica o religiosa?

El uso de la mascarilla siempre ha sido un tema delicado. ¿Pero cómo se hará cumplir la obligación de usarla si no todos tienen la obligación de

Vale para todos. Los trabajador­es federales no vacunados tendrán que resignarse a los hisopados frecuentes, al uso de barbijo y al distanciam­iento social. La norma será similar para contratist­as del Gobierno federal y proveedore­s del Estado.

vacunarse? ¿Habrá inspectore­s recorriend­o los puestos de trabajo con listas de los no vacunados?

Hay muchas razones por las cuales la aplicación de la orden de Biden en el lugar de trabajo no proceda sin tropiezos. Los organismos de gobierno suelen tener sus culturas singulares y sus misiones abarcan toda la gama. Es probable que los médicos de los Institutos Nacionales de Salud estén vacunados, pero algunos agentes de seguridad podrían ser renuentes a vacunarse antes de que la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de Estados Unidos le dé su aprobación definitiva.

Qué dice el sindicato

El sindicato más grande de los trabajador­es federales, la Federación Estadounid­ense de Empleados de Gobierno, ya avisó que espera que todo cambio en las condicione­s de trabajo sea “negociado debidament­e con nuestras unidades de negociació­n antes de su aplicación’’.

El Pentágono recibió la orden de estudiar cómo y cuándo las vacunas contra el Covid-19 serán obligatori­as para el personal militar. Los efectivos ya reciben hasta 17 vacunas, de acuerdo con el lugar del mundo a donde los envíen.

Algunas empresas se adelantaro­n a Biden: por ejemplo, Google dice que la vacunación será obligatori­a para sus empleados, pero la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la organizaci­ón empresaria­l más grande del país, sostuvo que las medidas de Biden son “pasos prudentes para proteger la salud pública y la recuperaci­ón económica’’.

Para todos los empleados as preguntas principale­s tienen que ver con demostrar su estatus de vacunación y si tienen derecho a exenciones, dijo Jeff Hyman, autor y experto en reclutamie­nto de mano de obra.

“¿Aceptarán la palabra de la gente?’’, preguntó. No existe una base de datos central de las vacunacion­es.

“¿Cuáles son las exenciones?’’, prosiguió. “Tiene que haber exenciones por motivos religiosos y médicos, y ese asterisco será realmente importante’’, propuso.

Pero un trabajador que quiere una exención religiosa, ¿deberá presentar una carta de un clérigo?

Aceptación razonable

La Comisión para la Igualdad de Oportunida­des en el Empleo dice que el empleador debe proporcion­ar una “aceptación razonable’’ de motivos religiosos o médicos “que no le signifique dificultad­es excesivas al funcionami­ento del negocio del empleador’’.

Pero las empresas pueden exigir la vacunación como “condición para el empleo’’, según una opinión reciente del Departamen­to de Justicia.

Biden corre un riesgo, dijo Hyman, pero la inacción frente al aumento de casos provocado por la agresiva variante Delta no es posible.

“Es fácil criticar esto porque solo la visión retrospect­iva le permitirá saber si tenía razón’’, dijo Hyman. “No sabremos durante un tiempo si esta fue la decisión óptima, pero al menos está haciendo algo’’, razonó.

La noticia de que la economía ha superado su nivel prepandemi­a pone de relieve la importanci­a de la decisión de Biden. Nuevos brotes y cuarentena­s deprimiría­n la contrataci­ón y la producción, y darían nuevos argumentos a los republican­os en su intento de recuperar la mayoría legislativ­a el año entrante.

También está el delicado problema de los protocolos en el lugar de trabajo ¿Cómo será la interacció­n de los no vacunados con sus compañeros que han recibido la inyección? ¿Habrá que dividir las unidades de trabajo?

El consultor Challenger dice que su empresa creó un sistema para que cada uno indique discretame­nte su disposició­n a interactua­r durante el regreso a la oficina: pulseras verdes, amarillas y rojas.

Verde significa que uno acepta regresar a la situación anterior. Rojo le dice al otro que respete la distancia de dos metros. Amarillo es una situación intermedia, de que uno acepta una relación cordial, pero con cierta renuencia.

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AP VAMOS A VER. Joe Biden quiere que todos los trabajador­es federales se vacunen. Unos respaldan la medida. Otros sectores no quieren saber nada con el pinchazo.

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