Instituto. Otra vez en deuda
Instituto y Santamarina se sacaron un cero ayer en Tandil. La Gloria fue a buscar los tres puntos a la cancha de un equipo que acumulaba cinco derrotas en fila y se terminó trayendo a Córdoba un punto con gusto a poco. Casi que a nada.
Los cuatro triunfos que ambos equipos consiguieron en 19 fechas ayudan a entender que el 0-0 de ayer no fue casualidad. Incluso repitieron el resultado que protagonizaron en Córdoba, donde el gol también estuvo ausente en la cita.
Pero sobre lo ocurrido en Tandil hay que remarcar dos cosas que también explican por qué Instituto no pudo ganarle a un equipo que hoy sería candidato a irse al Federal A si hubiese descensos: la Gloria nunca supo cómo sacarle provecho a las jugadas de pelota parada que podrían haber llevado mayor peligro al arco rival ni tampoco entendió de qué manera resolver las poquitas chances de gol que generó.
Y entre esas jugadas hay que destacar la que Joaquín Mateo tuvo sobre el final del partido. El ex Estudiantes de Río Cuarto ingresó a jugar los últimos minutos y tras una habilitación de Tadeo Allende quedó solo de cara al arco rival y falló de manera increíble.
Antes de eso el equipo de Vázquez había tenido dos claras en los pies de Joaquín Molina: en la primera el delantero casi marca un golazo de chilena y en la segunda su remate se fue desviado tras una gran habilitación de Rodrigo Garro.
Fuera de estas cuestiones, Instituto no mostró mucho más. Abundaron las imprecisiones dentro un campo de juego que no ayudó a que salga un mejor partido. Santamarina tampoco propuso algo mejor y sobre el cierre también pudo quedarse con la victoria pero “el Loco” Carranza le ganó al experimentado Mariano González en un mano a mano.
“No se jugó bien”
Las caras de los jugadores de Instituto lo decían todo al final del partido. No había mucho para festejar en Tandil, donde el Albirrojo sumó su 11° empate en 19 fechas.
Uno de los primeros en dar explicaciones fue el entrenador Marcelo Vázquez, quien aseguró que se iba del estadio con sensaciones encontradas y explicó: “Creo que si había algún ganador teníamos que ser nosotros, más allá de que no se jugó bien. No hay excusas, pero la cancha y el viento impidieron que pudiésemos jugar mejor y fueron cuestiones que influyeron”.
Y agregó: “Pero independientemente de eso tuvimos situaciones y no pudimos concretarlas. Ellos nos llegaron una sola vez con claridad y Carranza estuvo impecable”.
El DT mendocino, quien ayer hizo debutar al paraguayo Vera Oviedo y que mantuvo en el banco al refuerzo Joaquín Arzura, amplió: “Nos vamos a Córdoba con el sabor amargo de no haber podido quedarnos con la victoria”.
Y la misma sensación amarga es la que tienen todos y cada uno de los hinchas de Instituto. Que están cansados de ver una y otra vez películas sin final feliz. Y eso ya aburre y preocupa a todos en Alta Córdoba.