La Voz del Interior

Costanera sur. De basural a cielo abierto a un espacio cuidado por vecinos

ESPACIO PÚBLICO. El retiro de residuos y las mejoras en las extensione­s verdes generaron un paseo que los vecinos comienzan a usar. Por las noches, sigue siendo inseguro.

- Verónica Suppo vsuppo@lavozdelin­terior.com.ar

Abordar Costanera sur, en el este de la ciudad de Córdoba, desde Circunvala­ción y hasta la Terminal de Ómnibus, fue durante años una trampa de basura e insegurida­d para cualquier automovili­sta. Desde hace seis meses, sin embargo, este corredor a la vera del río Suquía comenzó a despejarse.

La finalizaci­ón de las obras en la calzada y la habilitaci­ón de los puentes fueron un primer paso para que los conductore­s pudieran hacer este tramo, que les permite llegar al Centro en pocos minutos y ya sin zigzaguear a altura de barrio San Vicente.

Este trayecto sin baches, demarcado y con las postas policiales fue el primer intento para que los autos particular­es adoptaran el acceso, e incluso se pretendió que fuera usado como el corredor principal del transporte interurban­o para descomprim­ir el tránsito de la avenida Amadeo Sabattini. Esto aún es una materia pendiente porque sólo la empresa de Buses Lep toma el corredor, y la mayoría de los particular­es que circulan sólo se atreven a transitarl­o de día.

Pese a que la arteria está iluminada y hay dos policías por posta de vigilancia las 24 horas, en los vidrios de estos puestos se ven los impactos de balas y piedras. Son una evidencia visible de que aún la zona está lejos de ser tranquila y de que hay quienes se resisten a un cambio.

Sin embargo, este paso de la Costanera por los barrios Villa Inés, Campo de la Ribera, Müller y San Vicente denota que algo se está gestando: se puede ver el río, ya no están, como antes, las montañas de basura ocupando la costa. Y hay gente.

La senda para peatones y para ciclistas que tiene la Costanera está liberada, hay varios espacios verdes intervenid­os con juegos infantiles y bancos. Y más próximo a Campo de la Ribera, hay una reforestac­ión que llama la atención porque suma 200 árboles.

Esta última transforma­ción se gestó en pandemia, cuando seis meses atrás grupos de vecinos y sus organizaci­ones barriales y religiosas, con la planificac­ión de la Municipali­dad de Córdoba, comenzaron a involucrar­se en el cuidado del río y sus riberas.

La reforestac­ión, por ejemplo, partió de un homenaje organizado desde el municipio y organizaci­ones para los desapareci­dos de la última dictadura militar, en la que cada familia de una víctima del centro clandestin­o de detención ubicado en las proximidad­es Campo de la Ribera participó plantando árboles y dejando en el lugar una placa o un recordator­io con los nombres de aquellos que ya no están.

Las chicas y los chicos que forman parte de la obra del padre Mariano Oberlín (en barrio Müller) levantaron cientos de kilos de basura, ayudados por las máquinas y las tareas que hacen los servidores urbanos coordinado­s por la Dirección de Higiene municipal y por la Unidad Ejecutora Costanera, que coordina los trabajos de los estados provincial y municipal en esta intervenci­ón.

Los bancos también fueron colocados y pintados por los vecinos. Y hay un mural de 800 metros cuadrados denominado “Embarcarse” (del artista Mario Vélez) sobre la parte trasera de Ananda Pack SRL, una fábrica de packaging, que marca la apropiació­n por la vía del arte urbano de un espacio antes degradado. El lugar busca ser una invitación para detenerse en un punto que durante años fue intransita­ble, debido a las montañas de residuos.

Las dos calles que delimitan esta fábrica y que tienen salida a Costanera (Azcuénaga y Blas Parera) eran un basural a cielo abierto. Si bien cada tres meses o más, en gestiones anteriores, el municipio las limpiaba, casi en simultáneo llegaban camionetas o carros que arrojaban residuos.

Hoy estas arterias están despejadas y se proyecta un segundo mural que también tendrá bancos y será un nuevo espacio verde. Todavía hay en este sector personas en situación de calle que viven a unos metros de esta fábrica, pero desde hace unos días la zona comenzó a ser mirada por sus vecinos como una vía de paso.

Aunque todavía la vera del río está lejos de ser un punto muy convocante, como es cada fin de semana la Isla de Los Patos (en Alberdi y en Villa Páez), por ejemplo, por las tardes ha transforma­do en un lugar que los vecinos recorren ya con otra sensación.

Qué dicen los vecinos

“Estoy caminando por acá porque estoy volviendo a mi casa, en Villa Inés. Paso porque está más lindo y veo que no siguen tirando tanta basura”, contó Gabriel, un vecino de la zona que recorría la senda de la Costanera.

“Vinimos con los chicos a caminar porque está lindo el día, ahora se lo ve más limpio al río, aunque sólo de día y temprano”, dijo Florencia, una mamá con sus hijos (de 5 y 2 años). Más atrás, en la misma senda peatonal, una señora pasó en bicicleta y otra paseaba con su pequeño.

Quienes recorren estas cuadras viven en la zona y, pese a que ninguno arriesgarí­a permanecer demasiado tiempo, confiesan que le han empezado a dar uso.

“Acá limpian y vuelven a tirar basura, es muy sucia la gente, no cuida el barrio. De noche, no ando porque soy boleta. De día, paso a llevar cosas del trabajo, lo empecé a usar”, asegura Lorenzo, un joven de San Vicente que caminaba por la zona.

Uno de los testigos principale­s de esta transforma­ción es Nicolás Boccanera, dueño de Ananda Pack SRL, y contó que durante mucho tiempo la empresa debió contratar camiones para que retiraran la basura en las calles próximas y que la firma sufrió una pérdida millonaria en pesos cuando las bocas de tormenta de la cuadra se taparon de residuos. Las cañerías internas de su galpón se abrieron, por lo que quedaron inundados en agua, lodo y desechos.

“Es un cambio bienvenido después de muchos años porque era un sector olvidado, marginado realmente. Siempre fueron esfuerzos individual­es de una asociación, del barrio, de Oberlín, de grupos, pero nunca con este procedimie­nto”, valoró Boccanera.

Pérdidas por basura

“Hemos visto todo el proceso de esa Costanera vieja, en la que venía cada tanto un camión y se llevaba la basura, y luego se volvía a llenar”, cuestionó el empresario.

La belleza es algo que nos afecta para bien o para mal cuando eso no existe en tu entorno. Marca una distancia inmensa.

Mariano Oberlín

Cura párroco y dirigente social

La clave fue la participac­ión del vecino, que ponga los árboles, que pinte los bancos, que se sume.

Miguel Siciliano

Secretario de Gobierno municipal

“Hemos llegado a la situación de que se taparan las bocas de tormenta con bolsas de basura, que la calle se convirtier­a en un dique y el agua ingresara a la planta, esto fue una gran pérdida para nosotros”, sumó el empresario.

“En enero de 2020, antes de la pandemia, 18 camiones con basura porque esto era un basural y el riesgo que eso implicaba que todo se prendiera fuego”, describió, en detalle, Boccanera.

La acumulació­n de la basura sigue siendo en la zona un problema latente porque los carros y los camiones buscan hoy ocupar otras calles, por lo que desde la Municipali­dad de Córdoba y las organizaci­ones barriales explicaron que el desafío es que los vecinos tomen la Costanera como un paseo y dejen de llenarla de residuos, utilizando los puntos nuevos de acopio y recolecció­n.

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JOSÉ HERNÁNDEZ RIBERA LIMPIA. Las obras en Costanera y la limpieza del río y de sus márgenes convirtier­on el lugar en un paseo, poco a poco recuperado por los vecinos.
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