Costanera sur. De basural a cielo abierto a un espacio cuidado por vecinos
ESPACIO PÚBLICO. El retiro de residuos y las mejoras en las extensiones verdes generaron un paseo que los vecinos comienzan a usar. Por las noches, sigue siendo inseguro.
Abordar Costanera sur, en el este de la ciudad de Córdoba, desde Circunvalación y hasta la Terminal de Ómnibus, fue durante años una trampa de basura e inseguridad para cualquier automovilista. Desde hace seis meses, sin embargo, este corredor a la vera del río Suquía comenzó a despejarse.
La finalización de las obras en la calzada y la habilitación de los puentes fueron un primer paso para que los conductores pudieran hacer este tramo, que les permite llegar al Centro en pocos minutos y ya sin zigzaguear a altura de barrio San Vicente.
Este trayecto sin baches, demarcado y con las postas policiales fue el primer intento para que los autos particulares adoptaran el acceso, e incluso se pretendió que fuera usado como el corredor principal del transporte interurbano para descomprimir el tránsito de la avenida Amadeo Sabattini. Esto aún es una materia pendiente porque sólo la empresa de Buses Lep toma el corredor, y la mayoría de los particulares que circulan sólo se atreven a transitarlo de día.
Pese a que la arteria está iluminada y hay dos policías por posta de vigilancia las 24 horas, en los vidrios de estos puestos se ven los impactos de balas y piedras. Son una evidencia visible de que aún la zona está lejos de ser tranquila y de que hay quienes se resisten a un cambio.
Sin embargo, este paso de la Costanera por los barrios Villa Inés, Campo de la Ribera, Müller y San Vicente denota que algo se está gestando: se puede ver el río, ya no están, como antes, las montañas de basura ocupando la costa. Y hay gente.
La senda para peatones y para ciclistas que tiene la Costanera está liberada, hay varios espacios verdes intervenidos con juegos infantiles y bancos. Y más próximo a Campo de la Ribera, hay una reforestación que llama la atención porque suma 200 árboles.
Esta última transformación se gestó en pandemia, cuando seis meses atrás grupos de vecinos y sus organizaciones barriales y religiosas, con la planificación de la Municipalidad de Córdoba, comenzaron a involucrarse en el cuidado del río y sus riberas.
La reforestación, por ejemplo, partió de un homenaje organizado desde el municipio y organizaciones para los desaparecidos de la última dictadura militar, en la que cada familia de una víctima del centro clandestino de detención ubicado en las proximidades Campo de la Ribera participó plantando árboles y dejando en el lugar una placa o un recordatorio con los nombres de aquellos que ya no están.
Las chicas y los chicos que forman parte de la obra del padre Mariano Oberlín (en barrio Müller) levantaron cientos de kilos de basura, ayudados por las máquinas y las tareas que hacen los servidores urbanos coordinados por la Dirección de Higiene municipal y por la Unidad Ejecutora Costanera, que coordina los trabajos de los estados provincial y municipal en esta intervención.
Los bancos también fueron colocados y pintados por los vecinos. Y hay un mural de 800 metros cuadrados denominado “Embarcarse” (del artista Mario Vélez) sobre la parte trasera de Ananda Pack SRL, una fábrica de packaging, que marca la apropiación por la vía del arte urbano de un espacio antes degradado. El lugar busca ser una invitación para detenerse en un punto que durante años fue intransitable, debido a las montañas de residuos.
Las dos calles que delimitan esta fábrica y que tienen salida a Costanera (Azcuénaga y Blas Parera) eran un basural a cielo abierto. Si bien cada tres meses o más, en gestiones anteriores, el municipio las limpiaba, casi en simultáneo llegaban camionetas o carros que arrojaban residuos.
Hoy estas arterias están despejadas y se proyecta un segundo mural que también tendrá bancos y será un nuevo espacio verde. Todavía hay en este sector personas en situación de calle que viven a unos metros de esta fábrica, pero desde hace unos días la zona comenzó a ser mirada por sus vecinos como una vía de paso.
Aunque todavía la vera del río está lejos de ser un punto muy convocante, como es cada fin de semana la Isla de Los Patos (en Alberdi y en Villa Páez), por ejemplo, por las tardes ha transformado en un lugar que los vecinos recorren ya con otra sensación.
Qué dicen los vecinos
“Estoy caminando por acá porque estoy volviendo a mi casa, en Villa Inés. Paso porque está más lindo y veo que no siguen tirando tanta basura”, contó Gabriel, un vecino de la zona que recorría la senda de la Costanera.
“Vinimos con los chicos a caminar porque está lindo el día, ahora se lo ve más limpio al río, aunque sólo de día y temprano”, dijo Florencia, una mamá con sus hijos (de 5 y 2 años). Más atrás, en la misma senda peatonal, una señora pasó en bicicleta y otra paseaba con su pequeño.
Quienes recorren estas cuadras viven en la zona y, pese a que ninguno arriesgaría permanecer demasiado tiempo, confiesan que le han empezado a dar uso.
“Acá limpian y vuelven a tirar basura, es muy sucia la gente, no cuida el barrio. De noche, no ando porque soy boleta. De día, paso a llevar cosas del trabajo, lo empecé a usar”, asegura Lorenzo, un joven de San Vicente que caminaba por la zona.
Uno de los testigos principales de esta transformación es Nicolás Boccanera, dueño de Ananda Pack SRL, y contó que durante mucho tiempo la empresa debió contratar camiones para que retiraran la basura en las calles próximas y que la firma sufrió una pérdida millonaria en pesos cuando las bocas de tormenta de la cuadra se taparon de residuos. Las cañerías internas de su galpón se abrieron, por lo que quedaron inundados en agua, lodo y desechos.
“Es un cambio bienvenido después de muchos años porque era un sector olvidado, marginado realmente. Siempre fueron esfuerzos individuales de una asociación, del barrio, de Oberlín, de grupos, pero nunca con este procedimiento”, valoró Boccanera.
Pérdidas por basura
“Hemos visto todo el proceso de esa Costanera vieja, en la que venía cada tanto un camión y se llevaba la basura, y luego se volvía a llenar”, cuestionó el empresario.
La belleza es algo que nos afecta para bien o para mal cuando eso no existe en tu entorno. Marca una distancia inmensa.
Mariano Oberlín
Cura párroco y dirigente social
La clave fue la participación del vecino, que ponga los árboles, que pinte los bancos, que se sume.
Miguel Siciliano
Secretario de Gobierno municipal
“Hemos llegado a la situación de que se taparan las bocas de tormenta con bolsas de basura, que la calle se convirtiera en un dique y el agua ingresara a la planta, esto fue una gran pérdida para nosotros”, sumó el empresario.
“En enero de 2020, antes de la pandemia, 18 camiones con basura porque esto era un basural y el riesgo que eso implicaba que todo se prendiera fuego”, describió, en detalle, Boccanera.
La acumulación de la basura sigue siendo en la zona un problema latente porque los carros y los camiones buscan hoy ocupar otras calles, por lo que desde la Municipalidad de Córdoba y las organizaciones barriales explicaron que el desafío es que los vecinos tomen la Costanera como un paseo y dejen de llenarla de residuos, utilizando los puntos nuevos de acopio y recolección.