El futuro de los géneros y el medioambiente
El 15 de julio de 2010, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica y el décimo en el mundo en reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. El paso de los años expone la dimensión de lo trascendental que fue para muchxs¹ de nosotrxs¹ y para las nuevas generaciones.
Detrás de este logro, la agenda de los derechos humanos y las diversidades fue ganando espacios, no sin dificultades por parte de un sector y de un sistema que se resiste a incorporar a quienes expulsa.
Sin embargo, sabemos que somos un país heterogéneo, fragmentado en ideologías, y esto nos hace albergar distintas realidades en nuestro territorio. Pero si algo deberíamos aprender del contexto sanitario mundial es que no podemos seguir sosteniendo la idea de que estamos separados de la naturaleza.
Entonces, ¿cuál es el futuro de las políticas de géneros y diversidades?
Mayor inclusión
Lejos de parecer una mera futurología, les expongo mi análisis sobre la realidad y los diversos puntos que la componen desde la mirada de los derechos humanos, la cual considero actualmente reduccionista y limitada.
Pese a las buenas intenciones de quienes lo promueven, es sabido que los derechos humanos nunca alcanzaron, e incluso actualmente no alcanzan a todxs¹.
Hemos visto cómo, a lo largo de la historia, la sociedad se fue dando cuenta de que había personas que eran dejadas de lado de manera deliberada y que por fuerza de conquistas sociales reclamaban un lugar.
Sucedió con las mujeres, con las personas de raza negra, con las infancias y con las diversidades.
Poco a poco, vamos entendiendo que el concepto de humanidad tiene muchos matices, más allá de los que conocemos y frecuentamos en nuestros entornos habituales.
Tenemos la historia como maestra, aunque uno de nuestros defectos sea perder la memoria.
El mundo ahora nos puso en jaque. El planeta está cambiando de forma acelerada y parece querer dejarnos atrás para sobrevivir; me atrevo a decir que con justa razón.
Por ese motivo, considero que los derechos humanos y el futuro de las políticas de género deben incluir el cuidado del planeta. No puede existir una evolución y amplitud de perspectivas hacia los géneros sin que esta incluya una mirada más amorosa respecto del medioambiente.
En el futuro, las políticas de géneros y de derechos humanos deberán abarcar una mirada global, entender que la Tierra también es un derecho, pero una Tierra sana y
cuidada lo es mucho más.
Agenda más transversal
Sé que lo que expongo parece algo básico. Sin embargo, me atrevo a hacer esta especie de planteo pues apelo a que en un tiempo no muy lejano podamos fusionar las dinámicas de cuidado humano con las del medioambiente.
¿Cómo sería esto? Pienso que los movimientos sociales del medioambiente y los LGTBIQ, como incluso los feministas y humanitarios, deberían aprender a trabajar agendas en conjunto, conquistar representaciones reales en los lugares de toma de decisiones y establecer una agenda más transversal de políticas públicas, pensadas realmente para mejorar la calidad de vida y no para la mera foto.
Sencillamente, no hay géneros ni humanidad sin Tierra donde vivirlos. Con nuestra historia de abusos, de dolores, de expulsiones, sabemos bien reconocer cuando alguien necesita ayuda y empatizar con el dolor. Es tiempo de llevar esta particularidad más allá de nuestro arcoíris.
¹ Respetamos la ortografía de la autora
El concepto de humanidad tiene muchos matices, más allá de los que conocemos y frecuentamos.
Las políticas de géneros y de derechos humanos deberán abarcar una mirada global, entender que la Tierra también es un derecho.