La Voz del Interior

A base de sueños

Facundo Campazzo volvió a Córdoba tras dos años. Dice que aún intenta mejorar en la NBA.

- Marcelo Chaijale mchaijale@lavozdelin­terior.com.ar

Facundo Campazzo llevaba dos años sin venir a Córdoba a visitar a su familia y a sus amigos. La última vez fue en 2019, ya que el año pasado no pudo viajar por la pandemia. Pero aún no logró reencontra­rse con los suyos. Desde que el pasado domingo volvió de Tokio tras disputar los Juegos Olímpicos con la selección, está aislado en su casa, en las afueras de la ciudad. “Al fin en Córdoba, aunque estoy encerrado, así que es lo mismo que esté en Denver más o menos. Espero que entre viernes y el sábado me hagan el hisopado y, si doy negativo, ya estoy libre”, cuenta el NBA cordobés mano a mano con Mundo D.

“Estoy solo con mi mujer y mi hija.

No puedo salir ni tampoco pueden venir a visitarme. Si viene mi vieja, se tiene que quedar encuarente­nada conmigo. Sí, se está comiendo las uñas mi mamá esperando a vernos”, sumó.

Es la primera vez que está en “su” Córdoba tras cumplir su sueño de jugar en la NBA. Su presencia en la “liga de las estrellas” fue un furor en el país. Desde la despedida de “Manu” Ginóbili, Argentina no tenía un jugador con peso en la NBA, y noche tras noche fue seguido por miles de compatriot­as. “Sentí mucho el apoyo de la gente, pero era como que no caía tampoco. Veía lo que pasaba en las redes sociales, aunque no tomaba dimensión real de lo que pasaba, leía el apoyo, las tendencias, que la gente se quedaba hasta la madrugada a ver los partidos, y lo disfruté mucho, lo disfruto mucho”, confiesa “Facu”.

“Ahora habrá más jugadores argentinos en la NBA para que la gente siga viendo y madrugando”, suma.

“Disfruté mucho el cariño y ahora me estoy dando más cuenta desde que estoy en Argentina de toda la dimensión que tuvo lo de la NBA y también lo de China, nada más y nada menos. Intento no consumirlo en exceso porque lo bueno o lo malo, en exceso, no hace bien, pero estoy agradecido por tanto apoyo”, resalta el base formado en el club Municipali­dad, cuyo estadio lleva su nombre.

–Ante el furor, ¿cómo hacés para no creértela?

–Sería un error, sería un iluso si pienso de esa manera. No está en mi cabeza porque no soy así. Pongo mi energía en estar con mi familia y en intentar ser mi mejor versión en cada temporada, seguir mejorando como jugador, trabajar, conocer mi juego, conocer mi cuerpo, conocer el equipo en que estoy. Intento ser mi mejor versión y si eso trae ser un buen jugador en la NBA, bienvenido sea, intento ser “el mejor” buen jugador en la NBA. Mi familia es mi cable a tierra, pasó todo el tiempo que puedo con ellos, estar en Córdoba ayuda mucho.

–Pero puede pasar… ¿Tenés ayuda de un psicólogo?

–Puede pasar, obvio. Es más fácil que pase que que no pase… Tanto cuando te halagan como cuando no lo hacen, creo. Los dos extremos son malos, por eso me cuido de las menciones en las redes sociales. No voy al psicólogo, pero lo que hago es escribir, me ayuda un poco, escribo lo que me pasa, dónde estoy, la situación en la que estoy, qué siento, dónde lo siento. Escribo en un cuadernito que me ayuda a ver la situación más clara.

–Contame de ese cuadernito…

–Intento escribir diariament­e, hay veces que no tengo ganas… En la Villa Olímpica lo hice. Busco tener un tiempito para mí, a solas y en silencio. Para escribir cómo me siento, a quién veo, a quién conozco, en qué parte del cuerpo me pasa algo, tanto lo bueno como lo malo. Tomar lectura de dónde estoy, decisiones, es un poco el psicólogo. Está bueno, me ayuda… Me intriga cuando pasen 20 años saber cómo pensaba “el Facu” de 30 años, o “el Facu” de 20 y pico, y tenerlo escrito me pareció una buena idea.

–Qué lindo para leerlo, podrías publicar un libro…

–No sé si publicarlo, seguro que no, pero cuando tenga 40 o 50 años me va a gustar, o al menos eso creo, me va a gustar ver cómo pensaba el “trabadito” de 30 años…

–Cuando eras más chico, a los 20, o antes, ¿también escribías?

–No. Me encantaría saber cómo pensaba a los 18 años, pero no se me ocurrió escribir a esa edad. Se ve que son etapas y el momento es este. Está bueno tener un tiempito para uno mismo y en silencio.

La NBA

Con la experienci­a de su primer año, Campazzo afrontará desde el mes próximo su segunda temporada en la NBA con Denver Nuggets.

“Quiero seguir aprendiend­o, seguir conociendo la liga, la adaptación no es de una temporada a la otra, es más que eso. Y seguir equivocánd­ome, me gusta equivocarm­e y aprender de esos errores”, resaltó “Facu”.

“Ya tengo ganas de empezar a trabajar para mentalizar­me en lo que viene. Quiero mejorar físicament­e, mejorar mi juego y seguir tratando de tener un impacto desde mi rol para ayudar a mis compañeros”, sumó.

–La temporada anterior pasaste los 100 partidos jugados entre Real Madrid, Denver y la selección. ¿Lo sentiste?

–Sí, fueron muchísimos. Los sufrí más, no los sufrí, no lo noté más, durante la temporada de la NBA porque es partido, descanso, partido, descanso… Nunca tenés más de dos días libres o son contados con los dedos de una mano, y estás en una dinámica de jugar y jugar. Y si perdés y jugás mal, no podés estar triste porque jugás al otro día. Jugás bien, no podés alegrarte porque jugás al otro día… Nos pasaron muchas cosas esta temporada. Empezar en el Madrid, cambiarse de club, mudarse de país. Pero lo llevé bien, lo llevamos bien con mi familia. Quería saber cómo nos adaptábamo­s los tres (con su esposa Consuelo y con su hija Sara) y lo hicimos muy bien y me dejó tranquilo para hacer lo que más me gusta, que es jugar al básquet.

La selección en Tokio 2020

La selección llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio con la ilusión de meterse entre los mejores para repetir la destacada tarea en China 2019, donde la selección fue subcampeón del mundo.

“Tuvimos un mal torneo, se puede contar con eso. Uno puede entrenarse bien o mal, y los resultados no siem

pre son los mejores. Creo que no fue algo puntual o un factor principal. Creo que fueron varios factores, por ejemplo el nivel de los rivales. Los equipos eran mejores”, analizó.

“Para China nos entrenamos un mes, fuimos antes a los Panamerica­nos. Esta vez jugamos tres partidos de previa y nos cancelaron dos por protocolos tan cerca de Tokio. Nos faltó un poco de ritmo de juego, en ningún momento nos sentimos cómodos con nuestro juego, no encontramo­s la buena dinámica de años anteriores. Los rivales eran mejores, nos conocían más. Fueron varios factores”, amplió.

“Me quiero quedar con que podemos mejorar. El compromiso será importante para seguir construyen­do esta identidad y el ADN en cada torneo. Nuestra energía tiene que estar puesta en el próximo objetivo, obviamente afrontar la temporada con nuestros clubes, y ver nuestro próximo objetivo con la selección e ir a cumplir como siempre lo hicimos. Podemos tener un mal torneo, como lo tuvimos, pero hay que seguir adelante”, sumó.

–¿Pudo ser la presión de ir por las medallas?

–Puede ser. Obviamente pusimos el listón alto. Así como previo al Mundial de China dijimos que no queríamos compararno­s con la Generación Dorada porque no existe tal comparació­n, somos otra clase de jugadores, también nos comparamos con el equipo de China y tuvimos que correr con eso y nos jugó una mala pasada. Pensábamos que en algún momento se iba a activar esa mentalidad ganadora y competitiv­a e íbamos a empezar a jugar bien, pero era vivir en el día a día sin pensar en lo que hicimos en China. Quizás fue uno de los factores, más allá de que este grupo tiene experienci­a y vinieron jugadores jóvenes que nos dan energía, sangre joven, intensidad y el recambio que se necesita.

–¿El mando que deja Luis Scola lo tomás vos o será repartido?

–Hoy por hoy necesitamo­s la experienci­a de cada uno de nosotros por el bien de la selección. La selección siempre fue de todos, y tratamos de liderar desde la experienci­a de cada uno, siguiendo el camino que nos contagió Luis. Hay un antes y un después de Luis, será duro, no se puede llenar ese hueco porque es una pieza fundamenta­l de esta generación. Él nos puso en la mejor versión, nos empujaba, nos enseñaba los valores para estar en la selección a partir de tu mejor versión y nosotros, los más grandes, tenemos que intentar hacer el mismo camino. El camino más difícil, que es el del trabajo.

–Las enseñanzas del capitán seguirán.

–Las venimos poniendo en práctica en la temporada, al menos en lo personal. La forma de trabajar para llegar de la mejor manera a la selección. Y, bueno, cada uno tiene que hacerlo por el bien común de la selección. Luis te ponía el mil y te exigía el mil y, al fin y al cabo, siempre da buenos resultados. A la corta o a la larga, da buenos resultados.

–¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando terminés el aislamient­o?

–Ir a la casa de mi mamá a tomar mate. Ir a la casa de mi hermano a tomar mate y comer asado. Ir a la casa de los pibes a comer asado. Estar con mis seres queridos.

 ?? GENTILEZA MARÍA CONSUELO VALLINA ?? EN CASA. Campazzo viene de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio con la selección nacional de básquet.
GENTILEZA MARÍA CONSUELO VALLINA EN CASA. Campazzo viene de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio con la selección nacional de básquet.
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GENTILEZA MARÍA CONSUELO VALLINA

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