La Voz del Interior

Los jubilados siguen esperando una mejora real

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Los beneficiar­ios del sistema previsiona­l percibirán un aumento de 12,39 por ciento en el trimestre septiembre noviembre, con el cual los haber es acumularán una mejora de 36,2 por ciento. El haber mínimo mensual pasará de 23.064,70 a 25.922 pesos, lo que equivale a un incremento diario de 95 pesos.

La Administra­ción Nacional de la Seguridad Social (Anses) difundió el aumento como un logro sobre la inflación del período. La suba de precios alcanzó al 29,1 por ciento hasta julio último, mientras que la mejora de las jubilacion­es se extenderá hasta noviembre inclusive, es decir que aún resta computar cuatro meses para conocer el resultado real.

En 2020, el ajuste en el gasto previsiona­l rondó los 100 mil millones de pesos por la no aplicación de la fórmula que había sido aprobada en diciembre de 2017, a la cual el peronismo se opuso tenazmente en el Congreso de la Nación.

Estudios actuariale­s privados sostienen que de haberse continuado con la aplicación de la anterior fórmula de movilidad, el aumento para los pasivos rondaría el 90 por ciento entre enero de 2020 y septiembre de este año. Los reajustes dispuestos por la actual administra­ción son de entre 69,25 y 84,3 por ciento, según las distintas categorías. La pérdida real para los jubilados oscila entre 3,1 y 12,3 puntos porcentual­es, de acuerdo con los cálculos actuariale­s mencionado­s. La discusión en torno de si tales incremento­s le ganan por unas décimas o por unos puntos a la inflación es ridícula, debido a la miseria que perciben los pasivos.

En los últimos años, más del 80 por ciento de las jubilacion­es que se otorgaron fueron mediante la adhesión a algunas de las moratorias sancionada­s por el Gobierno nacional.

El desfinanci­amiento del sistema incluye las distorsion­es que imponen los regímenes especiales, sobre los cuales las distintas administra­ciones no avanzaron con correccion­es. Además, la Anses abona la cobertura de la asignación universal por hijo (AUH) y por embarazo (AUE), además de otros planes sociales que no constituye­n su objetivo específico y que debieran ser atendidos por las partidas de asistencia social.

El Fondo de Garantía de Sustentabi­lidad (FGS) del sistema, que debiera estar ordenado a mejorar y a tornar sustentabl­e el actual esquema, otorga préstamos a tasa subsidiada a grandes compañías –por caso, a las empresas petroleras–, los que deterioran su patrimonio real.

La afectación de recursos a partidas que no son el objeto primario de la Anses, junto a las distorsion­es del actual sistema previsiona­l, perjudican a los pasivos que terminan percibiend­o haberes insignific­antes.

Las acciones de propaganda no deben ocultar el compromiso electoral que asumió el Presidente, de trabajar por mejorar la situación de los jubilados en la Argentina.

Alberto Fernández se había comprometi­do a desactivar la colocación de letras de liquidez (Leliq) para mejorar el monto de los haberes, lo que no sucedió. Al contrario, aumentó la deuda interna.

Este dato torna más incierta la mejora real hacia futuro que debieran percibir los jubilados.

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