El Presidente, molesto con el schiarettismo
Los cinco precandidatos cordobeses del Frente de Todos se estaban acomodando en las mullidas sillas del despacho presidencial, cuando Alberto Fernández los sorprendió con una frase. “Vi un spot publicitario de (Alejandra) Vigo y me sorprendió el nivel de confrontación que plantea entre Buenos Aires y el interior. Es vieja esa discusión, que profundiza la grieta”, arrancó el jefe del Estado.
El miércoles pasado a las 16, con una poca habitual puntualidad para el Presidente, se abrieron las puertas de la oficina principal del poder.
Los precandidatos del Gobierno nacional en Córdoba fueron recibidos por un Alberto Fernández sonriente. Carlos Caserio –el gestor de la reunión–, Gabriela Estévez, Martín Gill, Olga Riutort y Pablo Carro tuvieron el primer encuentro con el Presidente en condición de aspirantes al Congreso en el distrito electoralmente más esquivo para el Gobierno.
Fueron 90 minutos de charla amena, donde el Presidente mostró un optimismo desbordante sobre la marcha económica y la administración del plan de vacunación contra el Covid. La primera cuestión, sobre todo, aún no se refleja en las estadísticas ni en el ánimo de la sociedad.
Más allá del repaso sobre los resultados de la administración nacional, los dirigentes cordobeses se sorprendieron con los detalles que maneja el jefe del Estado sobre la estrategia electoral del schiarettismo.
“Es raro que hablen de grieta cuando este gobierno nacional es el que más hizo por Córdoba, y en medio de una pandemia mundial”, fue otra de las definiciones que habría brindado el Presidente, según la versión de algunos de los protagonistas de la reunión política en la Casa Rosada.
“En estos 19 meses, la Provincia recibió de la Nación más de lo que (Mauricio) Macri le dio en cuatro años. Es más, nos hicimos cargo de promesas de desembolsos para la Caja (de Jubilaciones) que el amigo (por el expresidente) del ‘Gringo’ (Schiaretti) no cumplió”, habría dicho Alberto Fernández en otro tramo de la conversación.
Según los visitantes, el Presidente no estaba enojado con el gobernador, pero sí “desilusionado”, se describió.
“Hay que mirar para adelante y trabajar fuerte para transmitirles a los cordobeses que dimos vuelta la página de los desencuentros con Córdoba. Esa es la principal tarea que tienen ustedes en esta campaña”, habría manifestado Alberto Fernández, para cerrar el capítulo sobre la relación con el Gobierno cordobés.
La foto de la polémica
La audiencia fue antes del escándalo por la difusión de la foto por la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en la quinta presidencial de Olivos, en medio de la estricta cuarentena del año pasado.
El miércoles pasado, Alberto Fernández se mostraba optimista y hasta entusiasmado por el futuro inmediato de su gestión.
El Presidente brindó números de que la economía está creciendo y de que la inflación seguirá bajando en los próximos meses.
También aseguró que, para las elecciones generales del 14 de noviembre, “todos” los argentinos tendrán al menos una vacuna, y “la gran mayoría” de los adultos ya habrán recibido las dos dosis.
Nadie habló con el Presidente en las últimas horas, pero en la tarde del jueves, cuando se hizo pública la foto del festejo de cumpleaños de su pareja, la preocupación del oficialismo nacional también se trasladó a Córdoba.
La foto celebratoria se conoció justo en el momento en que el Frente de Todos hacía la demostración de fuerza más importante en Córdoba: 174 intendentes, la mayoría peronistas, firmaban convenios para la construcción de 1.700 viviendas.
Los acuerdos que firmó el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, también alcanzaron a 35 gremios cordobeses.
Con traje de político en campaña, Ferraresi acusó a Schiaretti de estar más cerca del macrismo que del PJ, profundizando así la grieta con el schiarettismo.
En el Frente de Todos admiten que en gran medida su suerte electoral está atada al Gobierno nacional.
La foto en Olivos no ayuda al Presidente ni a sus candidatos en Córdoba, el distrito más complejo para el oficialismo nacional. “Esperemos que todo esto pase pronto”, dijo, resignado, un miembro del comando de campaña del Frente cordobés, preocupado por el último escándalo que envuelve al Presidente y que puede impactar en las urnas.