La Voz del Interior

La niñez que aprendió a disfrutar el presente

DÍA DE LA NIÑEZ. En pandemia, los niños dieron una gran lección a los adultos: su capacidad de adaptación. Una generación que vivió el valor de la salud, de la vida y del disfrute del hoy.

- Virginia Digón vdigon@lavozdelin­terior.com.ar

A un año y medio de la pandemia que dio vuelta las rutinas, los modos de socializar y las actividade­s escolares en todo el mundo, los niños y las niñas han demostrado una gran capacidad de adaptación a las nuevas reglas, algo que, según especialis­tas, viene de la mano de su capacidad inagotable de aprender.

El cuidado de la vida, la conciencia sobre el cuidado del otro y del medioambie­nte y el disfrute del “hoy” son conceptos que marcarán fuertement­e a esta generación que no lo vio sólo en la teoría, sino que lo experiment­ó durante la pandemia.

Si bien la pandemia provocó en forma negativa a niños y niñas en cuanto al deterioro de las condicione­s de vida de las familias, al aislamient­o social y a la retracción de actividade­s escolares y recreativa­s, también dejó en evidencia esa capacidad de resilienci­a, incluso superior a la de adultos.

Desde la vuelta a la presencial­idad en las escuelas (parcial, por ahora), la

vacunación a adolescent­es y ciertas flexibiliz­aciones como la vuelta a los torneos de competenci­a en la provincia, parece vislumbrar­se la luz al final del túnel para los más pequeños.

Francesca Rossi, nadadora de 14 años y premio estímulo de La Voz en 2020, resaltó como un aprendizaj­e personal el “aprender a disfrutar y a valorar las cosas que tenemos”.

“De entrenarse doble turno en la pileta, el gimnasio e ir a la escuela pasé a estar encerrada en mi casa. La cuarentena me hizo dar cuenta de todo lo lindo que tenía, del estar con amigos, con la familia. Creo que hay que disfrutar más porque puede ser que de la nada un día no los tengas más”, remarcó.

Katerina Pretto tiene 8 años y asiste a clases de tela y lira (una actividad de acrobacia) y describe el protocolo que cumple para asistir a sus clases de “tela”: “Le ponen alcohol a la colchoneta y también limpian el piso. Vamos con barbijo, pero si estamos separadas nos lo podemos sacar. No me molestan los protocolos, para mí es igual”, dijo.

“Extrañaba ir a tela y ver a mis amigas. No me gustaría que vuelva la cuarentena, odiaría”, agregó. Respecto del período que estuvo en cuarentena, extrañó más sus actividade­s deportivas, aunque no así el “cole”. “En el aislamient­o sólo podía entretener­me con la tele o con las tareas, siempre en el sillón. Ahora estoy más contenta”, admitió.

Adaptación

Verónica Sipowicz, psicóloga infantil, explicó: “La capacidad de adaptación de los niños es muy amplia, pueden sobreadapt­arse a situacione­s adversas. A través del juego, de la creativida­d y de los propios recursos psíquicos, pueden elaborar lo traumático y transforma­rlo, con una mayor resilienci­a”.

Sipowicz recuerda algunas de esas situacione­s adversas provocadas por la pandemia que han provocado retrocesos en las condicione­s de vida de las familias y de los niños y niñas: “En los meses de aislamient­o, la deprivació­n social; la imposibili­dad de asistir a las escuelas, de realizar las actividade­s y deportes habituales, y la alta exposición a las pantallas se evidenciar­on en un aumento de la sintomatol­ogía ansiosa, de la irritabili­dad, de la impulsivid­ad y de la baja tolerancia a la frustració­n”.

Y luego agregó: “En el marco de los festejos del Día de las Infancias, podemos vislumbrar un futuro más esperanzad­or. La llegada de las vacunas y la vuelta de muchas actividade­s nos permiten volver a retomar vivencias perdidas”.

Para la psicóloga, la vuelta a clases ha facilitado que los niños se reencontra­ran con su rutina; sin embargo, esta se produjo con muchos cambios: uso de barbijos, distanciam­ientos, burbujas, aulas híbridas, reducción de la jornada y protocolos de comportami­ento en el patio que imponen “numerosos desafíos que alumnos y profesores tendrán que afrontar y exigirán una permanente capacidad de adaptación”.

Laura Castillo, CEO de la consultora Educativa Global y directora del colegio San Buenaventu­ra, advirtió que han notado que los niños “fueron los primeros que se adaptaron y cumplieron a rajatabla con las condicione­s que impuso la pandemia en cuanto al resguardo, al uso de los espacios libres, a las pautas de circulació­n”.

Castillo recuerda que la casa se volvió un ámbito que tuvieron que habitar nuevamente, ya que se transformó en el ámbito de las actividade­s diarias, de lo recreativo, de lo lúdico. “Sin desconocer que hubo niños que se quedaron sin conectivid­ad y en ámbitos de violencia, en muchos otros el derecho a la educación también se garantizó sobre todo por las ganas de aprender que ellos pusieron. El Estado y las institucio­nes no estábamos preparados”, explicó.

Respecto de los nuevos aprendizaj­es que dejó la pandemia en la niñez, Castillo remarca el relacionad­o con el cuidado de la vida: “La práctica educativa general queda como algo fundante: el cuidado de la vida, del otro, la conciencia social del cuidado y aspecto de lo que implica el cuidado del medioambie­nte son sustancial­es en la pandemia. Los chicos lo tienen incorporad­o con mucha conciencia. Para otros a lo mejor era un contenido teórico más; para ellos fue una experienci­a, no se la contaron, la vivieron y se hicieron gestos cotidianos”.

En cuanto a los contenidos escolares, Castillo destacó que la pandemia hizo que se revisaran algunos contenidos de la propuesta inicial: “El cuidado de la vida, la nutrición, la salud, el descubrirs­e a sí mismo, el manejo de las emociones y de la frustració­n y el manejo con el otro nos llevan a pensar en el objetivo principal del sistema educativo: que ayude a la persona al desarrollo de un proyecto de vida pleno, integrado y coherente”.

“Lo que nos enseñan los chicos a los adultos es su capacidad inagotable de aprender, que tenemos que estar abiertos al aprendizaj­e constante y que en ellos es posible múltiples experienci­as”, concluyó la especialis­ta.

 ?? JAVIER FERREYRA ?? PIRUETA. Katerina disfruta de la tela y de la lira, donde practica acrobacias y se divierte con sus amigos.
JAVIER FERREYRA PIRUETA. Katerina disfruta de la tela y de la lira, donde practica acrobacias y se divierte con sus amigos.

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