La Voz del Interior

Investigac­ión. Se desvanece la hipótesis de que Eduardo Saad haya tenido una muerte violenta

INFORME FORENSE. No hay signos de violencia en el cadáver y el hombre habría muerto por una insuficien­cia cardiorres­piratoria. Esperan resultados de laboratori­o para confirmar una muerte natural. Hallaron una bala en el cuerpo, pero establecie­ron que es d

- Francisco Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

Los primeros resultados de la autopsia a Eduardo Saad –el hombre de 77 años desapareci­do durante 43 días y cuyo cadáver fue hallado en el galpón de barrio Escobar, donde trabajaba– parecen confirmar que su muerte no fue violenta ni se debe a la intervenci­ón de terceros.

El equipo de tanatólogo­s que realiza el estudio al cadáver no halló “signos de muerte violenta”, según confiaron a La Voz fuentes forenses cercanas a esos profesiona­les. No hay disparos, no presenta golpes y todo parece indicar que su deceso se habría producido por una insuficien­cia cardiorres­piratoria.

No obstante, la autopsia todavía sigue en curso porque están pendientes los estudios de los órganos que deben ser analizados según los criterios de anatomía patológica y también el examen toxicológi­co, que, entre otras cosas, busca determinar si ingirió o inhaló alguna sustancia.

Eduardo Saad estuvo desapareci­do entre el 30 de junio y el pasado jueves

12 de agosto, cuando sus familiares finalmente lo hallaron donde se lo había visto por última vez. Estaba en el galpón ubicado en barrio Escobar de la capital cordobesa, al lado de la casa de su exesposa, en Las Playas al

1300.

Allí había dejado estacionad­a su camioneta Sandero y de él se perdió todo contacto. Se rastrearon sus comunicaci­ones por celular, entrevista­ron a todo su entorno, se rastrilló la zona cercana del río y visitaron casinos por su afición al juego. La investigac­ión también analizó cámaras de seguridad de la vía pública y de comercios de la zona donde pudo haber ingresado aquel 30 de junio.

A pesar de todos estos esfuerzos, todo parece indicar que estuvo desde un comienzo, ya fallecido, en ese galpón donde recolectab­a metales para vender.

Sin violencia, pero con una bala

El cuerpo que comenzó a ser analizado a última hora del viernes no tiene marcas de golpes, heridas ni

Informe forense. No se hallaron evidencias de una muerte violenta. La causa eficiente del deceso fue un paro cardiorres­piratorio. Su cuerpo no presentaba una avanzada descomposi­ción porque estaba en un sector frío y poco húmedo.

impactos de bala. Lo primero que se hizo fue someter el cadáver a una radioscopi­a (rayos equis) para detectar la presencia de algún proyectil, pero el resultado que se pesquisaba dio negativo. Sí, como dato curioso, se descubrió que en el cuerpo albergaba un proyectil viejo, probableme­nte de hace muchos años.

Hasta el momento, se estima que la muerte de Saad puede relacionar­se con dificultad­es cardiorres­piratorias. Las pruebas de laboratori­o insumirán algunos días para terminar de cerrar la causa eficiente de la muerte.

Mientras tanto, los forenses sostienen que, “por ahora, no hay un dato fuerte que defina” cuál fue la causa certera, pero siempre rondando la idea de una muerte natural.

Larga búsqueda

Si bien su hijo descubrió los restos de Eduardo Saad 47 días después, a partir del olor nauseabund­o, el cuerpo no tenía mayores signos de descomposi­ción, con sequedad en sus tejidos blandos. Esto se produce cuando el cadáver queda en un ambiente frío y seco o con corriente de aire que impide la humedad. La época del año del invierno cordobés fue propicia para que no se detectara el cuerpo en anteriores revisiones.

Sin embargo, resulta extraño que la investigac­ión no haya agotado la búsqueda en el “punto cero”, donde fue visto por última vez. Todo parecía indicar que había estado allí, a partir de su vehículo, y no había pruebas de que se hubiera ido. Si bien el cuerpo no tenía mayores signos de descomposi­ción, el ingreso de canes al galpón hubiera solucionad­o la búsqueda en pocos minutos.

Fueron largas jornadas de incertidum­bre y de angustia para familiares y allegados que buscaron infructuos­amente en lugares inimaginab­les, con la difusión de la fotografía del desapareci­do y de cartelería en la vía pública y en las redes sociales.

Cuando un mes y medio después su hijo Javier volvió a entrar como tantas otras veces al galpón de acopio de materiales, sintió el olor que lo condujo a un sector donde estaba el cuerpo de Eduardo: se hallaba en un “hueco” entre tarimas, una columna y una pared. Si, como todo parece indicar, su muerte fue por causas “naturales”, tal vez haya estado allí desde el comienzo.

La Voz quiso dialogar con el fiscal de la causa, Horacio Vázquez, pero no respondió a la requisitor­ia, que se hizo de manera insistente.

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JOSÉ HERNÁNDEZ EN LA ZONA CERO. El cadáver de Eduardo Saad fue hallado en un galpón donde trabajaba, muy cerca de donde había quedado abandonado su vehículo 47 días atrás, cuando se lo dio por desapareci­do.

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