La Voz del Interior

Vacunas: mejor incentivar que obligar

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Un planteo de la Unión Industrial Argentina (UIA) transparen­tó la discusión sobre si la vacuna contra el coronaviru­s debe ser obligatori­a o no. La UIA manifestó que las empresas debieran dejar de pagar salarios a quienes no retomen el trabajo presencial por no vacunarse. Hay numerosos empleados que no pueden cumplir sus funciones de manera virtual, tengan comorbilid­ades o no. Mientras no hubo vacunas, amparados en el confinamie­nto, esos trabajador­es recibieron sus sueldos aunque no trabajaran.

Como ahora hay vacunas, la UIA entiende que cambiaron las circunstan­cias. Por eso propone que todos los empleados deban vacunarse para volver a sus puestos. Si alguien se negase a recibir la vacuna, perdería su salario hasta tanto volviera a trabajar. El planteo generó malestar en el ámbito gremial. A nivel nacional, la CGT lo desestimó de plano. En Córdoba, sin embargo, hubo gremios que intentaron argumentar su oposición.

La Unión de Educadores de la Provincia (UEPC) hizo referencia al convenio laboral, pero en el marco de las decisiones tomadas por el Gobierno provincial. “No pueden dejar de pagar un salario si no hay motivos estatutari­os. El Gobierno de Córdoba tiene una regulación al respecto (sobre no pagar salarios a los empleados públicos que no se hayan vacunado) que anunció pero no aplica, al menos en el sector docente”, expresó la UEPC.

Si se lee bien, la Provincia ya puso en vigencia la medida que reclama la UIA, aunque no se la aplique, según la UEPC, a un sector de la administra­ción pública.

A su modo, el Ministerio de Coordinaci­ón provincial confirmó esta interpreta­ción: según las autoridade­s, si un empleado pertenece a un grupo de riesgo, “para volver a trabajar tiene que estar vacunado”. ¿Qué sucede si el trabajador no se vacuna?

“Respetamos la decisión, pero le damos una licencia justificad­a sin goce de sueldo”, responden.

Por lo tanto, más allá de si se evalúa como pertinente o ilegal al planteo de la UIA, la pregunta que se impone es por qué un empresario privado no podría actuar como lo hace el Estado.

La Municipali­dad de Córdoba habría decidido seguir los pasos de la Provincia y emplazar a los trabajador­es que pertenecen a grupos de riesgo para que presenten el certificad­o de vacunación o la constancia de inscripció­n, bajo el apercibimi­ento de perder los beneficios de la dispensa.

La posición de la Unión Obrera

Metalúrgic­a fue más contemplat­iva, y acaso más acertada: “Los trabajador­es se tienen que vacunar, pero tienen el derecho de no vacunarse”, sostuviero­n. En consecuenc­ia, los gremialist­as hablaron con los empresario­s del sector sobre la necesidad de crear incentivos para la vacunación entre los trabajador­es del sector.

Siempre es preferible la promoción y la informació­n antes que la coerción, sobre todo en un contexto que evidencia un peligroso recorte de la libertad individual. Castigar a quien no quiera vacunarse no es la solución. Hace falta informar y concientiz­ar a la población sobre la importanci­a de la vacuna.

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