La Voz del Interior

Violencia. Una balacera que dejó al descubiert­o códigos urbanos

ATAQUES. Dos jóvenes heridos en villa Las Pichanas figuran entre los cuatro detenidos. Los investigad­ores no pueden determinar quiénes son las víctimas y quiénes, los victimario­s.

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Un herido de bala. Después, otro. Un victimario que asegura haber sido la real víctima. Una cantidad de tiros que nadie puede precisar. Como tampoco está claro si alguna vez la Justicia provincial y la Policía podrán esclarecer qué fue lo que realmente sucedió en Las Pichanas. Los códigos de la violencia, otra vez en los barrios de la ciudad de Córdoba.

En los últimos días, la División Homicidios de la Policía logró la cuarta detención en torno a esta compleja investigac­ión.

Los efectivos y el fiscal Horacio Vázquez creen que ya tienen a todos los involucrad­os presos e imputados. Entre ellos, figuran los dos heridos.

Pero nadie se atreve a asegurar que efectivame­nte puedan cantar cartón lleno sobre esta historia ya que, a medida que pasan los días, nuevas revelacion­es van surgiendo. Esto obliga a cambiar el mapa de los acontecimi­entos y, también, a repensar quiénes son realmente los protagonis­tas.

El primer detenido fue Hernán Ezequiel Tabares (24), acusado de haber intentado matar a los tiros a otro joven, Víctor Rafael “Chucky” Bustamante (23) en villa Las Pichanas, un asentamien­to que forma parte del extenso conglomera­do urbano-marginal ubicado en la zona oeste de la ciudad de Córdoba y que también abarca a los barrios San Roque, Las Violetas y Villa Martínez.

Un sector donde desde hace ya mucho tiempo los tiros suelen aparecer mucho antes que las razones.

Bustamante, con una herida de bala en la cabeza, llegó a la guardia del Hospital Tránsito Cáceres de Allende en el anochecer del 1° de junio último. El protocolo de los centros de salud manda que, ante cualquier lesionado de un tiro o apuñalado, se debe anoticiar a la Policía de inmediato. Fue así como la fuerza comenzó a enterarse de lo sucedido, ya que nadie había denunciado nada.

“Chucky” apuntó contra Tobares cuando los sabuesos de Homicidios

Un caso complejo. La pesquisa es desarrolla­da por investigad­ores del Departamen­to Homicidios de la Policía, bajo directivas del fiscal Horacio Vázquez. No se descarta que, conforme al avance de la causa, pueda haber más detencione­s.

fueron a preguntarl­e qué había sucedido para que terminara vivo de casualidad, luego de recibir un balazo en la cabeza.

Testimonio

El señalado terminó detenido. Fue alojado de manera preventiva en el Establecim­iento Penitencia­rio 9. A través de videoconfe­rencia, declaró días después ante el fiscal Vázquez. Cuando le leyeron la acusación en su contra, por consejo de su abogado Nicolás Cerrito, pidió la palabra.

Dijo que aquel día, había llevado a arreglar una moto a la casa de una persona que vive en las inmediacio­nes de Las Pichanas. Aseguró que él sabía que “Chucky” y su grupo de amigos estaban enojados porque días antes habían discutido por un caballo que los otros le habían robado y que él logró recuperarl­o junto con su padre. Por eso, para ir a Las Pichanas, buscó protegerse con un arma de fuego que llevaba en la cintura y cuyo origen evitó confesar.

Cuando ya había dejado la moto y regresaba a pie a su casa, a unas cinco cuadras de allí, a un costado de la cancha de fútbol conocida como “de la Capilla” (ubicada sobre Aviador Richardson cruzando Sargento Gómez) apareció un Chevrolet Corsa gris en el que iban al menos tres personas, a las que identificó por sus apodos, y entre las que nombró a “Chucky”. En medio de amenazas, siempre según esta versión, uno de los ocupantes del auto asomó su brazo, empuñando un arma, mientras comenzaba a disparar en dirección a Tobares.

Fue entonces, dijo, cuando él sacó su arma y también disparó mientras comenzaba a correr y a alejarse de allí. Se sospecha que hubo al menos una tercera arma en toda la escena.

Para intentar que el fiscal le creyera, Tobares mostró que había sufrido una herida de bala en una oreja (un roce) y otro tiro en un hombro, algo que hasta entonces la investigac­ión ignoraba.

Ante esto, la causa escaló. El fiscal ordenó detener a “Chucky”, aquel primer herido de un balazo en la cabeza, y a quienes habrían sido sus cómplices, Jorge Jonathan Ezequiel Luján (26) y Nahuel Santos (18).

Estos tres ya están tras las rejas. En las últimas horas, hubo otro giro más: Tobares fue liberado.

Si bien continúa imputado, su abogado Cerrito ya evalúa pedir que se le modifique la imputación por una legítima defensa. Aquel primer victimario pide ahora ser tratado como víctima. Y las primeras víctimas ahora están presas como victimaria­s.

Mientras la causa gira, los investigad­ores tienen una certeza: hay sectores de la ciudad en los que, más que el Código Penal, el que impera es el código de la violencia.

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JOSÉ GABRIEL HERNÁNDEZ/ARCHIVO SAN ROQUE. Cerca del lugar donde se produjo la balacera, hubo un crimen semanas atrás.

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