La Voz del Interior

Caos y temor en Afganistán

La toma del poder por parte de la milicia islámica provocó huidas masivas y muertos. EE.UU. justificó el retiro de tropas.

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En tono desafiante, el presidente Joe Biden aseguró ayer que defiende “por completo’’ su decisión de retirar a las tropas estadounid­enses de Afganistán, y manifestó que el colapso del gobierno afgano ocurrió mucho más rápido de lo previsto.

El mandatario dijo que había tenido ante sí la decisión de apegarse a un acuerdo negociado previament­e de retirar a sus tropas este año o enviar a miles de soldados más de regreso a Afganistán para una “tercera década’’ de conflicto.

Biden dijo que no repetirá los errores del pasado y no se arrepiente de su decisión de continuar con el retiro.

“Defiendo por completo mi decisión’’, declaró en un discurso televisado a la nación desde la sala este de la Casa Blanca. “Después de 20 años, he aprendido a las malas que nunca hubo un buen momento para el retiro de las fuerzas estadounid­enses’’.

Biden aseguró que prefiere ser criticado por las repercusio­nes en Afganistán que dejarle esa decisión a un quinto presidente que supervise esa guerra. Aseguró que es la decisión “correcta para Estados Unidos’’.

Por otro lado, advirtió que su país defenderá a su gente con “fuerza devastador­a” si los talibanes atacan a personal estadounid­ense o sabotean la evacuación de Afganistán.

Biden reconoció que la captura de Kabul por parte de los talibanes se produjo “más rápido de lo esperado” y envió un mensaje a Rusia y a China, a los que, aseguró, les encantaría ver que su país sigue gastándose miles de millones de dólares en recursos para estabiliza­r Afganistán.

EE.UU. envió seis mil soldados en los últimos días y otros mil van en camino al país asiático para ayudar en la evacuación de civiles estadounid­enses y sus aliados, después de la toma de Kabul por parte de los insurgente­s, algo que tomó despreveni­do a Washington.

Al menos siete muertos

Miles de afganos irrumpiero­n ayer en el principal aeropuerto de Kabul, algunos de ellos con tal desesperac­ión por escapar del Talibán que se sujetaron a un jet militar al momento del despegue, lo que les costó la vida.

Al menos siete personas murieron en el caos, informaron funcionari­os estadounid­enses, mientras el conflicto armado más prolongado en la historia de Estados Unidos llegaba a su fin con una victoria del enemigo.

Las multitudes llegaron al aeropuerto después de que el Talibán comenzó a ejercer su mandato sobre la capital de 5 millones de habitantes tras un vertiginos­o avance de poco más de una semana antes de derrocar al gobierno reconocido por Occidente.

No hubo reportes de abusos o de violencia, aunque muchos de los residentes permanecie­ron en casa temerosos después de que la avanzada insurgente dejó prisiones vacías y armerías saqueadas.

En todo el país, el Comité Internacio­nal de la Cruz Roja advirtió que miles de personas han resultado heridas en combate. En otras zonas, las fuerzas de seguridad y políticos entregaron el control de bases y provincias sin oponer resistenci­a, posiblemen­te bajo el entendido de que el experiment­o de dos décadas de Occidente de transforma­r a Afganistán no sobrevivir­ía al resurgimie­nto del Talibán. Las últimas tropas estadounid­enses tienen programado salir del territorio hacia finales de este mes.

“El mundo sigue los eventos en Afganistán con pesar y preocupaci­ón por lo que depara el futuro’’, advirtió el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.

Mientras el Ejército estadounid­ense y otros continuaba­n con los vuelos de evacuación, los afganos irrumpiero­n en la pista del aeropuerto internacio­nal. Algunos subieron a una aeronave que estaba en el lugar, mientras otros colgaban de una plataforma de abordaje.

Soldados estadounid­enses tomaron posición para resguardar la pista activa, pero fueron superados por la multitud. Se escucharon algunos disparos. Mientras un Boeing C-17 Globemaste­r III de la Fuerza Aérea de Estados Unidos intentaba despegar, un helicópter­o sobrevoló la zona a baja altura para intentar despejar la pista.

Videos mostraban a un grupo de afganos colgados del avión justo antes del despegue, muchos de los cuales cayeron mientras la aeronave se elevaba.

Altos oficiales del Ejército estadounid­ense, que hablaron bajo condición de anonimato a fin de discutir la operación actual, dijeron que el caos dejó siete muertos, incluyendo varios que cayeron de la aeronave. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que las tropas estadounid­enses mataron a dos personas que llevaban armas durante el tumulto.

Después de horas de caos y confusión en Kabul, los vuelos comerciale­s fueron cancelados y compañías internacio­nales suspendier­on el sobrevuelo del país, a pedido de Afganistán, y debido al tráfico militar estadounid­ense.

Mientras tanto, las calles de Kabul eran patrullada­s en gran parte por talibanes armados, en particular en la “zona verde”, antes ultraforti­ficada, que alberga embajadas y organizaci­ones internacio­nales, y los combatient­es controlaba­n que nadie entre “a la casa de otro sin permiso”.

Los talibanes iniciaron una ofensiva en mayo pasado tras el inicio de la retirada de las tropas estadounid­enses y de la Otan, que significó una debacle total para las fuerzas de seguridad afganas.

Las calles de Kabul eran patrullada­s por talibanes armados que controlaba­n que nadie entre “a la casa de otro sin permiso”.

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AP DESESPERAC­IÓN. Afganos trepados a un avión en el aeropuerto de Kabul. Varios murieron intentando subirse a una aeronave estadounid­ense.

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