La Voz del Interior

Impuestos, como traba al crecimient­o

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

El sistema financiero es conocido como el “lubricante” de una economía: cumple el importante rol de intermedia­ción entre quienes ahorran y quienes necesitan financiar el consumo y la inversión, y esto ayuda a movilizar la actividad.

Desde el Estado, se le reconoce ese papel al incentivar préstamos subsidiado­s para el consumo o la producción.

Es un tema bastante conocido que la presión fiscal de la economía argentina es muy elevada, sobre todo para quienes trabajan totalmente en la formalidad.

Sin embargo, son menos evidentes los impuestos que se pagan ocultos en distintas transaccio­nes, porque quien soporta ese costo no presenta una declaració­n jurada ni realiza un desembolso directo al fisco.

Sin embargo, estos tributos no son pocos y una de las actividade­s que tiene la carga fiscal más elevada es la intermedia­ción financiera.

Los distintos niveles de gobierno, en especial provincias y municipios, lo fueron incrementa­ndo con un argumento que queda bien a los ojos de la sociedad pero que, en definitiva, terminan pagando consumidor­es y empresas.

El hecho de que “los bancos paguen más impuestos” termina encarecien­do las operacione­s del sector y el financiami­ento que necesitan las familias y la producción para crecer.

El Ieral de Fundación Mediterrán­ea puso números a este costo y al incremento de los últimos años, en un trabajo realizado para las dos asociacion­es de bancos privados del país (Adeba y ABA): de cada mil pesos que paga una persona en los intereses de un préstamo personal, sólo

560 pesos quedan en los bancos y

440 van a los tres niveles del Estado en forma de tributos diversos.

Los impuestos que gravan el financiami­ento de los privados en Argentina son varios: Impuesto al Valor Agregado (IVA), a los Débitos y Créditos Bancarios (al “cheque”), a nivel nacional; Sellos e Ingresos Brutos, en el ámbito provincial, y tasas municipale­s (cuyos nombren varían en cada jurisdicci­ón).

Así, el costo de un préstamo personal para individuos se encarece en un

42,5 por ciento por la presión tributaria: en el ejemplo de que el banco cobre una tasa de interés del 40 por ciento nominal anual, el costo financiero total (CFT) terminaría en 57 por ciento.

Para las empresas, el impacto es algo menor porque se aplica una alícuota reducida de IVA, pero aun así subiría 7,3 o 12,2 puntos porcentual­es (un 18,3 o 30 por ciento más) según se pueda utilizar o no el crédito fiscal abonado.

El costo impositivo incluido en el financiami­ento fue aumentando en los últimos años debido a la suba de tasas provincial­es y municipale­s. En

2019 y 2020, por el Consenso Fiscal de las provincias hubo una leve baja, pero esto se eliminó y en 2021 la carga es aún superior al pico de 2016.

Por caso, la alícuota promedio de Ingresos Brutos sobre el sector bancario pasó de 3,8 por ciento entre

2005 y 2008 a ocho por ciento en

2021 en las cinco jurisdicci­ones más pobladas.

En el segmento municipal, la evolución fue creciente desde 2011. El promedio de 12 municipios grandes de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe pasó de 3,5 por ciento a 4,8 por ciento en la última década.

En ambos niveles de gobierno, los cordobeses llevan las de perder: en Ingresos Brutos, tienen la alícuota más alta (nueve por ciento); en la tasa municipal, la ciudad de Córdoba aplica el 7,25 por ciento.

En definitiva, son costos que termina soportando el consumidor cuando saca su plan “Ahora 12” (en la versión que sea) o cuando las empresas financian su capital de trabajo o sacan una línea para invertir, y ello representa una piedra más en la posibilida­des de recuperaci­ón de la economía.

El 44% de los intereses que se pagan en un préstamo personal va al fisco nacional, provincial o municipal.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina