Voto joven. Hay 861.149 adolescentes de 16 y 17 años habilitados para votar
PASO 2021. En Córdoba son más de 72 mil, el 2,43% del padrón. Están obligados a participar, aunque, si no lo hacen, no tienen sanción. En 2019 votó el 63%. Género y ambiente, entre sus intereses principales.
El “voto joven”. Así se denomina a la única franja etaria del padrón electoral que está obligada a votar pero, si no concurre a las urnas, no tiene ninguna sanción. Son los adolescentes de 16 y 17 años que, gracias a la Ley de Ciudadanía Argentina (26.774) sancionada en octubre de 2012, tienen el derecho de ejercer el voto.
Pese a que la obligatoriedad está atenuada, desde 2013 marcan porcentajes de participación superiores al 50 por ciento. Además, hay temas que los movilizan y están relacionados al género y a la diversidad, al ambiente y al futuro inmediato: la continuidad educativa y lo laboral.
Según los datos publicados en la página de la Cámara Nacional Electoral, hay 34.332.992 electores habilitados para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) del próximo 12 de septiembre. De ese total, 861.149 son jóvenes entre 16 y 17 años. Representan el 2,51 por ciento del padrón.
En Córdoba, de los 2.984.631 electores empadronados, los menores de
18 años son 72.459. Es el segundo distrito con más votantes de entre 16 y 17 años, después de la provincia de Buenos Aires.
Representan al 2,43 por ciento del padrón electoral. Si se divide en género, 35.682 corresponden al femenino y 36.777 al masculino.
Si se compara con un distrito electoral, ocuparía el puesto 12° entre los
26 departamentos que tiene la provincia de Córdoba, detrás de Marcos Juárez (88.818 electores) y por encima de Calamuchita (58.485).
Respecto a los niveles de participación, un análisis realizado sobre voto joven por el Ministerio del Interior de la Nación arrojó que en 2019 la participación efectiva alcanzó al 63 por ciento, mientras que el promedio nacional fue del 81 por ciento.
Ese año fueron 874.008 electores nacidos en 2002 y 2003, lo que significó el 2,75 por ciento del padrón nacional.
Acerca de la participación, el estudio señala que desde 1983 el 80%, y “en las juventudes de 16 y 17 años votan en promedio un 20% menos: la participación efectiva en las elecciones de 2019 fue del 63% a nivel nacional”. En Córdoba, el nivel de participación en las elección de 2019 fue del 61 por ciento.
No obstante, en las elecciones legislativas la participación es menor. En la de 2017, votó el 51,8 por ciento del padrón habilitado y en la de 2013, el 53,21 por ciento.
¿Qué votan?
Esos niveles de participación demuestran que hay un interés mayor al que se podría suponer.
“La clave del análisis es cuáles son los incentivos que tienen los jóvenes para participar. La mirada que dice que es por poco interés, que es adulto céntrica, desconoce que hay múltiples canales de participación y que no están vinculadas a lo tradicional, está pasando en esa porción por otros espacios”, explica la doctora en Ciencias Políticas y docente de la Universidad Nacional de Córdoba Inés Ksiazenicki.
“No creo que la participación menor en las vías electorales sea señal de la desafección de los jóvenes. Los jóvenes participan, se comprometen, por ejemplo en el movimiento feminista, en lo ambiental. Hay que revisar una idea de participación y democracia, si asociamos la democracia a la vida electoral y a la decisión vía elecciones”, dice la investigadora.
En esa línea, la licenciada en Ciencias Políticas María José Comes señala que los adolescentes sienten que la elección es una instancia de muchísima responsabilidad, y muchos mencionan que no se sienten preparados: esto implica que no tienen información de cada candidato, y a partir de eso, poder llevar a cabo una elección racional.
Comes es docente en dos instituciones secundarias, y cuenta que tienen en el imaginario que los adultos operan con ese proceso, “pero descubren que lo de la información completa es una fantasía”.
La información sobre el procedimiento, tipo de elección y las opciones políticas que hay en la mesa son pocos y no accesibles para los adolescentes.
“No hay estrategia de comunicación con canales para adolescentes, en redes sociales, que enseñe qué hacer. La información de los partidos no es clara, las propuestas están en las redes sociales, y no en las webs, tienen que buscar tuits, que es un esfuerzo mayor. No pueden creer que falte tanta información”, dice la docente.
“En las dos escuelas, trabajo en la búsqueda de candidatos y propuestas, y no pueden creer que falte esa información. Por ejemplo, en lo social, económico y ambiental, y no pueden creer que no encuentren la información”, agrega Comes.
La politóloga coincide con Ksiazenicki en que esta generación está politizada y militan algunas causas, “pero no en la estructura antigua”.