El desafío de la risa
El festival Pensar con Humor abre con Pailos, Ontivero y “Hortensia”.
Marcos Ontivero cumplió 20 años en el humor en 2020. Nacido como actor en el grupo La Huella, Marcos sostiene esa vocación. “Soy un actor que hace humor”, dice poco antes de la presentación de Canto y cuento en el Festival Pensar con Humor. “Aunque algunos dicen que 20 años no es nada, es un montón”, comenta.
Marcos empezó junto a Juan Badra y Teti Cavo en 1996, a los 18 años. A principios de 2000, armó su primer unipersonal de humor. Lo estrenó en septiembre de ese año en Pizarrón, un barcito de la calle Belgrano.
“Muy arriesgado. Yo venía del teatro. Soy un actor devenido en humorista, imitador, también entré en la música. Me fui aggiornando. Este oficio me permitió vivir de la interpretación. Actoralmente, es difícil vivir del teatro en Córdoba. Vi en el humor una salida laboral, haciendo lo que me gusta”, comenta Marcos, para quien el teatro fue un encuentro mágico. “A partir de los 18 años, no paré más”, señala.
Una vez que tomó el camino del humor, Ontivero siguió en esa huella. “El humor es muy bien pago, siempre y cuando haya buenos resultados arriba del escenario. Planteo lo del dinero sin problemas. Mi huella está en la actuación. En 2019 hicimos con La Huella el espectáculo de comedia del arte La risa del pueblo, con máscaras”. Ontivero recuerda que su primera temporada en Carlos Paz fue en 2002 en San Vicente Superstar, con la dirección de Miguel Iriarte, en el teatro Acuario.
“Siempre volví a la actuación, aunque el trabajo de humorista me atropelló”, señala el actor, quien presenta Canto y cuento, un espectáculo en el que capitaliza las adaptaciones imprescindibles que hubo que encarar durante la cuarentena.
Artistas en casa
“Nadie es artista en su casa”, dice Marcos muy suelto de cuerpo. “En la cuarentena me tocó ser un artista en casa. No planteo lo malo de eso, sino lo que me costó adaptarme poniéndome al lado de la familia. Planteo lo inútiles que somos, el tema del apoyo a los chicos en el colegio. En casa siempre lo hizo mi mujer, que es un puntal que siempre se hizo cargo. Yo aporté poco, por lo menos un día. Me gustó reflejar todo eso en el espectáculo”.
En el espectáculo, Marcos incluye canciones que escribió, acompañado por la guitarra de Carlos Javier Bidela. Por ejemplo, No te rindas, el tema que compuso junto con Martín Pampiglione, de Los Caligaris, y que dejó en suspenso la idea del videoclip.
Marcos tiene asistencia perfecta en todas las ediciones del festival.
“Es la posibilidad de que la gente nos tenga en cuenta. Es un reconocimiento al humor en Córdoba, un bálsamo”, dice.
Y agrega: “Muchas veces se habla, en general, del folklore, del chamamé, por dar ejemplos de festivales. A los dos días el tema se desvanece. Por eso es importante rescatar el humor, que tenga su momento, es decir, recordarle a la gente que el humor es parte de nuestro patrimonio cultural, como el cuarteto y nuestra tonada, que es única”.
El trío tan mentado
Fernando “el Flaco” Pailos lleva casi 40 años arriba del escenario. Solo una vez no pudo estar en el Festival Pensar con Humor. Después de la agitada jornada de trabajo en Canal 10 y en la radio 580, Fernando comenta que El show de Pailos bar ha realizado un recorrido interesante, a pesar de la pandemia.
Junto con sus compañeros, Carla Dogliani y Gabriel Marasini, hizo temporada de verano, se presentó en Río Cuarto y en Almafuerte, hasta mayo. En julio, cuando se reabrió la actividad teatral, volvieron al teatro Luxor, de Carlos Paz; estuvieron en La Brújula, y en Jesús María y en Alta Gracia.
“Estuve en el teatro Real con mi unipersonal, en el festival anterior a la pandemia. Ahora vuelvo con este espectáculo. Yo soy el anfitrión del bar. Carla y Gaby hacen sus personajes. Entra Iris, la maestra del Gaby; la Bicho, el personaje de Carla”, dice Fernando.
La relación entre los tres comediantes ha crecido mucho. “Tenemos la gimnasia de la tele y la radio (Triple de Risa). Estamos hasta las dos de la tarde todos los días juntos. Conversamos sobre los personajes y qué cambiaríamos. En este año y pico aprendimos a querernos y a admirarnos, a adoptar cosas de cada uno. Nos deliramos en charlas pensando qué espectáculo podemos armar para el verano o preparamos la gira. Les cuento mi experiencia y cómo voy amoldando mis personajes a cada ciudad. Me gusta que desaparecen los egos y encuentro en ellos mucha atención y respeto. Y a mí me gusta aprender de ellos. En la hora entre la tele y la radio nos sentamos afuera del canal, al sol, y charlamos. Se armó una convivencia espectacular”.
La pandemia alimenta el humor. Pailos adelanta que en el monólogo inicial cuenta cosas que le pasaron y sostiene que a mucha gente le pasó lo mismo, sin importar el estrato social. “Hay denominadores comunes, como el uso del barbijo. Yo aprendí que cuatro pestañadas significan que está bueno el chiste. Cuento que después de 20 años de casado me di cuenta de que mi mujer no era rubia porque cerraron las peluquerías. Carla, con su Bicho, cuenta pormenores de la convivencia con el Pejo; también pasa con Iris. Queremos también que la gente se olvide la pandemia”.
Para Pailos, el festival es muy importante, aun ahora que es diferente (por la doble modalidad, presencial y virtual). “Estamos todos los humoristas: los consagrados (no me gusta la palabra) y los que recién empiezan. Para los humoristas y los comediantes, es nuestro festival, declarado patrimonio cultural de la provincia, cuando me hicieron el homenaje, algo hermoso. Por eso me gusta estar. Quiero colaborar para que se promueva, con una entrada muy económica. Es como en un Mundial, somos todos humoristas, somos todos cordobeses”.