La Voz del Interior

Sequía extensa afecta a unos siete millones de campesinos

La escasez de lluvias lleva tres años seguidos y pone en riesgo la producción agropecuar­ia. Unos 14 millones de afganos padecen insegurida­d alimentari­a.

- Redacción La Voz y Europa Press

La Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Agricultur­a y la Alimentaci­ón (FAO) reclamó la ampliación de la asistencia humanitari­a en Afganistán dado que la sequía que soporta el país asiático por tercer año pone en peligro a siete millones de personas que dependen de la agricultur­a y de la ganadería para sobrevivir.

FAO recuerda que muchas de estas personas ya se encuentran entre los 14 millones de personas (es decir, uno de cada tres afganos) que padecen insegurida­d alimentari­a aguda y necesitan asistencia humanitari­a urgente.

“No hay que olvidar a los agricultor­es y a los propietari­os de ganado en la actual crisis humanitari­a”, declaró el director general de la FAO, Qu Dongyu. “El apoyo agrícola urgente es clave para contrarres­tar el impacto de la sequía y el empeoramie­nto de la situación en las vastas áreas rurales de Afganistán en las próximas semanas y meses”, añadió.

La combinació­n de una sequía severa, los impactos económicos relacionad­os con el Covid-19 y el desplazami­ento generaliza­do por los enfrentami­entos intestinos han afectado duramente a las comunidade­s rurales de Afganistán, en particular a sus agricultor­es y criadores de animales, que son la columna vertebral de la economía del país.

En la actualidad, la producción de alimentos y los medios de vida agrícolas están sometidos a una presión alta. “Si no ayudamos a las personas más afectadas por la sequía aguda, un gran número se verá obligado a abandonar sus granjas y a desplazars­e en determinad­as zonas”, agregó el director general. “Esto amenaza con profundiza­r aún más la insegurida­d alimentari­a y representa un problema más para la estabilida­d de Afganistán”, concluyó el funcionari­o.

Se viene el frío

La llegada de la temporada fría está cada vez más cerca, de ahí que la

Sin agua ni ayuda. Desde que los talibanes tomaron el poder, a mediados de este mes, algunos países occidental­es ya anunciaron una suspensión de su ayuda humanitari­a y de desarrollo al país y otros han amenazado con hacerlo.

FAO se haya puesto como objetivo ayudar a 250 mil familias de agricultor­es vulnerable­s, que son alrededor de 1,5 millones de personas.

La siembra de trigo, explicó la FAO, comienza a fines de septiembre y se extiende hasta octubre en muchas áreas. Sin embargo, la financiaci­ón actual sólo permitirá ayudar a unas 110 mil familias. Hay un déficit marcado de financiaci­ón en apoyo al plan de respuesta a la sequía de la FAO en Afganistán.

“Si los agricultor­es no pueden obtener las semillas que necesitan con urgencia, para fines de septiembre o principios de octubre, la temporada de trigo de invierno fracasará.

Esto será un desastre para millones de afganos, tanto agricultor­es como consumidor­es”, advirtió la FAO.

La sequía ha devastado casi por completo la agricultur­a de secano, es decir, aquella en la que el ser humano no contribuye a la irrigación de los campos, sino que utiliza sólo el agua que proviene de la lluvia. Además, redujo de manera considerab­le la producción agrícola de regadío.

Cambio climático

En Afganistán, la subida constante de las temperatur­as ha modificado de manera sensible el patrón del deshielo y de las precipitac­iones. Las inundacion­es, las sequías y el aumento de la población han generado escasez de alimentos y de agua y redujeron las posibilida­des de que los refugiados y los desplazado­s internos pudieran regresar a sus zonas de origen, advirtió el alto comisionad­o de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

La sequía en el país de Medio Oriente afecta al 80 por ciento de la población, apunto Acnur.

Y como la economía afgana depende en gran medida de la agricultur­a y del pastoreo del ganado, se prevén nuevos desplazami­entos provocados por la falta de medios de vida y por el difícil acceso a alimentos, avizora el organismo.

Acnur y sus socios están proporcion­ando ayuda a los desplazado­s en Afganistán, como refugios de emergencia, alimentos, acceso médico, agua y saneamient­o, pero faltan fondos para asistir a todas las personas que los necesitan. Hasta el momento, sólo se ha recaudado el 43 por ciento de la financiaci­ón necesaria, estimó.

Además del elevado número de muertos y desplazado­s por desastres, el conflicto prolongado en Afganistán –que lleva ya más de 40 años– ha provocado una situación de crisis humanitari­a crónica. En este tiempo, miles de personas perdieron la vida o se han visto obligadas a huir de sus hogares, razones por las que el país está catalogado como el menos pacífico a nivel mundial.

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AP AGRICULTUR­A. Una de las bases de la economía afgana, en riesgo por la falta de agua.

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